El 23 de julio se celebra el Día Mundial del Síndrome de Sjögren, una fecha dedicada a crear conciencia sobre esta enfermedad autoinmune crónica que afecta principalmente a las glándulas que producen lágrimas y saliva. Aunque es una condición poco conocida, su impacto en la calidad de vida de los pacientes puede ser significativo.
¿Qué es el Síndrome de Sjögren?
La reumatóloga Gabriela Bortolotto (Mat. 03216) explicó a El Litoral que el síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune en la cual el sistema inmunológico ataca erróneamente las glándulas que producen humedad, como las salivales y lacrimales. "Este trastorno se caracteriza principalmente por una disfunción en la producción de saliva y de lágrimas, lo que conduce a sequedad en la boca y en los ojos", señaló la especialista.
Este síndrome puede presentarse de forma aislada, conocido como síndrome de Sjögren primario, o asociado a otras enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoidea o el lupus, denominado entonces síndrome de Sjögren secundario.
Los síntomas más comunes de esta enfermedad incluyen sequedad bucal.
Síntomas comunes
Los síntomas más comunes de esta enfermedad incluyen sequedad bucal, o xerostomía, que puede dificultar la deglución, el habla, aumentar el riesgo de caries y enfermedades en las encías. La sequedad ocular, o queratoconjuntivitis seca, puede hacer que los ojos se sientan arenosos o irritados, y en casos severos, provocar daños en la córnea. La fatiga es otra afección frecuente y puede ser debilitante.
Otros síntomas incluyen dolor e inflamación en las articulaciones, glándulas salivales inflamadas, sequedad en la piel, la nariz, la garganta y la vagina, y en algunos casos, problemas en órganos internos.
Causas y factores de riesgo
Las causas del síndrome de Sjögren no se comprenden completamente. Según la Dra. Bortolotto, se sabe que es una enfermedad autoinmune y que factores genéticos y ambientales contribuyen a su desarrollo. "Hay evidencia de que ciertos genes pueden aumentar la susceptibilidad a desarrollar la enfermedad, y las personas con antecedentes familiares de enfermedades autoinmunes tienen mayor riesgo", explicó.
También generan un mayor riesgo las infecciones virales (como el virus de Epstein-Barr y el citomegalovirus), factores hormonales (es más común en mujeres), y la exposición a ciertos factores ambientales como la radiación ultravioleta y el tabaquismo.
Es una enfermedad autoinmune en la cual el sistema inmunológico ataca erróneamente las glándulas que producen humedad.
Diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de Sjögren puede ser complejo debido a la diversidad de los síntomas y su superposición con otras enfermedades. La profesional subrayó que la historia clínica y el examen físico son fundamentales. "Esto incluye preguntas sobre los síntomas, antecedentes familiares de enfermedades autoinmunes, y la evaluación de las glándulas salivales y lagrimales. Existen pruebas de sangre para buscar marcadores de inflamación y autoanticuerpos específicos del síndrome de Sjögren. También se utilizan pruebas para evaluar la función de las glándulas salivales y la producción de lágrimas, así como biopsias de glándulas salivales menores y pruebas de imagen como ecografías y resonancias magnéticas”, comentó.
Tratamiento
El tratamiento del síndrome de Sjögren se centra en aliviar los síntomas, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente. "Para la sequedad de la boca y los ojos, usamos lágrimas artificiales, geles oftálmicos y medicamentos como la pilocarpina que estimulan la producción de saliva y lágrimas. Es fundamental el cuidado dental riguroso para prevenir caries y enfermedades de las encías. Para tratar la inflamación y el dolor, se pueden utilizar analgésicos, antiinflamatorios, corticoides y fármacos antirreumáticos”, explicó la reumatóloga.
En casos de complicaciones sistémicas, como el compromiso de órganos internos, se utilizan inmunosupresores y tratamientos biológicos como el rituximab. Bortolotto destacó la importancia de un enfoque multidisciplinario que incluya al reumatólogo, oftalmólogo, dentista y otros especialistas.
Afecta significativamente más a mujeres que a hombres.
Impacto en la calidad de vida
El síndrome de Sjögren puede tener un impacto significativo en la calidad de vida debido a sus diversos y crónicos síntomas. La sequedad bucal puede dificultar hablar y tragar, y aumentar el riesgo de problemas dentales. La sequedad ocular puede causar irritación, dolor, visión borrosa e infecciones oculares recurrentes. La fatiga crónica puede ser debilitante y afectar la capacidad de trabajar y participar en actividades sociales.
Otros problemas incluyen dolor e inflamación articular, problemas digestivos y complicaciones en la piel y mucosas. Además, los pacientes con síndrome de Sjögren tienen un mayor riesgo de desarrollar linfoma, un tipo de cáncer de la sangre.
Consejos para recién diagnosticados
Recibir un diagnóstico de síndrome de Sjögren puede ser abrumador, pero hay muchas estrategias para manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Bortolotto hizo énfasis en la importancia de educar al paciente sobre la enfermedad. "El paciente tiene que aprender todo lo que pueda sobre la enfermedad para tomar decisiones informadas sobre el tratamiento", señaló.
Para la sequedad bucal y ocular, la entrevistada recomendó “hidratarse regularmente, usar lágrimas artificiales y geles, y masticar chicles sin azúcar para estimular la producción de saliva. También sugirió mantener una higiene oral estricta y visitas regulares al dentista. Para gestionar la fatiga, es importante descansar, hacer ejercicio regular y planificar las actividades diarias para evitar el agotamiento”.
En cuanto al control del dolor y la inflamación, remarcó la necesidad de discutir las opciones de tratamiento con el médico y considerar terapias complementarias como la fisioterapia y la acupuntura. Para la piel y las mucosas, es esencial mantenerse hidratado y usar cremas y lubricantes específicos.
Prevalencia del síndrome de Sjögren
La prevalencia estimada del síndrome de Sjögren es del 0,1 al 4% de la población general, con una mayor incidencia en América del Norte y Europa. Afecta significativamente más a mujeres que a hombres, en una proporción de aproximadamente 9 a 1. La mayoría de los pacientes son diagnosticados entre los 40 y los 60 años. La presencia de antecedentes familiares de enfermedades autoinmunes aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad, así como la exposición a ciertos factores ambientales y hormonales.
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