Jueves 31.10.2019
/Última actualización 12:04
Con el objetivo de aprovechar las distintas fuentes de energías renovables, mejorar la eficiencia energética en el uso cotidiano o aplicar conceptos de arquitectura bioclimática, grupos de estudiantes y docentes de escuelas de nivel medio y técnicas de toda la provincia presentaron 27 artefactos en ConcurSOL, certamen que organiza el Conicet Santa Fe hace 11 años.
Los alumnos Fernando Varisco, Ronnie Forte y Erwin Schachmer de 4° año de la Escuela Técnica Nº 478 “Dr. Nicolás Avellaneda” de esta capital, fueron reconocidos con el primer puesto: presentaron una novedosa incubadora de huevos de granja, alimentada con energía solar fotovoltaica y celdas Peltier para mantener una temperatura constante y, a la vez, generar el movimiento oscilante que necesitan los huevos de gallina en el proceso. El proyecto fue acompañado por los docentes Mauro Tramontina y Sergio Fernández.
“Pensamos en la idea de reutilizar materiales, por eso usamos un microondas que estaba en desuso. La energía puede llegar de dos formas, por 220 voltios, a través de una fuente de una computadora que fue reutilizada; y también por medio de una batería de auto”, comentó Varisco acerca del objeto que idearon y que, para cargar tanto la fuente como la batería, utiliza energía solar que es almacenada gracias a un panel.
“La verdad que el proyecto estuvo muy bueno y aprendimos un montón de cosas. Hubo complicaciones que se presentaron a lo largo de los tres meses en los que trabajamos para terminarlo y presentarlo al concurso”, añadió Schachmer.
La idea de incubar huevos
“Particularmente en mi infancia tenía la idea de cuidar aves y pensé qué mejor forma que tener una incubadora universal, porque esta incubadora sirve no sólo para gallinas, sino para muchas especies de aves; obviamente para un huevo de avestruz no va a poder entrar”, aclaró Varisco, y su compañero Forte agregó: “Al poder regular la temperatura se pueden incubar hasta huevos de reptiles. Además de controlar la temperatura, tiene censor de humedad porque en el interior los huevos la necesitan”. A los estudiantes le quedó pendiente poner a prueba el prototipo. “Lo terminamos días antes del concurso y no lo pudimos probar. Tal vez pueda llevarlo a mi casa y ponerlo a prueba”, comentó Fernando, y añadió que los huevos para ser incubados necesitan un cambio de posición, por lo menos, cuatro veces al día.
A futuro, Varisco —quien apuesta a continuar con la temática avícola—, sostuvo: “La idea es ayudar a la gente que pueda tener en su casa una incubadora de aves, y así se pueda reducir el tema del gasto y del consumo energético, ya que la resistencia que estarías utilizando para calentar que gasta alrededor de 100 vatios y nuestro prototipo consume solo 30, es decir reducimos un 70% de consumo”.
Otros proyectos reconocidos
Bajo el lema “Renovemos las energías”, otros proyectos que se encuadraron dentro del Programa de Promoción de Vocaciones Científicas (VocAr) del Conicet, fueron reconocidos por el jurado. En el posicionamiento final, detrás de la “incubadora avícola solar”, se ubicó en el segundo puesto la propuesta: “Adoquines ecológicos fotocatalíticos”, de la Escuela Nº 456 “Hipólito Yrigoyen”, de la ciudad de Gálvez. Este equipo construyó adoquines, producidos con un químico cuya fórmula fue estudiada en un laboratorio con el asesoramiento de Conicet, con el objetivo de eliminar los contaminantes liberados por los escapes de los autos.
El tercer premio fue para la Escuela Nº 388 “Dr. Julio Isidro Maiztegui”, de la localidad de Arequito, por el proyecto “SRS - Secadero rastreador solar”, que se trata de un sistema robotizado para automatizar el movimiento de un deshidratador solar de alimentos, optimizando su ubicación frente al sol.