Enrique Cruz (h)
El vicepresidente habló con El Litoral en la cancha de Banfield. Dijo que Spahn actuó con responsabilidad, que su canal de diálogo siempre fue el representante del jugador y que “ahora se viene un momento en el que todos los unionistas tendremos que ayudar al club”.
Enrique Cruz (h)
Faltaba una voz oficial en toda esta “novela” que duró meses y que tuvo como protagonista a Franco Soldano. Había hablado el representante, también lo hizo el jugador, faltaba la dirigencia. En la cancha de Banfield, antes del partido, lo hizo el vicepresidente Marcelo Martín. Es el dirigente de mayor trayectoria que hay en el club, conocedor de tantas situaciones desde aquellos tiempos en los que el negocio del fútbol era muy diferente a esta actualidad en la que muchas veces, los clubes quedan desprotegidos frente a determinadas situaciones. El tema Soldano preocupa en Unión, sobre todo por el desenlace que puede tener al ingresar en el último año de su contrato.
—¿Qué va a pasar con Soldano, Marcelo?
—El título que tengo para mí, me llena de orgullo. Que un jugador como Franco haya planteado que jerarquiza el proyecto de Unión, y a esto lo digo desde la tripa, me llena de satisfacción y me infla el pecho.
—Estamos de acuerdo, porque siempre reclamamos ese sentido de pertenencia que aquí se refleja, pero, ¿no es un riesgo su situación actual?
—Mirá, el presidente actuó con responsabilidad en este proceso, de eso no tengo dudas. Ojalá podamos continuar el vínculo con Franco para que siga en Unión y que en el futuro podamos venderlo y no cortarle su carrera. Pero me pregunto, ¿cuántas veces escuchamos que un jugador se “planta” y se quiere ir?. Acá es al revés, el jugador se quiere quedar.
—¿Por qué decís que Spahn actuó con responsabilidad?
—Porque Soldano tiene un representante y el diálogo es con el representante.
—¿Esto lo decís por aquellas declaraciones que hizo el viernes, cuando dijo que nadie de Unión lo había hablado?
—Claro. Nosotros tenemos que dejarlo tranquilo y que él sólo piense en lo deportivo. La intención fue siempre la de venderlo porque Unión necesita de dinero para solventar esta campaña. Ahora quedaremos con algún hueco por cubrir porque además de los gastos ordinarios del torneo, compramos a Yeimar, la mitad de Troyanski y pagamos lo que faltaba de Zabala. Si lo vendíamos a Franco, este tránsito iba a ser más sereno.
—Y anunciás que habrá problemas económicos...
—No podemos pensar que una billetera salvará todo, el esfuerzo económico que hizo Spahn fue notable en todo este tiempo y tenemos que pensar que hemos capitalizado el club, potenciamos el plantel y creo que estamos un poquito mejor que antes, aún con la salida de Gamba. Pero a este momento lo vamos a tener que afrontar todos los unionistas, porque si no, andaremos a los saltos.
—¿Y si no se puede arreglar con Soldano?
—Yo no estoy evaluando el gesto de Soldano, lo reivindico, lo digo así, con todas las letras. Ahora hay que hacer un esfuerzo para que continúe y espero que la salida de Franco no sea la que se piensa, sino que sea a través de una buena transferencia. De corazón lo digo: pienso que Soldano es un pibe muy noble y no tenemos ningún gesto de su parte, que nos lleve a pensar de otra manera. El presidente me dijo que vamos a poner el mejor esfuerzo para que esto termine bien. Pero deberá ser un esfuerzo solidario de todos los unionistas.
—¿Por qué no pensaron antes que había que ampliar el contrato y no entrar en el último año?
—No es que no se piensa, muchas veces no se puede. Que Yeimar quede en Unión y tenga un contrato por tres años o que venga Acevedo, también forma parte de una política de contratos. Yo creo que se va a llegar a un buen final. Y vuelvo a lo de antes: el presidente tuvo relación directa con el representante. Soldano es un buen pibe y el diálogo con él está siempre abierto, pero hay un canal de charla que nunca se cortó y que fue con Rubiola.
