Más allá del amargo empate por 1 a 1 que se llevó Unión ante Junior de Barranquilla por la primera fecha de la fase de grupos de la Copa Sudamericana 2022, un hecho lamentable tuvo lugar tras el pitazo final.
Luego del cierre del duelo por Sudamericana entre el “Tatengue” y Junior, se detectó en el sector noreste de la tribuna un hecho que involucró a un agente de la fuerza y fanáticos rojiblancos.
Más allá del amargo empate por 1 a 1 que se llevó Unión ante Junior de Barranquilla por la primera fecha de la fase de grupos de la Copa Sudamericana 2022, un hecho lamentable tuvo lugar tras el pitazo final.
Cuando culminó el encuentro y el público comenzaba a retirarse del 15 de Abril, desde el sector que une la cabecera donde se ubica “La barra de las Bomba” y la tribuna que se encuentra sobre Cándido Pujato, comenzaron a arrojarse toda clase de proyectiles al campo de juego, sobre todo botellas de plástico con agua.
A la par de la caída de los objetos al césped, se pudo escuchar un exacerbado cántico por parte de los hinchas “Tatengues”. Los destinatarios eran parte del personal policial ubicado dentro del campo de juego.
Si bien no se conoce con exactitud qué fue lo ocurrido, uno de los efectivos policiales realizó gestos provocativos a la parcialidad de Unión haciendo alusión a su clásico rival Colón.
Minutos más tarde, se pudo ver al presidente de Unión, Luis Spahn y otros dirigentes, que se dieron cuenta de la situación y de inmediato hablaron con las autoridades del operativo policial en el sector del estacionamiento del club. Habrían identificado al agente.
Al margen de esto que pasó al término del partido, vale rescatar también lo que aconteció mientras se jugaba el primer tiempo y, desde el sector de tribunas, voló un encendedor de color azul. El mismo fue advertido por el árbitro uruguayo, quien de inmediato alzó el encendedor y lo llevó al sector en el que estaba ubicado el cuarto árbitro.
Habrá que ver si consta en el informe o si alguno de los veedores de Conmebol resuelve hacerlo. Cabe destacar que la Conmebol suele aplicar duras sanciones, principalmente económicas, cuando se produce algún disturbio que ensombrece la normal realización del espectáculo.