Pancho Lamolina: "En la vuelta de Maradona contra Colón, debí echar a Caniggia y me equivoqué"
El ex árbitro estuvo en Santa Fe y habló de aquél partido en la Bombonera, la tarde de la discusión de Diego con el Huevo Toresani y la famosa frase: "Te espero en Segurola y Habana". El VAR, los clásicos que dirigió y el día que pensó que lo mataban en Colombia, en un mano a mano con El Litoral.
Aquella famosa tarde del 7 de octubre de 1995, cuando Diego volvió al fútbol argentino ante Colón y Lamolina lo echó a Toresani. Colón perdió 1 a 0 esa tarde en la Bombonera, pero el Gringo Trossero, técnico sabalero, lo planteó muy bien y complicó el retorno de Maradona luego de cumplir la suspensión por el doping en EEUU.
"Pancho" Lamolina no pasó desapercibido en el arbitraje. Tuvo una gran carrera, fue el representante argentino en el Mundial de 1994 en Estados Unidos pero, además, fue el exponente de una manera de dirigir que contrastaba con la de otros que tenían un estilo opuesto. Lamolina fue el mentor del "siga, siga". Y en ese entonces se contrapuso con la forma de actuar en la cancha de otro gran árbitro que tuvo la Argentina, como fue Javier Castrilli. "Yo dejaba jugar, Castrilli cobraba; yo no amonestaba, Castrilli sí; yo no expulsaba, Castrilli sí", dice "Pancho", aunque esto no puede tomarse de manera tan taxativa. Pero el choque de estilos fue claro y apreciable a simple vista, en tiempos distintos a los actuales, arrancando por ejemplo en la no existencia de un elemento tecnológico que hoy permite subsanar errores.
Los clásicos que dirigió, el día de la vuelta de Maradona y la expulsión de Toresani, aquella noche en Colombia cuando pensó que lo mataban, la relación con Nicolás (su hijo), el fútbol actual y el VAR, fueron algunos temas de una larga charla con un hombre que, sin dudas, implantó un estilo para dirigir.
-Porque se inauguró una escuela de árbitros y tuvieron la delicadeza y el honor de ponerle mi nombre. Estoy muy contento y por eso vine a Santa Fe. Es una escuela que va a manejar el sindicato municipal y me siento congraciado. Fue muy agradable para mí.
-¿Sabía que dirigió tres clásicos santafesinos…?
-… Deberías refrescarme la memoria.
-La primera final del 89 por el ascenso a Primera que ganó Unión, el empate en el 93 en cancha de Colón cuando luego se accidentó y falleció el Indiecito Solari y una victoria de Colón en el 94 con una gran actuación del Loco González…
-Recuerdo el último, el de los goles del Loco González… También ese partido en el que luego se dio lo del accidente… Mirá, te voy a contar algo: nosotros teníamos un profe que siempre nos decía que había que borrar rápidamente, de la mente, el partido que habíamos dirigido... Era un concepto hasta sicológico, porque de esa manera se evitaba volver a dirigir condicionado a un determinado equipo si es que algo había pasado en el partido anterior… Te digo en serio: fue algo que tomé al pie de la letra y me ayudó mucho en mi carrera.
-Pero debe tener presente el partido de la vuelta de Maradona y la expulsión de Toresani…
-¡Ese sí…! Soy un poco desmemoriado pero a ese partido lo tengo muy fijo en mi mente porque era la vuelta de Diego al fútbol argentino y por todo eso que pasó con Toresani, una muy buena persona que afortunadamente luego pudo recomponer esa relación con Maradona y terminaron siendo muy amigos en Boca… Pero en el momento, Segurola y Habana fue muy bravo… (risas)
-Ese lío con Maradona se arma por un foul de Caniggia a Unali…
-Caniggia se tiró muy mal, yo lo amonesté y vino Toresani y me puteó… Yo lo eché a Toresani porque me insultó… Y él empezó a reprocharme que Diego me había dicho que lo echara, pero eso no fue así, te pouedo asegurar que no fue así… Después pasó lo que pasó con ese muchacho fantástico que era Toresani, yo le tenía un gran aprecio, de verdad…
-¿Y de la jugada de Caniggia…?
