El “Bichi” ya es historia. La mejor y más linda de todas, pero historia al fin en Colón. Por eso el sabalero empezará este sábado una “nueva vida” en el fútbol argentino. Frente a Lanús y ante un marco multitudinario, nace la era post Fuertes en el Cementerio de los Elefantes. Todo un lindo desafío, donde profesionalmente Colón achicó al mínimo el margen de equivocación, depositando en el secretario técnico —Gabriel Omar Batistuta— todo el peso de la responsabilidad en cuanto a la elección de los reemplazantes.
La decisión futbolística más importante de los últimos años —reemplazar al goleador histórico— quedó en manos de alguien que si algo conoce en el fútbol es cómo resolver el tema del gol. Por algo fue domador de redes en todos lados y sigue siendo el máximo artillero de toda la historia en el Seleccionado Argentino.
Era evidente, en un mercado deprimido, que nadie “tiraría la casa por la ventana”. Y esta vez Colón, dándole continuidad a la idea en el tiempo de un mismo entrenador y de un mismo manager, apuntó a la calidad antes que a la cantidad. Por eso las fichas de Emanuel Gigliotti, Rubén Darío Ramírez y Hernán Bernardello (no se descarta que llegue sobre el cierre alguien más).
La grave lesión del uruguayo Ernesto Javier Chevantón —apuntado en su momento como reemplazante de Fuertes— y el retiro del mismo “Bichi” obligaban de antemano a poner todo arriba. Sin dudar. Entonces, Colón buscó uno conocido y uno por conocer.
En el caso de Gigliotti, formado en clubes chicos (General Lamadrid y All Boys), transferido al Novara de Italia, con buen pasaje final en San Lorenzo con Caruso y la necesidad de terminar de consagrarse en Colón. En cuanto a “Tito”, goleador de la primera parte de la temporada pasada con la camiseta de Godoy Cruz y protagonista de un verdadero “culebrón” que finalmente terminó escribiendo un final feliz para todas las partes: el jugador quería volver a Colón y Colón quería el retorno del artillero de Margarita.
Finalmente, con una gran “presión” del jugador y una fuerte apuesta de la institución en la parte económica, Colón terminó repatriando un refuerzo en un puesto —el de delantero con gol— que no abunda en el balompié criollo.
Más allá de la salida de Ariel Garcé, de mitad para atrás Colón mantuvo la base (Pozo, Alcoba, Pellegrino y los dos volantes tapones: Bastía y Prediger). Y recuperó a Ronald Raldes, el experimentado zaguero boliviano.
Además de los nombres propios de refuerzos, al salto de calidad se lo pueden dar los jugadores de inferiores que todo el mundo espera que “exploten”: Mugni, Graciani, Luque, Alario.
Vuelve el fútbol, vuelve Colón, volvió Ramírez. Se fue el “Bichi. Este sábado, además de la gran ilusión, empieza la era post Fuertes en el mundo sabalero.