¿Es posible que en la ciudad de Santa Fe los colectivos urbanos lleguen a ser eléctricos?
Sería viable con una buena estrategia de gestión energética, coinciden dos especialistas. La ganancia sanitaria y ambiental con la electrificación del transporte público y las baterías de litio, claves. En esta capital se aguarda el llamado a licitación de uno de los sistemas más importantes para la ciudadanía.
El ahorro de un sistema de transporte por colectivos eléctrico va del 65 hasta el 80%. La foto es sólo ilustrativa.
Uno de los principales ejes de la agenda global sobre el medio ambiente y las energías renovables es la "electrificación" de los sistemas de transporte público de pasajeros por colectivos en las grandes urbes. Hay amplios consensos sobre avanzar en esto, ya que lograría una significativa reducción de la emisión de gases contaminantes, como así también un beneficio en la transformación de la matriz energética, es decir, el paulatino reemplazo de energías de origen fósil por aquellas limpias y sustentables, como la eólica o el biodiésel.
Miguel Ángel Bravo y Eduardo Henquín, los especialistas que disertaron en el Concejo.
En la ciudad de Santa Fe, el intendente Emilio Jatón prometió en su discurso de apertura de sesiones ordinarias del Concejo Municipal, en marzo pasado, que este 2022 se iba a licitar el transporte público por colectivos de esta capital. Aún no hay novedades: no se remitió el mensaje al Legislativo local, ni los pliegos de bases y condiciones para iniciar el proceso licitatorio.
En este contexto, y pensando en aquella agenda energético-ambiental para las grandes ciudades, ¿sería viable que Santa Fe cuente con un servicio público de colectivos eléctricos? ¿O esta posibilidad es apenas una "quimera", sólo realizable en las urbes de los países desarrollados?
"Sí, sería factible; pero hay que ver y copiar los modelos exitosos, como Chile y Colombia. Hoy, en los transportes públicos eléctricos en Latinoamérica los vehículos eléctricos están dados en leasing operacional (arrendamiento de bienes muebles destinado a una empresa o incluso a un Estado local). Un coche eléctrico cuesta más del doble que uno diésel, pero no lo compra ni el Estado ni el operador".
La respuesta es del Arq. Miguel Ángel Bravo, profesor e investigador universitario, empresario y experto en innovación aplicada al transporte. Y es compartida por el Dr. Eduardo Henquín (científico del Conicet), quienes participaron de un foro sobre el tema en el Concejo (ver Foro sobre energías).
Amplía el concepto Bravo: "Supongamos que hay una empresa que da colectivos eléctricos en leasing operacional: el ahorro en energía va del 65 hasta el 80%, y este ahorro hace que ese coche se repague durante su vida útil. No se desfinancia el erario público ni tienen que poner fortunas los empresarios". Y apunta Henquín: "Quizás en cuatro años se pueda hacer algo así con avances importantes de transformación hacia la electrificación de los colectivos en una ciudad como Santa Fe".
Corazón de litio
La clave de todo es la batería de litio: diez años después de que se termina el ciclo de tracción de cada batería, ésta tiene una sobrevida de unos 20 años más en acumulación de energía. Ocurre lo siguiente: la fuerza energética que requiere una batería de este tipo para mover y traccionar una unidad de colectivos es muy alta. Y la cantidad de estrés que sufre esa batería también es elevada al extremo, en un período que va de los 5 a los 10 años.
"Luego de ese tiempo, queda agotada esa batería para tracción; pero bien se podría usar para acumular lentamente energía, ya no para mover un colectivo pero sí para proveer energía limpia a una casa, por ejemplo", asegura Henquín.
Bravo da un contexto global: "Hoy todo se está importando de China. El único proyecto en la región continental para fabricar localmente unidades eléctricas está en Brasil. El corazón de esta actividad son las baterías de litio, como ya se ha dicho. Y el 60% del grado de integración de autopartes es la batería de este tipo. Básicamente, un colectivo eléctrico es una batería de litio con ruedas", ejemplifica el experto.
Proyectos
"Lo que propusimos a varios países del Continente, incluida la Argentina, es hacer inversiones modulares con baterías de litio para 3.300 colectivos por año, con una inversión empresarial del 75%. Esto quedó cajoneado en Argentina", se queja el Arq. Bravo. "Y si se importa a 30 mil dólares por tonelada (de productos para transporte), y la Argentina exporta 890 dólares promedio por tonelada, algo está mal: es una contradicción. Y en el país el litio está, están las carroceras, hay un gran ecosistema de emprendedores y pymes autopartistas, y contamos con todo el recurso humano".
Para Bravo y Henquín, lo ideal sería que Santa Fe y otras provincias "se pongan de acuerdo para tener una planta que abastezca prioritariamente de baterías de litio, por ejemplo. Y otra cosa: que al transporte público lo pague el que pueda, y el que no, viajará gratis. El problema es subvencionar al que no se tiene que subvencionar".
¿Qué quiere decir esto último? "Que un sistema de transporte público sustentable con energías limpias deber ser también eficiente en términos económicos y sociales: esto es, que (a un colectivo eléctrico) se suba la persona de clase más alta porque es más cómodo y barato que sacar su auto (y que pague el viaje), y que a su vez, a través del ahorro del transporte eléctrico (65 hasta 80%) se subvencione al que no puede pagar, para quien movilizarse sería gratis".
"Es la llamada reasignación de recursos -añade Bravo-. Si el Estado 'tira' 400 mil millones de pesos en subsidios al transporte por año, hay que reasignar esos recursos para que todo sea más eficiente. Esa es mi opinión". Con todo, ¿qué debe pasar para cambiar las cosas hacia un sistema que utilice energías limpias? "Todo depende, como siempre, de una decisión política", coinciden y cierran ambos especialistas.
Foro sobre energías
Se realizó el Foro de Ambiente "Estrategias energéticas globales", en el Concejo Municipal. Participaron el Dr. Eduardo Henquín -quien disertó sobre los enfoques científicos y técnicos de las estrategias energéticas futuras- y el Arq. Miguel Ángel Bravo, profesor e investigador universitario, experto en innovación aplicada al transporte, quien a su vez disertó sobre el impacto de la electrificación del transporte público y semipúblico. También participó vía Zoom el Ing. Claudio Galeano, quien habló sobre energías autosustentables alternativas.
La impulsora del conversatorio, Adriana "Chuchi" Molina (UCR-Juntos por el Cambio), le explicó a El Litoral qué éste fue el segundo foro de ambiente: "En esta oportunidad la intención fue que el debate sea sobre energía, entendida como un recurso indispensable para el funcionamiento y desarrollo de las actividades de las grandes ciudades".
En este sentido, "hay que concebir las energías en la generación y su uso de una manera sostenible y racional. Creemos que en la ciudad de Santa Fe hay muchos elementos que nos van permitir desarrollar iniciativas innovadoras sobre este tema, y para formas sustentables de generación de energía. Universidades, centros de investigación tecnológica, institutos y privados vienen trabajando sobre distintas propuestas. Es imprescindible desarrollar políticas públicas locales para generar articulaciones con esos actores del conocimiento y de la ciencia", subrayó Molina.
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