Lunes 18.11.2019
/Última actualización 15:01
Si bien los últimos antecedentes de Unión en la Bombonera no han sido buenos (perdió los últimos tres partidos que jugó allí y, además, el que jugaron en Santa Fe por el torneo anterior, la noche que ganaba 1 a 0, lo echaron a Martínez y Boca lo dio vuelta), Madelón sabe lo que es ganar allí (era el DT en la última victoria, por 4 a 3) y le ganó bien el amistoso de principios de este año (la noche de los dos goles de Lotti en el Minella marplatense).
Madelón sabe cómo hay que jugarle a un grande, aunque a veces no salga del todo bien. Así, en este año supo de una victoria en la cancha de River (primer partido oficial del año) y de un empate en la apertura de esta Superliga, con un esquema que podría tildarse de defensivo, pero que sirvió para neutralizar al rival y sacarle un 0 a 0 muy bien cotizado en ese momento.
Aquella vez —como en otras en el torneo anterior—, Madelón empleó un 5-4-1. Es decir, sacó un delantero neto —como en teoría tiene pensado para este partido del domingo— para agregar un defensor. Esa modificación de esquema le había traido buenos resultados el años pasado, cuando ganó dos partidos seguidos de visitante, uno de ellos (ante Rosario Central), goleando y produciendo una brillante actuación.
Si tuviese los hombres disponibles, Madelón podría haber pensado en ese 5-4-1 que, en este torneo, sólo lo empleó en el encuentro ante Racing (armó la defensa con Martínez, Blasi, Yeimar, Bottinelli y Corvalán). Bien cerrado atrás, soltando un poco a los marcadores de punta y con libertades también para que los volantes acompañen al único punta. En esa primera fecha no tenía disponibles a los delanteros y solo contaba con Troyansky. Por eso apostó a ese esquema, solidificando su estrategia defensiva y resignando bastante del medio hacia adelante.
La idea es poblar el mediocampo con cinco volantes. Con Mazzola afuera y descartado hasta el año que viene, el técnico se convenció —en apariencia— de que tenía que plantear un partido bien estratégico, como el que hizo en el cilindro de Avellaneda en la primera fecha. Aquella vez, después del partido, declaró que era por esa vez y que no iba a insistir. No fue el Unión que se vé habitualmente, aún en las tardes flojas (a excepción de ese partido olvidable ciento por ciento ante Newell’s en el Coloso). Creo que tampoco será el Unión que se verá el domingo en la Bombonera.
Luis Cetraro Walter Bou, el único delantero con alma de tal que pondrá Madelón en la cancha de Boca, lo cual no quiere decir, de ninguna manera, que Unión resigne sus chances ofensivas. No es la idea.Walter Bou, el único delantero con “alma de tal” que pondrá Madelón en la cancha de Boca, lo cual no quiere decir, de ninguna manera, que Unión resigne sus chances ofensivas. No es la idea.Foto: Luis Cetraro
Plantear un partido estratégico es tratar de robarle la pelota a Boca y de quitarle espacios. Tampoco es tan evidente el cambio de esquema, porque Cavallaro es un jugador de ataque. Arranca de atrás porque tiene la genética del volante, le gusta tomar contacto con la pelota y por eso retrocede para hacerse de ella. No es lo mismo jugar con Cavallaro que con Troyansky (sería el jugador elegido para salir). Después, habrá que ver si la posición de Cavallaro es detrás de Bou, como un enganche delante de la línea de cuatro volantes o si Madelón arma un esquema con un volante más replegado (Acevedo o Elías) y dos más (Cavallaro y el que se suelte un poco más de los dos nombrados anteriormente) formando un triángulo central. Es decir, con Cavallaro como interno y arrancando desde atrás. Pero nadie le puede quitar la libertad de atacar, porque es lo que él siente.
Había otra alternativa y era la de sumar un volante defensivo, ejemplo Javier Méndez. Con el uruguayo, se habría ganado en la contención y allí sí, con seguridad, el esquema habría sido un 4-1-4-1. Carabajal y Bonifacio son jugadores que están propensos, con distintas características, a brindar compañía ofensiva. Pero si a ellos se suma a Cavallaro, hay indicios claros de que no se va a resignar ataque, como ocurrió en el partido ante Racing, cuando hubo una propuesta defensiva, utilitaria y adaptada a circunstancias poco propicias en ese momento, mucho más enfrentando en la primera fecha al equipo que venía de ser campeón.
Madelón sabe que Boca, por naturaleza, presiones y obligaciones, saldrá decididamente a atacar. Y que más allá de los nombres que ponga Alfaro, la idea será la de asumir la iniciativa del partido. Y Madelón también sabe que le tiene que dar cierto refugio a la “improvisación” que debe hacer en el fondo, jugando con dos centrales que nunca jugaron juntos (Blasi-Corvalán), con la notoria ausencia de la zaga que fue indiscutible en los últimos dos años y medio. Ellos deberán hacer su tarea, marcando a jugadores desequilibrantes en los que siempre descansan los clubes grandes. Pero Madelón sabe que tiene que aportarle la cuestión táctica y estratégica para sorprender a un técnico analista y estudioso como Alfaro.