(Enviado Especial a Termas de Río Hondo)
Una multitud colmó la plaza principal. Además, muchos esperaron la llegada del micro que trajo al plantel del último entrenamiento. Piovi va a jugar. El plantel regresa desde Santiago del Estero luego del partido.
(Enviado Especial a Termas de Río Hondo)
Cuando la emoción se hace carne en los hinchas y la pasión manda, se arman estos escenarios de euforia que convierten al fútbol en un fenómeno de masas imposible de igualar. Lo demostró Colón en estas Termas calientes como nunca, pero no sólo por la temperatura del agua –y del clima- sino por el calor que le están poniendo los hinchas de Colón desde hace largas horas.
El banderazo sabalero desde el drone de El Litoral
El banderazo dominó la escena en la plaza principal de Termas. El cartel con letras de colores que dice “Yo amo Termas” quedó literalmente tapado por la marea humana que se congregó cerca de las 20 del viernes. Desde todas las arterias aparecían hinchas de Colón. Parecía mentira pero no veía uno solo con la camiseta de River. Eran todas camisetas rojinegras que caminaban en procesión, movidos por el amor y la fidelidad por la divisa.
Los cantos se sucedieron, adornados con humo de colores y todo el cotillón que el hincha es capaz de aportar. Banderas, algunas bombas de estruendo y mucho ruido. El aliento no paraba. Y el plantel también lo pudo percibir, un poco más alejado del centro de la ciudad (a 20 cuadras del aeropuerto), cuando regresó del entrenamiento liviano que se prolongó por una hora y media aproximadamente en las cómodas instalaciones del Termas Golf Club.
Banderazo sabalero en Termas de Río Hondo
Apenas bajó del micro, Gonzalo Piovi confirmó que está bien y que va a jugar. Todavía tiene algo de dolor, pero probó y finalmente será uno de los once que saldrán este sábado, con el tradicional atuendo rojinegro y pantalones negros, en búsqueda de la segunda estrella en un año soñado y añorado por generaciones y generaciones de hinchas sabaleros.
Los futbolistas llegaron al Termas Uno y se dirigieron a sus habitaciones. Pero el centenar de hinchas que lo esperaban a la llegada del entrenamiento, siguieron cantando y desde allí arriba tiraron algunas camisetas que los hinchas dirimieron para ver quién se quedaba con el preciado trofeo.
La nota risueña la dio una de las chicas, que gritó “Tirame un calzoncillos” a uno de los jugadores, provocando la carcajada generalizada. Y cada uno con su propia historia, con sus rituales y también con sus promesas. Como la que hizo un sunchalense que andaba con una botellita de gaseosa mientras sus dos acompañantes –de apellido Bucci, histórico en el mundo Colón- disfrutaban de una cerveza. “El 4 de junio prometí que no iba a tomar alcohol y acá estoy, cumpliendo mi promesa”, dijo sonriente, aunque quizás arrepentido.
La agenda marca que este sábado a las 18, el plantel partirá hacia el estadio (hay 70 kilómetros a recorrer) y que luego del partido no habrá regreso a Termas, sino que el avión se abordará directamente desde el aeropuerto de Santiago del Estero.