Ni víctimas ni guerreras, el impacto de las palabras en pacientes con cáncer
No importan los avances que haga la medicina: la enfermedad se sigue asociando con la muerte. Especialistas recomiendan hablar sin eufemismos ni estigmas y evitar los mitos y los estereotipos para no aumentar el dolor.
Las palabras que se utilizan pueden amplificar el sufrimiento de las personas que tienen cáncer.
"Sos una guerrera", "No parecés enferma", "Qué valiente", son algunas de las frases que se suele decir a un paciente con cáncer. Aunque sean dichas con la mejor de las intenciones, las palabras tienen peso, generan un impacto emocional y a veces pueden beneficiar o perjudicar a quien las recibe.
En el mes del cáncer de mama, reflexionar sobre cómo se habla (o lo que no se dice) de la enfermedad es también una manera de ayudar a quienes la transitan, para procurar ser empáticos y no agravar su dolor.
La Lic. Agustina Chacón es psicooncóloga del Instituto Fleming y junto a otras dos profesionales escribió el libro "El cáncer y las palabras". El martes pasado expuso sobre la temática en un ateneo para periodistas organizado por All.Can Argentina y Novartis que se realizó en Buenos Aires.
Si bien la medicina ha avanzado mucho en los últimos años en los tratamientos, aún la palabra cáncer está asociada con la muerte. "Le tenemos muchísimo miedo. Sigue siendo en nuestro imaginario colectivo, algo que tememos", introduce la especialista.
¿Cómo se sienten con lo que decimos?
El impacto que tienen las palabras hay que tenerlas en cuenta a la hora de comunicar -sugiere Chacón- porque ser diagnosticado de cáncer trasciende lo que tiene que ver con el órgano afectado, con la patología médica y con los conceptos de salud y enfermedad; tiene una connotación cultural y una trascendencia social.
"Muchas veces el término es utilizado como un adjetivo peyorativo, que habla de aquello podrido. El Papa, por ejemplo, dijo hace poco: 'el cáncer de la corrupción'. ¿Cómo creen que se sienten las personas que tienen cáncer cuando escuchan eso? En el consultorio lo sabemos", invita a la reflexión.
Cuando recibe a los pacientes, escucha "lo no dicho" en relación a la enfermedad que transitan, es decir, "cómo viven con cáncer". Y allí aparecen las huellas de las palabras que reciben cuando alguien se entera del diagnóstico, o lo que escuchan en los medios de comunicación cuando hacen referencia a la patología.
"El impacto de las palabras es enorme, soy psicóloga y creo en el profundo valor terapéutico de la palabra. Pero también en cómo pueden hacer sufrir muchísimo a una persona", aseguró la psicooncóloga, Agustina Chacón.
En el libro, las profesionales recopilan algunas frases que recabaron de pacientes en una encuesta que realizaron en el año 2018 en el Instituto Fleming. les pidieron que mencionen tres expresiones que las ayudaban y tres que no, que recibían del ámbito social, médico, familiar, laboral y de los medios de comunicación.
Entre las más significativas, las pacientes con cáncer de mama destacaron:
1- Larga y cruel enfermedad. Los eufemismos son irritantes. Esa expresión es muy utilizada en los medios de comunicación ante el fallecimiento de una persona famosa. Para Chacón "no debe utilizarse porque los pacientes se preguntan ¿qué significa, que estuvo sufriendo durante mucho tiempo, es lo que me espera a mi? Invita a la fantasía".
2- Perdió la batalla contra el cáncer. Cuando un paciente tiene una enfermedad oncológica, sea la que sea, el primer impacto que imagina es la muerte. Después hace otro proceso: el replanteo de su vida. "Muchas veces los pacientes dicen 'esto me vino para tal cosa o aprovecho a partir de acá a decir basta y a poner límites'. Entonces estar diagnosticados de cáncer no solamente hace que uno gane o pierda, en estos términos tan extremos, sino que nos da la oportunidad de replantearnos la vida y la mayoría de las pacientes toma de esa manera el proceso de la enfermedad, ya sea que se cure, que se haga crónico o que muera. Reducir una persona solamente a perder o ganar su batalla contra el cáncer es limitar la vivencia", remarca.
3- El cáncer se debe a traumas no resueltos o los rencorosos se enferman de cáncer. "No hay evidencia científica que diga que ni el estrés, ni el rencor ni el marido anterior da cáncer", aclaró la licenciada a modo de broma.
4- No pareces enferma. "¿Está mal parecer enfermos?", pregunta Chacón. "Estamos en la época en que si te sentís enferma y te quedás en la cama dicen que te vas a deprimir y te van a bajar las defensas y eso te va a causar más enfermedad. Entonces la paciente ni siquiera puede padecer tranquila porque tiene que estar pum para arriba". Y aquí vale una advertencia, otra más, de las palabras que elegimos cuando hablamos con personas que tienen cáncer: "Ojo, porque no poder mostrarse vulnerable amplifica el sufrimiento del paciente".
5- Estoy enferma, no voy a la guerra. "No me gustan las metáforas bélicas asociadas al cáncer. No está bueno pensar en términos de ganador-perdedor, luchador, cobarde, victorioso, vencedor. Porque ¿qué pasa si no "ganan la batalla"? ¿no luchó tanto?".
Escuchar esas frases incrementan el sufrimiento del paciente y no ayudan a la mayoría de las personas que transitan la enfermedad porque refuerzan la asociación con la muerte, aún cuando las tasas de supervivencia han aumentado en los últimos años.
"El impacto de las palabras es enorme, soy psicóloga y creo en el profundo valor terapéutico de la palabra. Pero también en cómo pueden hacer sufrir muchísimo a una persona. Los pacientes, en estado de vulnerabilidad, pueden amplificar las palabras que le dan miedo y minimizar aquellas que por ahí son más ciertas".
¿Por qué hablamos así?
"La manera en que hablamos del cáncer es cómo pensamos el cáncer", expresa la especialista. Y allí aparecen expresiones como las mencionadas, que esconden algo más. Se habla de cáncer en base a:
- Estigmas, que son marcas en el cuerpo.
- Mitos o creencias Para explicarlo, citó un ejemplo que ocurre sobre todo en el noroeste argentino donde evidencian un mayor abandono de los tratamientos de cánceres ginecológicos. "Se da porque están asociados a un montón de connotaciones propias de esa zona que hace que el paciente no vaya a la consulta, o no la siga; o el marido no la deje ir si el médico es varón. Todo esto está en la construcción de cada uno de qué significa enfermar de cáncer".
- Estereotipos: "Son acuerdos sociales en relación a un tema que son inalterables, inmutables. El estereotipo de un enfermo de cáncer es que tiene que ser flaco, ojeroso , verde, sin pelo, y estar vomitando".
- Eufemismos: "Estamos llenos: 'tenés un tumorcito, un nodulito', 'lo tuyo' son palabras que se utilizan para no mencionar la palabra real, en realidad tratan de decir aquello que si se dijera cáncer generaría mucho dolor. Antes lo era, porque en una época la mortalidad era alta".
"El cáncer es una enfermedad común pero compleja. Empezar a hablar de otra manera nos va a ayudar a afrontarlo sin tanto miedo y a comunicar de una manera más asertiva, efectiva, afectiva".
La propuesta es, entonces, derribar las metáforas bélicas, revisar mitos y prejuicios y reflexionar sobre ellos. Ser empáticos desde la elección de las palabras que elegimos al comunicarnos para evitar amplificar el sufrimiento de las personas que tienen cáncer. Así, sin eufemismos, estigmas ni estereotipos.
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