Enrique Cruz (h)
Enviado especial a Balcarce
Son 28 jugadores, con Biglieri, Lagos e Iberbia incorporados, esperando por los refuerzos que faltan y por los amistosos que llegarán la semana que viene.
Enrique Cruz (h)
Enviado especial a Balcarce
Balcarce está ubicada a 65 kilómetros de Mar del Plata, pero pareciera estar a “años luz”. Reina la paz, la tranquilidad, no está ese bullicio tan característico y particular de la Feliz y no hay mar. Balcarce no es una ciudad balnearia ni turística.
Quienes vienen a pasear a Balcarce lo hacen, sobre todas las cosas, para conocer la ciudad donde nació uno de los mejores deportistas que dio la Argentina en toda su historia: Juan Manuel Fangio, el quíntuple campeón mundial de automovilismo. Algo irrepetible, agigantado a través del paso del tiempo y ante la ausencia, ya desde hace décadas, de un corredor argentino que intente seguir sus pasos. El único fue Reutemann.
Y a cada paso que se da en Balcarce, hay algo de Fangio que hace que uno tenga que recordarlo a cada momento. No sólo su museo, por el que hay que oblar 150 pesos para visitarlo (en eso andaban los jugadores de Colón, deseosos de ver de qué se trata), ubicado enfrente de la gran plaza que le da a Balcarce un ámbito pueblerino y que está justo del otro lado del hotel en el que se aloja la delegación sabalera.
En la entrada, una réplica de uno de los coches utilizados por Fangio parece volar por encima de los que ingresan a Balcarce. Hay una calle que tiene su nombre, se están construyendo edificios con su nombre, un hotel con su nombre, hay concesionarias con su nombre y en cada lugar (hoteles, restaurantes, etcétera) hay fotos, pinturas y cualquier demostración artística que vincule a Balcarce con Fangio.
Y está bien. Eso es pertenencia. Fangio ha sido uno de los mejores deportistas de la historia argentina, quizás irrepetible por logros, y tanto él, como Maradona, Messi, Vilas o Monzón, entre tantos otros, son símbolos identificatorios del éxito deportivo en nuestro país.
Aquí está Colón, en Balcarce, repartiendo su trabajo entre el campo deportivo denominado Los Patos, ubicado en la entrada a la ciudad, y el estadio municipal, en el otro sector y luego de atravesar la avenida Kelly de punta a punta.
Son 28 jugadores los que llegaron junto a Darío Franco y sus colaboradores, esperándose la venida de algunos de los refuerzos. Las habitaciones se repartieron de una forma pensada y tratando de juntar a los que, supuestamente, mayor afinidad pueden tener. Mehring comparte la pieza con Bailo (a propósito, ¿se quedarán los dos o alguno será prestado como ya ocurrió con Bailo?), Verón lo hace con Federico Ruiz, Vegetti con Castillo, Biglieri con Maximiliano Martínez, Conti con Poblete, Alan Ruiz con Broun, Mazurek con Landa, Mauro Marconato con Mateo Hernández, Ledesma con Clemente Rodríguez, Callejo con Joaquín Giovanini, Benegas con Saín, Palomeque con Nicolás Leguizamón, Garnier con Sperdutti y Lagos con Iberbia.
Como se puede apreciar, tres de los refuerzos con mayor nombre que se sumaron al plantel sabalero ya están concentrados en Balcarce. Lagos es el jugador que posiblemente reemplace el lugar que dejó libre Cristian Llama, uno de los jugadores (junto con Braian Romero y Cristian Guanca) que dejó el grupo y que venía desempeñándose como titular.
Carlos Tiraboschi, un viejo “vignattista” de la primera hora, es el hombre que acompaña al plantel. “Lavini va a llegar el viernes o sábado porque iba a Afa en estos días a arreglar el tema de los contratos. Es posible que también venga Jorge Giorgetti, pero en principio me quedo hasta el final”, cuenta el dirigente, que en una larga charla con el enviado de El Litoral repite a cada momento que “vamos a hacer una economía de guerra, volveremos a la vieja receta que impuso Vignatti en otros tiempos y que le dio resultado. Vamos a cuidar muy bien el dinero del club y no por ello vamos a vender mal los jugadores. Por eso, Conti se va a quedar. Y si alguien lo quiere, que no traigan papeles o promesa, sino dinero”.
Es que la situación sigue sin aliviarse, porque se recibió al plantel con una deuda (se habla de casi tres meses) y entonces se intentará destrabar un dinero que Afa le está debiendo al club. Pero no sólo eso, también hay algunas cuentas por cobrar, como la que el Inter de Porto Alegre adeuda por Luque, que le vendría muy bien a las arcas sabaleras: son 800.000 dólares que ya fueron reclamados por este jugador que fue vendido hace un año y medio y que viene de salir campeón con Peñarol de Montevideo.
