A menudo infradiagnosticado, el lipedema impacta no solo en la apariencia física, sino también en la calidad de vida de quienes lo padecen. Esta condición médica se caracteriza por la acumulación anormal de grasa en áreas específicas del cuerpo, como las piernas y los glúteos.
No existen datos oficiales sobre el porcentaje de población afectada en el mundo por el lipedema, pero se estima que un 16 % de las mujeres en el planeta sufren esta patología. La Organización Mundial de la Salud la reconocío en el 2018 como enfermedad, facilitando que no se confunda con obesidad, como sucedía hasta entonces. Quienes enfrentan esta condición a menudo experimentan dolor, hinchazón y sensibilidad en las áreas afectadas, lo que puede afectar significativamente su movilidad y bienestar emocional.
Las mujeres que enfrentan esta condición experimentan una afectación significativa en su movilidad y bienestar emocional.
Se trata de una condición médica que va más allá de ser simplemente un problema estético. El flebólogo, Mario Faisal, en dialogo con El Litoral explicó que “el lipedema se caracteriza por la acumulación anormal de grasa en áreas específicas del cuerpo, como piernas y glúteos, afectando no solo la apariencia física, sino también la calidad de vida de quienes lo padecen”.
Faisal sostuvo que esta patología presenta síntomas como “dolor permanente, hinchazón y dificultades en la movilización de las zonas afectadas”. Además, destacó que las mujeres que enfrentan esta condición experimentan una afectación significativa en su movilidad y bienestar emocional.
La sensación de pesadez se acompaña de una hipersensibilidad al dolor.
Causas y tratamiento
En cuanto al origen de esta enfermedad se presume que existen ciertos factores hereditarios y hormonales que podrían propiciarla. El profesional dijo que los “factores genéticos y hormonales desempeñan un papel crucial en su desarrollo. Se pueden dar por una medicación hormonal como las anticonceptiva, la menopausia o algún tratamiento hormonal externo que esté recibiendo el paciente. El tejido celular subcutáneo graso tiene múltiples receptores y hace que sea muy receptivo y reactivo a este tipo de fenómenos hormonales. Además tiene que haber alguna predisposición o causa genética de base que favorezca este tipo de situación”.
El diagnóstico del lipedema se complica debido a su similitud con la celulitis y la falta de conciencia sobre esta condición. Un punto clave que remarco el profesional es no confundir esta enfermedad con con el linfedema, porque aunque las manifestaciones físicas de ambos son similares, se tratan de dos patologías muy diferentes. Mientras que la primera se produce por un problema del tejido adiposo, como decíamos, la segunda se basa en una alteración del sistema linfático.
Influyen en su aparición factores hereditarios y hormonales
En cuanto a los tratamientos, el profesional, menciono medidas entre las que se encuentran “evitar medicaciones hormonales y adoptar medidas para controlar el sobrepeso como: evitar la ingesta de grandes cantidades de hidratos de carbono, carnes rojas y grasas que no sean beneficiosas para el organismo. Las opciones más efectivas incluyen lipoaspiraciones y dermolipectomías, procedimientos que buscan eliminar los cúmulos grasos y mejorar la calidad de vida de los pacientes”.
El flebólogo destaca la importancia de la conciencia y la búsqueda de atención médica especializada para abordar adecuadamente esta condición poco reconocida. Con diagnóstico y tratamiento oportunos, los afectados por el lipedema pueden experimentar mejoras significativas en su calidad de vida.
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