-¡Lo tendría que haber echado…! Esa misma noche me dí cuenta que me equivoqué, fue muy injusto porque el que se debió ir expulsado se quedó adentro y el que se tendría que haber quedado adentro, por Toresani, se fue de la cancha… ¡Y todo eso porque yo me equivoqué!... No me pareció violenta y cuando la ví en mi casa, me quería matar…
Francisco Lamolina junto a Ariel Sclafani, integrante de la Liga Profesional y glorias del fútbol santafesino: Paulo Rosales, Adrián "Chupete" Marini, Pedro Uliambre y Luis Abdeneve en las muy buenas instalaciones del CUEC. Crédito: Manuel Fabatía
-¿Recuerda el gol de Scotto?, porque tenía la cara ensangrentada…
-No lo ví, tampoco lo considero error porque no lo ví… Lo de Caniggia sí.. Quedó una sensación muy grande de injusticia y eso no es bueno para un árbitro… Esa tarde no fue buena mi tarea… Era la vuelta de Diego, todos estábamos muy contentos, fue lo más grande que ví y con Messi fue lo mejor que hemos tenido… Pero esa tarde me equivoqué.
-Epoca de grandes jugadores que a usted le tocó dirigir, Pancho…
-Bochini, el Beto Alonso… Jugadores de una categoría increíble, pero el Diego era el número 1… No me condicionó dirigirlo, no me pidió que lo echara a Toresani. Discutía con él, porque el Huevo le entró muy fuerte un par de veces…
-Usted fue el árbitro argentino en el Mundial de Estados Unidos. ¿Cómo se enteró de lo de Diego?
-Me entero por el periodismo argentino y me causó una gran decepción porque Argentina tenía una selección tremenda, de las mejores que tuvimos… Yo ya estaba comprando los regalos porque si Argentina avanzaba, me volvía… (risas). Ese equipo era una máquina… Nos golpeó mucho, como argentinos y como futboleros… A mí me terminó beneficiando luego porque fui el cuarto árbitro de Brasil-Italia, que fue la final…
-¿Se pega más ahora que antes?, ¿es más violento el fútbol?
-Es diferente el fútbol. Antes había más espacios… El fútbol cambió, antes había más hombres y no digo que no sean hombres los de ahora, sino que ahora son más jóvenes… Antes se podía jugar a dos toques, se podía girar, hoy es más físico… Diferente a lo que viví yo.
-¿Antes había más lealtad?
-Antes había más referentes, con ellos se podía manejar el partido sin problemas… Por ejemplo, vos lo tenías a Ruggeri… Entonces, le decías a Ruggeri: 'Oscar, el 14 me está molestando...', y él iba y le decía: "Pibe, vení para acá, no te metas con el referí'... Era diferente el diálogo, ¿me entendés?
-¿A qué jugadores no te gustaba dirigir?
-Bravos hubo siempre y en todos lados… Jugadores que jugaban fuerte como Giunta, Hrabina, el Loco Enrique… Pero a todos los dirigía por igual y a los que iban más fuerte, trataba de calmarlos de antemano… Yo disfrutaba mucho dirigir porque soy futbolero, me gusta jugar, fui árbitro porque seguí la carrera de mi viejo, el primer Lamolina en dirigir fue mi papá, pero a mí siempre me gustó jugar al fútbol.
-Permítame una humilde opinión: con el "siga, siga", usted arriesgaba, llevaba el partido a un nivel extremo pero que beneficiaba al espectáculo porque no lo cortaba por cualquier cosa…
-Te agradezco lo que decís… Yo trasladé el jugador de fútbol al arbitraje, yo me consideraba un jugador de fútbol sin patear la pelota, pero adentro de la cancha me divertía en este sentido: trataba de adivinar por dónde iban a salir jugando, me posicionaba de acuerdo a cómo se paraban los equipos, si jugaban con línea de cuatro o con línea de tres y todas esas cosas… El dejar jugar tiene el tremendo riesgo de que no te interpreten y se crean que porque no cobraba faltas menores, era porque no sabía o porque era un mal árbitro… Es más difícil dirigir dejando jugar que cortando permanentemente… Yo estaba feliz de la manera en que lo hacía…
-¿VAR sÍ o VAR no?
