El rendimiento individual del equipo dejó que desear y eso configuró una actuación colectiva que fue mala en el primer tiempo y que ni siquiera alcanzó para ser aceptable en el segundo.
El “Conejo” entró cuando faltaban menos de 15 minutos para el final (sin contar el descuento) y convirtió un bonito gol. Crédito: Manuel Fabatía
Cuando un equipo defecciona, regala un tiempo y la mejoría es muy débil en el otro, cuesta mucho encontrar alguna figura para destacar. Son muchos los rendimientos negativos y escasean los nombres que, al menos, pudieron mantener un nivel positivo, a la altura de lo que potencialmente pueden ofrecer. Quizás Benítez (6) por el gol y Perlaza (6), por la aproximación que tuvo al arco rival, sea lo poquito para rescatar. En el caso del “Conejo”, entrando cuando faltaban menos de 15 minutos para el final (sin contar el descuento), pero convirtiendo un bonito gol. Y el colombiano, porque buscó poner la pelota contra el piso pero con muy pocos acompañantes para desarrollar juego, algo que a Colón le faltó durante los 90 minutos.
Chicco (5) no pudo hacer nada en los goles. Meza (5) fue más atacando que defendiendo, complicado en la marca de De la Vega y Troyansky, pero aportando algo de llegada por su costado. Garcés (5) y Goltz (5) quedaron defendiendo en campo grande en el segundo tiempo, lidiando con la movilidad de Leandro Díaz y Delgado (3) cometió un grosero error en el primer gol y nunca pudo encauzar su nivel futbolístico en el resto de los minutos que estuvo en cancha, hasta que se retiró cansado y dio lugar al ingreso de Teutén, de pocos minutos en el campo.
En el mediocampo, lo dicho de Perlaza, que se sumó a lo muy poco de Alvarez (4), que apenas si pudo ganarle alguna vez las espaldas a Sánchez Miño en el primer tiempo pero con muy poca incidencia en el juego (casi nula) y lo propio con Ibañez (4) por el otro costado, que al margen de algún centro, nunca pudo ser una alternativa de juego para el resto de sus compañeros. Vega (5) impuso presencia, cometió varias infracciones y eso lo llevó a ser amonestado por Dóvalo y motivó su salida prematura, cuando recién había comenzado el segundo tiempo.
Allí, en el mediocampo, el equipo levantó cuando entraron Pierotti (5) y Tomás Galván (5). Al menos, tuvieron más movilidad y participación que Alvarez e Ibañez. Esto hizo que el equipo levante un poco el nivel, más allá de que nunca alcanzó ni siquiera el rótulo de aceptable.
Arriba, aparecieron muy desconectados Neris (4) y Wanchope (4), sobre todo en el primer tiempo. La búsqueda de ambos se dio, sobre todo, a través de pelotazos que partían desde los pies de los defensores o de Perlaza. Neris tuvo un poco más de movilidad y en Wanchope se nota que le está faltando desde lo físico. El ingreso de Benítez, en el final, al menos brindó la posibilidad de que el equipo llegue al gol con un remate desde afuera del área. Adentro de ella, los grandes ganadores fueron los defensores de Lanús.
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