Paralelamente, se buscará darle un nuevo impulso al fútbol amateur. Javier López y el “Chueco” Miguel Robledo estaban a cargo a principios del año pasado, cuando Reynaldo Merlo era el técnico del equipo. Ambos se hicieron cargo del plantel profesional hasta mitad de año. Y después, Javier se fue y el “Chueco” de reconocidas valencias profesionales y humanas que Colón ya comprobó en varias ocasiones- siguió, aunque algunos problemas de salud lo obligaron a dar un paso al costado.
Pero además, la realidad y la evaluación que se hace en Colón es que la anterior dirigencia se debió abocar a los problemas económicos y deportivos sin ponerle énfasis al fútbol amateur. Ahora, la responsabilidad pasará por Julián Tiraboschi, que viene de una experiencia de 14 años trabajando en Newell’s, quien trabajará junto a Héctor Bidoglio, un profesional que además de haber jugado al fútbol, de haberse criado en las canteras de Newell’s, luego se nacionalizó venezolano para jugar en la selección “vinotinto” y trabajó mucho tiempo en aquél país.
Una vez que regresó a la Argentina, trabajó con Berti en Newell’s, con Teté Quiroz en Aldosivi y luego trabajó también en la coordinación de inferiores “leprosa”. No será el único en venirse de Rosario a Santa Fe, sino que también regresará Ricardo Johansen, para dirigir nuevamente a la reserva sabalera.
Los debutantes
A todo esto, seis chicos prolijamente elegidos por Hernán Franco, hermano del técnico rojinegro, se incorporaron al plantel que viajó a esta ciudad y ya han sido bautizados con el corte de pelo, que en esta ocasión se adelantó considerablemente, pues a las horas de estar en esta ciudad, los seis chicos ya tenían sus cabelleras a la miseria.
Mateo Hernández es el más benjamín, con apenas 17 años, volante central y su referencia es Alan Ruiz, a pesar de que no juega en su puesto.
Nicolás Leguizamón ya tuvo algunas actuaciones relevantes con la reserva de Ariel Segalla el año pasado y se recuerdan sus dos goles en pocos minutos para ganarle a Godoy Cruz en Mendoza. “Soy delantero, me gusta jugar de 9 y no tengo una referencia de puesto, miro de cada uno lo mejor”, dice el pibe sabalero.
Franco Verón es marcador central y no tiene empachos en decir que su ídolo es Paolo Maldini. Maximiliano Martínez es lateral por derecha en un plantel que tiene a Castillo, que seguramente recuperará en breve a Cuevas pero que tuvo a Garnier (Franco dijo que quiere trabajarlo para jugar de central) como titular en ese lugar. Tampoco tiene problemas ni se ruboriza cuando dice que Dani Alves es su espejo en el puesto.
Mauro Marconato es un pibe que estuvo en Italia siendo muy jovencito, es enganche y tiene a Juan Román Riquelme como ídolo.
Por último, Joaquín Giovanini es otro de los volantes centrales que trajo Franco (no tendrá en cuenta a Leys y no se quedó Ballini) y le gusta cómo juega Ezequiel Videla, aquel volante central que en medio año dejó una imagen óptima en el club más allá de haber descendido.
La realidad
Así está Colón, esperando por la llegada de algunos refuerzos aunque Franco ya está mucho más tranquilo. La base del plantel que terminó se quedó (era una de sus prioridades) y sumó algunos jugadores que le pueden dar un salto de calidad, como Iberbia, Lagos y Biglieri, al margen de otros que tendrán que demostrar por qué Franco los eligió, como Mazurek.
Dicen que el técnico quería sumar un central de experiencia (en algún momento pensó en el paraguayo Silva) y que les ha pedido un “9”. Y cuentan también que en sus charlas con Vignatti, decididamente metido en el trabajo de armado del plantel, se mostró seguro, claro y confiado, algo que cayó bien en la nueva dirigencia rojinegra.
Los amistosos llegarán la semana que viene, con Atlético Tucumán (comparten el hotel con el plantel que dirigen Azconzábal y el Pepi Zapata) y con Olimpo, el equipo de Osella. En principio, el objetivo es estar lo más alto posible en la zona, sumar puntos para engordar un promedio flaco y que el equipo funcione como en los últimos seis partidos del torneo pasado.
Más los clásicos, claro. Porque estamos en Santa Fe y todos saben lo que significan los clásicos. Algo que Vignatti priorizó siempre en sus tiempos de dirigente.
Entradas
La Asociación del Fútbol Argentino informó ayer que la entrada popular para el torneo de Primera División 2016 saldrá 150 pesos. En tanto, para jubilados, pensionados y damas, el valor será de 75 pesos; mientras que los menores tendrán que pagar 45. En el Nacional B, el ticket general será de 130 pesos (65 pesos para jubilados-pensionados-damas; 30 para menores). Para ir a la Primera B Metropolitana, la entrada popular será de 100 pesos (50 pesos para jubilados-pensionados-damas y 20 pesos para menores).