Está la camada de los pibes de la casa, pero los "grandes" y foráneos no se quedan atrás. El recambio será clave, porque hay partidos cada tres o cuatro días.
Eduardo Seval El grito de gol de Luna Diale y de todo el 15 de Abril repleto. Un debut inmejorable de Unión ante el campeón River.
Correr, meter, pensar... Siempre sin perder el orden. No es un pressing alto, no va a tapar la salida de los centrales rivales. Es un pressing medio insoportable, asfixiante. La gran pregunta cuando terminaba ese primer tiempo que, sin despeinarse, Unión debió irse 2-0 arriba de River, era una sola: ¿podrá sostener el equipo de Munúa ese ritmo físico?. No sólo que lo mantuvo sino que por momentos lo intensificó.
Si un equipo del fútbol argentino, de la mano de Gallardo, no tiene posiciones fijas... ese es River. Por eso muchas veces aparecen laterales-volantes o directamente todo-campistas en posiciones de gol. Para ese "problema", Unión encontró la solución: en varios pasajes (con otros intérpretes) le pagó con la misma moneda. Y eso fue neutralizando el plan Muñeco en Santa Fe.
Ejemplo: el banco de River le pedía al "3" que jugara bien abierto, sumando mucha gente al ataque. Allí hubo un movimiento tatengue muy inteligente desde lo táctico: Juárez nunca se comió la "trampita", porque el problema no sería Elías Gómez por afuera sino los volantes rompiendo por adentro. Nunca se comió esa "cortina".
Es complicado que un equipo pierda un partido con jugadores que estuvieron todos desde 6 ó 7 puntos para arriba. Pero, muchas veces, jugar bien para equipos como Unión no le alcanza para bajar a River. ¿Por qué?: porque casi siempre juegan mejor los de Gallardo. Esta vez le alcanzó, porque la visita nunca salió de la trampa de Munúa.
Dos cosas del resultado: 1) no era necesario llegar al gol con un penal inexistente; 2) no era necesario "alambrar" en el final con la adición de Pitana, porque Unión debió ganar por dos goles y sin sufrir.
Está más que claro que el equipo amanece en el 2022 con la misma idea que se fue a dormir inmensamente feliz en el 2021: meter, correr, presionar. Y, cuando se puede, golpear.
Que las figuras fueron Luna Diale (la rompió en todos los amistosos) y Portillo quedó claro. Pero a ese ramillete de chicos (Vera, Nardoni, Picotón, Juárez, Calderón) se le suma la experiencia de los grandes.
Eduardo Seval La alegría de todos tras un partido planificado y ejecutado de manera perfecta.
La alegría de todos tras un partido planificado y ejecutado de manera perfecta. Foto: Eduardo Seval
Del tridente Moyano, Corvalán y Brítez, "Emma" jugó un partido altísimo, subiendo al podio. Y lo de Álvez fue inexplicable: con un gol se hubiera ido ovacionado mucho más. Fue a todas: hace rato que Unión no tiene un "9" así.
Se vienen, ahora, partidos cada tres o cuatro días. La sensación, con la cantidad que refuerzos que llegaron para la triple competencia, es que Unión tiene más que el año pasado. Por empezar, claro está: ahora tiene un cuerpo técnico en serio de la mano de Munúa.
Por ejemplo, tiene recambio y eso es importante para el pressing físico que exige el entrenador como ADN de juego.
La goleada al clásico rival, el bonus de la Sudamericana y ganarle al mejor equipo de la Argentina (el River de Gallardo) parecen marcar que para Unión ya empezó el carnaval. Lo de la gente, sin palabras.
El altísimo número de socios, las tribunas repletas y el aliento ensordecedor del final para que River no se viniera armaron la mejor postal de un 15 de Abril que volvió a mostrar el mejor césped del fútbol federal a toda la Argentina.
En el parejo fútbol argentino, Unión de Santa Fe empezó a crecer. De a poco pero sostenido. Se hace respetable. En un año de triple competencia y jugando cada tres o cuatro días, equipos refrescantes como el de Munúa pueden sacar ventajas. Sólo el destino tiene la respuesta sobre cuál será su techo. Por lo pronto, en López y Planes ya es carnaval.