Este fin de semana se celebró la 121ª Peregrinación a Guadalupe. En esta oportunidad, con un contexto muy particular, teniendo en cuenta la condición de asilamiento social, obligatorio y preventivo en el cual se encuentra el país, debido a la pandemia del Covid-19.
Sin dudas fue una fiesta histórica, la primera que no tuvo celebración externa. Todo transcurrió en el interior de la Basílica, con las puertas cerradas, con un templo vacío y con la participación de quienes ayudaban en la ceremonia y contados representantes eclesiales y del personal de salud.
Otro rasgo histórico fue que se sacó de su hornacina del Camarín a la estampa de la Virgen que dio origen a la devoción guadalupana a mediados del siglo XVIII en Santa Fe y se bajó la imagen, por séptima vez en la historia. Hechos que no sólo marcaron un frío dato histórico sino un momento de profunda emoción para todos los devotos de la Virgen.
El importante papel de las redes
Si bien la primera imagen que queda de esta edición de la Fiesta de Guadalupe es la de silencio, el vacío y la ausencia de peregrinos, los organizadores destacaron la transmisión de las celebraciones a través de las redes y los medios de comunicación social que se sumaron a la que se generó desde la página oficial de la Basílica de Guadalupe, así como la innumerable cantidad de mensajes recibidos. La participación virtual superó, ampliamente, lo que hubiera sido la participación presencial.
“Teniendo en cuenta las redes que cuantifican el seguimiento de las transmisiones, podemos afirmar que más de cuatrocientos mil peregrinos virtuales siguieron las celebraciones del fin de semana, a los que hay que sumarles quienes las siguieron por radios, canales de televisión y portales web. Sin lugar a dudas que la cantidad no es lo principal cuando se trata de la fe. Por eso, también hay que tener en cuenta la emoción que acompañó a las celebraciones; esa emoción puesta de manifiesto en cada mensaje, en cada familia que se reunió para participar, en cada persona que puso a los pies de la Virgen y, por su intermedio, en las manos de Dios, su agradecimiento o su petición, su certeza o sus dudas en medio de esta situación que estamos atravesando”, comentó a El Litoral Olidio Panigo, Cura Párroco y Rector de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
En dicho contexto, Panigo agradeció la presencia de Monseñor Sergio Fenoy, quien presidió por primera vez todos los días de la Novena y las dos misas del sábado y domingo de la Fiesta. Lo mismo ocurrió con el Papa Francisco, quien justamente a través de Fenoy manifestó su saludo y bendición para quienes estaban participando virtualmente de la Fiesta.
“Fue una sensación dura el sábado a la mañana ir a rezar a la Basílica y no escuchar nada. No ver el movimiento habitual de los operativos que se preparan para la fiesta de Guadalupe en circunstancias normales. Incluso no encontrarme con peregrinos en el interior de la Basílica. Sí hubo mucha gente que paraba con sus autos en el frente, hacía un momento de oración y seguía. O quienes salían a hacer los mandados, pasaban y se quedaban a rezar en la vereda, frente a un banner que pusimos para la ocasión. Siempre respetando el distanciamiento”, concluyó Panigo quien recordó que las donaciones que se hacen en la fiesta habitualmente, se pueden hacer igual a través de Cáritas Santa Fe.