El personal de salud fue (y es) clave en esta pandemia. Todos los sectores involucrados en un hospital, casi no tienen respiro desde hace un año a estos días. Dentro de este destacado grupo, están los enfermeros. En el Hospital Iturraspe, a raíz del Covid-19, hay tres sectores claves, donde los enfermeros son de suma importancia: la Guardia Central, el Bloque D (creado y destinado solo a Covid) y la terapia Intensiva.
El 19 de octubre de 2019 se realizó el traslado del Hospital Iturraspe de su antigua casa a su actual ubicación en Blas Parera al 8300. "Nos estábamos organizando para desempeñarnos en dos servicios que se unificaron cuando llegamos acá: clínica médica y oncología. Cuando empezamos a escuchar las noticias de este virus nuevo, lo veíamos como muy lejano, más allá de mantenernos informados como profesionales de salud", dijo Alejandra Lozano (Mat. N.º 0849), enfermera del Bloque D.
Edgardo Contreras (Mat. N.º 0041), Jefe de Enfermería de la Guardia Central, comentó que "el cambio de edificio significó cierto trauma en cuanto a la configuración y a la estructura edilicia. Y cuando recién nos estábamos acomodando, en los primeros meses de 2020, apareció la pandemia".
"No sabíamos a lo que nos exponíamos. Veíamos a través de la prensa lo que pasaba en Europa y parecía una película", manifestó Cristian Strada (Mat. N.º 1824) enfermero de Terapia Intensiva. Cuando empezaron a llegar los casos más cercanos, sobre todo a nuestro país, comenzaron las capacitaciones y se informaban a través de los jefes cómo organizar en el trabajo".
"El Comité de Infectología del hospital se ocupó de enseñarnos y después iban por cada uno de los servicios para ver si estábamos preparadas, para que no tengamos miedo, porque teníamos muchos, como por ejemplo cuando teníamos que ponernos o sacarnos los equipos, no debíamos fallar para no infectarnos o ser portadores del virus. El miedo a lo desconocido nos unió", explicó Loza.
Flavio Raina Edgardo Contreras, jefe de enfermería de la guardia central.
Edgardo Contreras, jefe de enfermería de la guardia central.Foto: Flavio Raina
Primer caso
"Recibí la primera paciente Covid y fue bastante complejo. En 15 años de terapia intensiva jamás pensé que íbamos a tener tanto trabajo, pero el hospital respondió de buena manera. La calidad de enfermería es excelente, también los médicos, kinesiólogos, radiólogos, etc", expresó Strada quien agregó que "el primer caso fue muy difícil. Entró una señora a las 10 de la noche y estuve trabajando dos horas de corrido con ella".
"No recuerdo la fecha pero el primer caso que llegó generó un revuelo muy importante porque no sabíamos si las recomendaciones que nos daban eran efectivas. Por suerte no hubo contagios masivos dentro del grupo. Hubo algunos pero no simultáneos y ninguno llegó a requerir internación en cuidados críticos", dijo aliviado en ese sentido Contreras.
El Litoral Cristian Strada, enfermero del área de terapia intensiva.
Cristian Strada, enfermero del área de terapia intensiva.Foto: El Litoral
Trabajo en equipo
Los tres coincidieron en que "fue fundamental que trabajemos juntos y que nos ayudemos y compartamos también las experiencias porque cada paciente no se manifestaba para todos igual. Eso también nos fue ayudando a vencer los miedos y relajarnos cada vez más, para que después se transforme en parte de nuestro trabajo atender ese tipo de pacientes. Al principio parecíamos autómatas, pensando más que nada en lo técnico".
"Tras pasar etapas muy difíciles, a un año podemos decir que el equipo de la guardia está consolidado, sabe lo que hace, cómo tiene que trabajar y cómo abordar a los pacientes. El miedo a contagiarse o contagiar a los familiares siempre está", agregó Contreras.
Distinto a los de la guardia central fue lo que ocurrió dentro del grupo de enfermeros de terapia intensiva, y Strada así lo recuerda: "Lo peor que nos pasó es que tuvimos un compañero internado. De haber compartido guardias con él a tenerlo como paciente, fue catastrófico. Era una situación desagradable, ver cómo estaba era como trasladarse uno a la cama. Lo tuvimos internado casi tres meses, pero gracias a Dios y a que trabajamos muy bien pudo salir adelante, también con mucho apoyo de la familia".
Otro punto de coincidencia entre los tres enfermeros fue respecto a la gente de infectología del hospital que les dio una mano muy grande a la hora de cómo trabajar con ese tipo de pacientes; y también el gabinete psicológico, siempre atento para ayudar ante una situación en general que creó mucho estrés y angustia, factores que "favorecen" a la enfermedad.
Sobre el final Contreras expresó que "el hospital Iturraspe es una familia. Si la guardia no funciona, el resto de los servicios se verá afectado y viceversa. Algún servicio que se vea colapsado también terminará afectando a la guardia porque estamos todos interrelacionados".
La conclusión se resume en las palabras finales de Strada: "En 24 años de profesión no he visto tanto compromiso con el trabajo, de ponerse el servicio al hombro, por la sociedad y las personas que estaban afectadas".