—¿Hoy son más importantes los representantes que los dirigentes para vender un jugador?
—No tengo ninguna duda. Los representantes van estableciendo relaciones y te doy un ejemplo: la relación con los secretarios técnicos de los equipos europeos la tienen los representantes y no los dirigentes.
—¿Hubo crisis económica con el plantel?, ¿es cierto que amenazaron con no viajar?
—No hubo crisis, sino un planteo por los premios de la clasificación para la Sudamericana, pero no puedo titularla como crisis ni tampoco se llegó al límite de amenazar con no viajar. La solucionamos con aportes de afuera y de los dirigentes. Pero vuelvo a lo de antes, es un momento en el que todos los unionistas tendremos que apoyar al club.
—¿Pensás que es necesario volver a formar una subcomisión de fútbol?
—Sí, creo que sí. No falta mucho para que haya cuatro o cinco personas que tengan esa relación directa. El presidente me dijo que está pensando en volver a formarla.
—¿Y por qué la “descabeza”?
—No, no estoy de acuerdo con ese término, no coincido... A mí me tocó hacer ese trabajo un montón de tiempo. Te puedo asegurar que es un trabajo desgastante.
—¿Se vienen tiempos de sangre, sudor y lágrimas?
—... No sé... De lágrimas seguro que no... Sudor y sangre, puede ser... pero vamos a trabajar, colaborar, aunar esfuerzos entre todos los unionistas, hacer lo que hicimos tantas veces... Hay un espacio cubierto que es el salario de los jugadores, que la gente se quede tranquila con eso. Con lo que entra por Superliga, pagamos los sueldos del plantel. Tenemos algún atraso con los premios, pero estamos al día con los sueldos... Esto es cuestión de plata y gestión.
—Para vos y en lo personal: ¿éste era el momento de vender a Soldano?
—El jugador se vende cuando alguien lo quiere comprar, no podemos ponerle el tarrito para ver quién se lo quiere llevar. Unión quería venderlo, pero a mí me puso recontra bien escuchar que un jugador diga que privilegia el proyecto deportivo de Unión. Hacen falta estos tipos que digan que se quiere quedar en Unión. Ojalá se quede y que lo podamos vender en el futuro. Si esto ocurre es porque arreglamos el contrato de Franco, está claro.
Un “agujero”
Unión necesitaba vender a Soldano, no sólo para no sufrir estos problemas como el atraso en el pago del premio por la clasificación para la Sudamericana, sino porque se vienen gastos en el estadio (sobre todo el cambio del sistema lumínico) que se iban a solventar con ese ingreso extraordinario. Tanto la oferta de Vélez en su momento (llegó a ser de 2,5 millones de dólares por el 50 por ciento del pase, con lo que Unión se quedaba con un 25 por ciento en una futura venta), como la de Monterrey (por el 75 por ciento de Unión en la cifra que el club consideraba) fueron las que le cerraron al club. Soldano se quedó, ahora hay que arreglar la ampliación del contrato, esperar que en el futuro se presente una oferta que le cierre a todas las partes pero, mientras tanto, la falta de ese recurso extraordinario tendrá implicancia en la parte económica del club. Ya hubo que salir a responder con aportes varios para pagarle al plantel antes de la partida a Buenos Aires.
“La Copa Argentina es muy rebuscada, larga, desgastante y no redituable económicamente. Cuando contás traslado y gastos adicionales, no te queda nada de lo que ganás. Lo que yo digo no suena lindo. Tiene que ser con menos equipos y en mejores lugares. Para clubes como Unión, es una Copa antieconómica. Para mí se viene una modificación para el futuro inmediato”. Marcelo Martín. Vicepresidente de Unión