Las uñas quebradizas son una de las alteraciones más comunes, especialmente entre las mujeres. Este problema no solo afecta la estética de manos y pies, sino que también puede interferir negativamente en la vida profesional y cotidiana.
Es recomendable iniciar un tratamiento para fortalecer las uñas en caso que estas se muestran frágiles, blandas o escamosas.
Las uñas quebradizas son una de las alteraciones más comunes, especialmente entre las mujeres. Este problema no solo afecta la estética de manos y pies, sino que también puede interferir negativamente en la vida profesional y cotidiana.
Además, la fragilidad ungueal aumenta el riesgo de infecciones por hongos y bacterias. Por estas razones, es fundamental conocer cómo fortalecer las uñas de manera natural y rápida.
La fragilidad de las uñas, conocida médicamente como onicosquicia, se caracteriza por la fragmentación constante de la uña. Este problema puede ser causado por diversos factores que impiden o dificultan la formación cohesionada de la lámina ungueal, la parte dura y translúcida de la uña. Entre las causas más comunes se encuentran:
Envejecimiento: Las uñas frágiles y estriadas son, a menudo, parte del proceso fisiológico del envejecimiento. Es habitual que se tornen más blandas y delgadas con el paso de los años y que aparezcan estrías verticales.
Deficiencias Nutricionales: Bajos niveles de hierro, calcio o zinc pueden debilitar las uñas. La biotina, una vitamina del grupo B, también juega un papel clave en la dureza de las uñas, ya que todos estos nutrientes son precursores de la queratina, la proteína que forma la uña.
Deshidratación: Lavar las manos con frecuencia, especialmente con agua caliente, puede deshidratar las uñas y la piel. La sequedad ambiental, provocada por la calefacción o la exposición a fuentes de aire caliente, también puede contribuir a la fragilidad ungueal.
Sustancias Químicas: El contacto directo con productos de limpieza fuertes, como detergentes y lejías, puede debilitar las uñas. Algunos cosméticos utilizados en manicuras y pedicuras, como los quitaesmaltes con acetona y los esmaltes con formaldehído, también pueden ser causantes.
Traumatismos: Actividades cotidianas como teclear en el ordenador o tocar un instrumento pueden causar microtraumatismos que debiliten la lámina ungueal. El uso de calzado estrecho también puede fragilizar las uñas debido al impacto continuado con la punta del calzado.
Enfermedades: Las uñas quebradizas pueden ser un síntoma de enfermedades dermatológicas como infecciones fúngicas o bacterianas, dermatitis, psoriasis o liquen plano. También pueden ser consecuencia de alteraciones sistémicas o problemas tiroideos.
Fármacos: Ciertos medicamentos, como algunos antiinflamatorios, dosis altas de vitamina A y los fármacos empleados en procesos oncológicos, pueden causar uñas débiles y agrietadas como efecto secundario.
Para fortalecer las uñas, tanto de las manos como de los pies, es esencial seguir una serie de medidas en el día a día:
Manicura Adecuada: Utilizar utensilios de manicura y pedicura de calidad para evitar dañar la uña. Las uñas deben cortarse y limarse en forma recta, formando una curva suave hacia las puntas. Los esmaltes de uñas pueden ejercer una función protectora siempre que no se apliquen y retiren más de una vez por semana. Se recomienda usar quitaesmaltes sin acetona y evitar las uñas artificiales, ya que su retirada implica un traumatismo y pueden impedir el adecuado transporte de oxígeno.
Hidratación: Después de lavarse las manos, es importante aplicar crema hidratante en toda la superficie ungueal y las cutículas. Las cremas con activos naturales pueden ayudar a hidratar la piel y fortalecer las uñas.
Endurecedores de uñas: Los fortalecedores de uñas pueden ser efectivos si contienen ingredientes que promuevan la reconstrucción de la queratina de la uña.
Dieta equilibrada: Mantener una alimentación variada es fundamental para evitar la deficiencia de nutrientes esenciales para la salud de las uñas, como la L-cistina, el hierro, el calcio, el zinc, la vitamina D y las vitaminas del grupo B. Los suplementos vitamínicos y minerales específicos pueden ser de ayuda, especialmente los suplementos de biotina.
Evitar Agentes Irritantes: Es importante evitar el contacto directo con detergentes o productos desinfectantes. Se recomienda usar guantes protectores al lavar los platos, limpiar o utilizar sustancias químicas fuertes.
El cuidado diario de las uñas es esencial para mantenerlas saludables y fuertes. Es fundamental seguir algunas prácticas esenciales:
Buena Higiene: Utilizar tijeras de manicura bien afiladas o un cortauñas para cortarlas en línea recta y luego redondear las puntas suavemente.
Mantener las uñas secas y limpias: Esto previene la proliferación de bacterias debajo de las uñas. El contacto frecuente con el agua puede debilitarlas, por lo que se aconseja usar guantes al lavar platos, limpiar o usar productos químicos.
Usar Crema de Manos: Masajear también las uñas y las cutículas al aplicar crema de manos.
Esmaltes Especiales: Utilizar un endurecedor de uñas puede contribuir a su fortalecimiento.
Suplementos: Estudios indican que la biotina puede ayudar a fortalecer uñas débiles o frágiles.
Para evitar daños en las uñas, es importante no incurrir en ciertos hábitos perjudiciales:
Morderse las uñas y empujar las cutículas: Estos hábitos pueden dañar el lecho ungueal y abrir la puerta a infecciones.
Quitar los padrastros incorrectamente: Al hacerlo de manera incorrecta, se puede llevar tejido vivo, lo que resulta doloroso y propenso a infecciones. Es mejor recortar los padrastros con cuidado usando una tijera adecuada.
Uso excesivo de Quitaesmaltes: Especialmente los que contienen acetona, pueden debilitar las uñas. Es mejor optar por productos más suaves y limitar su uso para mantener las uñas fuertes y sanas.
Si las uñas débiles persisten a pesar de seguir estas recomendaciones, es aconsejable acudir al médico o dermatólogo para una evaluación adecuada. Algunos de los signos que indican la necesidad de atención médica incluyen:
Decoloración o cambios en el tono natural de la uña.
Alteraciones en la forma.
Variaciones en el grosor.
Separación de la uña de la piel.
Sangrado.
Inflamación y dolor.
Crecimiento detenido.