La bajante histórica y extraordinaria del río Paraná no deja de asombrar. La laguna Setúbal, afectada por estas condiciones hidrométricas, a medida que muestra su fondo lagunar deja a la vista rastros que merecen su análisis.
Las marcas circulares son producto de la forma de alimentarse que tienen estas especies. Especialistas desmintieron un video en el que se pensaba que las rayas eran las responsables.
La bajante histórica y extraordinaria del río Paraná no deja de asombrar. La laguna Setúbal, afectada por estas condiciones hidrométricas, a medida que muestra su fondo lagunar deja a la vista rastros que merecen su análisis.
En este caso, un video que se viralizó rápidamente capta varios círculos marcados en el lecho de la laguna. Quien registró estas imágenes asegura en su comentario que fueron rayas las que dejaron las huellas. El Litoral consultó a especialistas para clarificar la situación y descubrir a la especie que dejó estos rastros, y resultó que los responsables de estas huellas fueron los flamencos, que al alimentarse se desplazan en círculo y dejan marcas en el lecho.
"Hay rayas que pueden ejercer presión, hay algunas que se entierran y suelen dejar depresiones cuando se alimentan. Pero en este caso me inclino de que son flamencos. Además, esta es una época en la que las rayas recién están llegando a la laguna, son más típicas de fines de primavera y el verano", sostuvo Luis Lucifora, doctor en Ciencias Biológicas, quien es investigador del Instituto Nacional de Limnología (UNL-Conicet), pero además es especialista en el estudio de rayas del río Paraná.
"Hacia la mitad del video se ve un ´pocito` como que se levanta en el medio, y no es totalmente una depresión. También son perfectamente circulares, y si bien las rayas de acá son redondas, cuando comen y hacen pozos, los hacen porque escarban y liberan el sedimento hacia atrás, se forman una especie de conos y no dejan pozos perfectamente redondos", explicó Lucifora.
Una danza para alimentarse
Los flamencos "danzaron" en la Setúbal -como mostró en un informe este medio- durante los meses de mayo y agosto, oportunidad para que los santafesinos se maravillen con la presencia de estas aves. En la actualidad también se los puede observar -en menor número-. A medida que baja más el agua, las marcas de su visita en estas latitudes quedan grabadas y es una buena chance para seguir descubriendo a estos flamencos rosados.
"Los flamencos se alimentan por filtración, en su pico tienen una estructura que les permite sacar los pequeños organismos de los que se alimentan. Para tener mayor efectividad, hacen un baile en círculo pisoteando para remover el fondo. Es por eso que cuando el nivel del agua baja, quedan en el fondo las marcas circulares", analizó el biólogo.
A esta explicación, Pablo Scarabotti, biólogo y también investigador del Inali (Conicet-UNL), agregó que "al girar en círculos, los flamencos generan un remolino de agua, lo que hace que las partículas en suspensión se concentren en el medio. Es una estrategia de alimentación para un tipo de hábitat que en este caso es el de la laguna Setúbal".