-Var "ni"… Cuando llegó, dije 'qué bueno el VAR, justicia deportiva'… Y hoy no me convencen la líneas del offside, no muestran de manera cabal el momento en que parte el pase y ni hablar de las manos, que algunas cobran y otras no… Nacieron un montón de palabritas raras como "posición natural o antinatural" de las manos… En mi época, se juzgaba la intención o no de tocar la pelota con la mano y en base a eso era penal o no… Hoy se grita un gol y tenés que esperar cinco minutos, con el árbitro tocándose la oreja, para ver si festejás o no… Es muy raro y distinto a nuestra época…
"¿VAR si o VAR NO?... Yo te diría VAR ni...", dijo Pancho. Crédito: Manuel Fabatía
-¿Se sufre siendo el padre de Nicolás?
-Muchísimo… Y pienso que mi viejo debe haberlo sufrido conmigo, porque el mentor de los Lamolina fue mi viejo… Me gusta verlo pero no me gusta verlo… Yo sé que es raro lo que digo… Disfruto que esté dirigiendo, pero sufro un montón… Hablo mucho con él, es un pibito bárbaro, respetuoso y me escucha. En mi casa se respira fútbol.
-Pancho, con todas estas cosas que tiene el árbitro de hoy, usted, ¿hubiese sido mejor árbitro de lo que fue?
-¡Y claro!… Nosotros no teníamos nada de lo que hay ahora… El intercomunicador es fantástico, no teníamos ningún tipo de comunicación, el juez de línea bajaba o subía la banderita y así era nuestra comunicación de entonces… Yo le tengo esperanza al VAR, pero van a tener que corregirlo, igual que con las manos, ponerse de una buena vez de acuerdo y unificar criterios… Esto es por el bien del fútbol porque a la Fifa le preocupa tener buenos partidos…
-¿Y lo de Colombia…?
-… Ufff… Esa vez pensé que nos mataban…
-¿Cómo fue aquello?
-Fue el momento más duro, difícil y patético que me tocó vivir. El árbitro era Loustau y vamos a dirigir con él y con Romero la final de la Libertadores entre Atlético Nacional de Medellín y Olimpia de Paraguay. Nosotros dos, Romero y yo, éramos los asistentes porque en ese momento, los asistentes en la Libertadores éramos los mismos árbitros… La cancha de Nacional no daba con los requisitos de la Conmebol en cantidad de público y se jugó en Bogotá ese partido. Estábamos cenando la noche anterior en un hotel muy lindo y de repente aparece un hombre muy bien vestido, de traje, se sienta en la punta de la mesa y sorpresivamente apoya una ametralladora y le dice a Loustau: "Hay una cantidad de plata para vos, tenemos que ser campeones y si no somos campeones, a vos y a tus jueces de línea los vamos a matar"… Era gente de Pablo Escobar.
-¿Ustedes estaban al tanto?
-No teníamos ni idea de lo que pasaba en Colombia en esa época, Nacional había perdido la ida 2 a 0 y tenía que dar vuelta el resultado… Después, con el tiempo, cuando vi la serie de Pablo Escobar me dí cuenta de que todo lo que decían era cierto… Esa noche no dormimos, el partido estuvo a punto de suspenderse… Qué se yo, se puso muy brava la cosa… La cuestión es que Nacional ganó el partido 2 a 0, fueron a penales, patearon como 16 penales y ganó Nacional… Pero no termina ahí el tema.
-¿Siguió…?
-Siguió… Volvimos al hotel y Loustau baja al hall en un momento a buscar el video del partido que se lo habían prometido, cuando desciende de un auto este señor de traje que había estado la noche anterior, lo agarra de los pelos y lo mete adentro, se lo llevan y al rato vuelve Loustau todo maltratado… Le dijeron que había sido un boludo, que lo podrían haber matado y que inclusive, por 1.000 dólares, lo podrían haber mandado a matar en la Argentina, que no hizo nada para que Nacional ganara, qu tuvieron que ir a los penales… Y bueno, con el tiempo nos enteramos que habían derribado un avión para matar a un político… ¡Mirá si no iban a matar a tres árbitros…!
-La última Pancho, ¿quién es Francisco Lamolina?
-Un tipo que quiso ser jugador de fútbol profesional y no pudo, que ama este deporte y que es feliz por haber elegido la carrera de su padre.
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