Arranca la "uberización" de Santa Fe: serán 340 los coches por apps de viajes habilitados
¿Se podrá controlar que todos los choferes por plataformas estén en regla? Lo que dejó el debate en el Concejo.
Esta semana se abrirá el registro de inscripción para choferes que quieran trabajar a través de las empresas como Uber, Cabify y Maxim, entre otras. Crédito: Gentileza
En la ciudad de Santa Fe, hay actualmente 681 taxis y 681 remises habilitados. Y según supo El Litoral, serán 340 los choferes autorizados para viajes concertados a través de plataformas electrónicas (apps de viajes), donde también pueden sumarse taxistas y remiseros.
“Esta semana se va a abrir el registro. Se están llevando a cabo reuniones sobre el tema”, aseguraron a El Litoral fuentes municipales: hay 90 días para hacer el trámite.
Los que quieran ser choferes por apps de viajes (Uber, Maxim, Cabify, etcétera), deberán completar un formulario, presentarlo ante la Municipalidad, y de ahí en más, si todo está en regla (aquí se incluye la certificación de que el chofer debe tener el carnet profesional Clase D1), se les entregará un troquel para que se los pueda controlar.
¿Cómo un inspector municipal controlará que un “uber” esté en regla, es decir, que respete los alcances de la ordenanza? Primero, por la chapa patente; segundo, que los coches “uber” deberán tener un código QR con los datos del conductor y del coche en el parabrisas.
Además, sólo el titular del auto va a poder ofrecer viajes por una aplicación: no podrá poner un chofer. Aquí se acreditará con la tarjeta verde que es el titular del coche, más la RTO al día, entre otros requisitos.
“Habrá que ver cómo se controla. La Municipalidad deberá ejercer un control muy exhaustivo sobre todas las unidades que ejerzan este nuevo servicio de transporte privado. Estaremos atentos y con un seguimiento diario de los ‘ubers’ ilegales, sobre todo de las motos, que están prohibidas por la ordenanza”, deslizó a este diario una alta fuente vinculada con los subsistemas de taxis y remises de la ciudad.
Apuntes desde el Concejo
En el debate que se dio en el Concejo de Santa Fe luego de la sanción de la ordenanza que regulará las aplicaciones de viajes, quedaron sobrevolando algunas certezas y otras tantas dudas que, justamente, apuntaron a la capacidad operativa del municipio capitalino para controlar los nuevos “protagonistas” de la movilidad urbana en la ciudad.
“Estoy muy satisfecha con la aprobación de esta normativa. Luego de estos largos meses de trabajo, llegamos a tener un nuevo marco normativo para autorizar las aplicaciones de viajes en la ciudad. Y lo hicimos con responsabilidad, escuchando a todos los sectores y recibiendo e incorporando los aportes de todos los concejales”, aseguró la presidenta del Concejo, Adriana “Chuchi” Molina.
El Concejo ya hizo su trabajo: aprobar el marco normativo. Ahora, habrá que ver cómo se implementa en los hechos la ordenanza de las apps de viajes. Crédito: Archivo El Litoral / Mauricio Garín
Quien “militó” desde el oficialismo -y realizó un estudio sobre la regulación desde la comisión de Transporte y Servicios Públicos, que luego se remitió al Ejecutivo- fue María Beatriz “Titi” Barleta. La edila radical aseguró que se dio un “paso firme” hacia “la modernización y el progreso”, y ponderó el “coraje” del intendente Juan Pablo Poletti de afrontar el tema.
Luego picanteó: “Este debate viene de años... Salvo algunos concejales (en elíptica alusión a Sebastián Mastropaolo, quien cuando fue legislador local fogoneó este tema, pero el oficialismo jatonista no le dio curso, e incluso retuvo ‘ubers’ ilegales), nadie se atrevió a abordar la regulación de las apps de viajes, abandonando a su suerte a usuarios y choferes, que simplemente querían tener la posibilidad de elegir qué sistema utilizar”, declaró Barletta.
“No sólo transformamos la manera en que nos movemos, sino que también demostramos que somos una ciudad que no le teme a los desafíos. Con esta ordenanza damos más empleo formal, y al usuario, más seguridad y previsibilidad. Erradicamos la competencia desleal”, adujo. Y agradeció el consenso de sus pares por la sanción unánime.
“Espejitos de colores”
Otro de los oradores fue el también oficialista Carlos Suárez (Interbloque “Unidos”). Primero, celebró la nueva regulación, que fue producto “del trabajo y de los consensos políticos alcanzados”. Luego, admitió no querer “comprar espejitos de colores”, en alusión a las empresas multinacionales que ofrecen estos servicios de traslados.
“Los que tenemos algunos años y nos toca vivir en esta época, sabemos que (las empresas) son absolutamente volátiles. Frente a esto, que no significa negar la existencias de las apps, muy por el contrario, debíamos encontrar el camino del equilibrio con relación a cuidar a quienes ya brindan este servicio (taxistas y remiseros). Y creo que lo logramos”.
La aspiración del concejal es que la norma funcione lo mejor posible, que permita “robustecer los subsistemas de taxímetro y de remises y que, a partir del control, sea una normativa ejemplar para todo el país”, enfatizó Suárez.
“Capacidad de control, ¿hay?”
La concejala justicialista Jorgelina Mudallel admitió que era necesario modernizar la movilidad en la ciudad, y que las apps pasaran al campo de la legalidad. Sin embargo, dijo en el recinto, “no puedo dejar de manifestar mi preocupación por la capacidad de control por parte del municipio: si antes no controlaban, qué garantías hay de que ahora lo hagan”, cuestionó.
Y luego habló de los Uber Moto, servicio que está prohibido en la normativa, pero que, según la edila opositora, “es una situación sobre la cual no veo ninguna posibilidad de controlar y de evitar. Ahí me parece que tendrán que imponerse los controles”.
Los controles municipales deberán extremarse para garantizar que los choferes de las plataformas cumplan a rajatabla los alcances de la nueva ordenanza. Crédito: Archivo El Litoral / Mauricio Garín
Mencionó luego otro punto: las gestiones para sacar el carnet profesional. “Hoy hay falencias para, por ejemplo, la renovación de la licencia de conducir. Imaginemos qué puede pasar cuando muchas personas que quieran ser choferes de las apps quieran sacar los carnets Clase D 1”, pronosticó, deslizando que habrá en este aspecto un cuello de botella.
“Acto de fe”
Otro aporte interesante fue el del edil oficialista Carlos Pereira. “Primero, estamos atravesando una crisis del transporte público que es histórica, que viene desde antes de la pandemia, en 2020. En este contexto, aprobamos esta regulación. Esto es parte del gran desafío que tenemos por delante: la sustentabilidad de los distintos subsistemas”, manifestó.
“Estamos todos confiando en que las empresas multinacionales finalmente acepten todas las reglas del juego. Esto es casi un acto de fe. Esperemos que esto efectivamente suceda. Será otro desafío. Y la realidad nos irá marcando reajustes permanentes en esta situación”, dijo.
Pereira no descartó que vendrán inevitablemente algunos conflictos, y dio un ejemplo: “Los remiseros van a tener problemas con sus agencias… Cerramos un capítulo con esta discusión, pero se vienen unos cuantos más”, aventuró.
Las páginas en blanco de esos capítulos por venir, a los que aludió el concejal, se irán llenando a medida que empiece a aplicarse la nueva normativa en los hechos y en la calle.
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