En un lapso de cinco años, la mayoría de los heridos de armas de fuego (HAF) en hechos delictivos, disputas o confrontaciones se detectaron en todo el cordón oeste y norte de la ciudad de Santa Fe, con el extremo noroeste y suroeste como zonas altamente conflictivas. Aquí aparecen barrios como San Agustín, La Tablada, Yapeyú, Loyola Sur; y hacia abajo del mapa, Cabal, Barranquitas, San Lorenzo y Alto Verde.
A su vez, en la distribución por género en los casos donde hubo HAF, en un 91,1% fueron varones, y en un 8,9% mujeres. La franja etaria más involucrada va de los 20 a 24 años, y de los 25 a 29 años. También ocupa un porcentaje significativo la franja de jóvenes de 15 a 19 años. A su vez, si se toma la distancia entre el domicilio de la víctima y el lugar del hecho, el 54,4% de los HAF se produjeron a 500 metros, nada más.
A su vez, si se toma el componente de violencia altamente lesiva (en 2022), 159 heridos de arma de fuego derivaron en 31 homicidios, los cuales ocurrieron en 15 barrios de la ciudad, de las áreas antes mencionadas. Esos distritos ocupan apenas el 12,6% del área geográfica total del ejido urbano de esta capital, pero son escenario del 55,8% del total de hechos con violencia altamente lesiva.
Un último aporte: en la mayoría de las áreas y barrios donde hubo HAF y homicidios, hay necesidades básicas insatisfechas (NBI), particularmente entre un 20-50% y un 50-100%. En iguales porcentajes se da que en esas zonas faltan servicios esenciales para vivir con dignidad, como cloacas. En limpio: el componente de exclusión y vulnerabilidad social incide en los casos de heridos con armas de fuego, que pueden derivar en homicidios.
Foro
Algunos de estos datos ya habían sido públicos. Pero ahora se ampliaron y fueron los disparadores de un debate en el marco del Foro “Seguridad en Gobiernos Locales”, el primero de una serie de encuentros sobre diversas problemáticas públicas que se realizarán en el Concejo de la Ciudad de Santa Fe. Y la elaboración y procesamiento de este volumen estadístico fue el Observatorio de Seguridad Pública de la provincia.
Los expositores fueron la Lic. Florencia Zuzulich (Maestranda en Criminología, docente universitaria e integrante de Fundación Igualdad y de Argentina Humana); el Sociólogo Felipe Ojalvo (docente universitario y analista de datos), y la Dra. Eleonora Avilés Tulián, del equipo de Justicia Restaurativa de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Santa Fe.
De izquierda a derecha, los expositores: Felipe Ojalvo, Eleonora Avilés Tulián y Florencia Zuzulich. Crédito: Gentileza Presidencia del Concejo
El foro es parte del plan institucional para este año que impulsa la presidencia del Legislativo local. En esta ocasión, fue organizado por Jorgelina Mudallel y Jorge Fernández (Bloque PJ), y participaron concejales y funcionarios de Santo Tomé, Recreo y Monte Vera, entre otras localidades cercanas. También hubo representantes de la UTN Santa Fe.
Regularidades estadísticas
“Los datos que expusimos son el resultado de nuestra experiencia en el Ministerio de Seguridad provincial, dentro del Observatorio de Seguridad Pública. Se trata de una caracterización sociodemográfica y delictiva de los heridos por armas de fuego y las violencias altamente lesivas”, puso en contexto en diálogo con El Litoral Felipe Ojalvo.
Los resultados que más llamaron la atención, tanto a Ojalvo como al resto de equipo, fueron las tres regularidades estadísticas de las violencias altamente lesivas: “Barrios donde se vislumbran contextos de exclusión social, desigualdad y/o segregación espacial. Además, el alto porcentaje de varones jóvenes y eventos con armas de fuego que suceden cerca de los fines de semana y de noche, en su gran mayoría”, añadió el experto.
“Este es un fenómeno muy complejo que invita a tener sensibilidad social e imaginación política a la altura de algo que, claramente, con una respuesta sólo de carácter policial, no se soluciona”, agregó Ojalvo.
Cuidacoches e inclusión
-Patrullajes de la GSI con binomios policiales, la intención de colocar lectores de patentes en cinco accesos de la ciudad, “Ojos en Alerta”, la intención municipal de regular la situación de los cuidacoches… ¿Cómo evalúa estas medidas de seguridad locales?, consultó El Litoral a la Dra. Eleonora Avilés Tulián.
-Todas estas medidas buscan atender determinados tipos de delitos con ciertas características. Pero quisiera particularmente dar mi opinión sobre el proyecto del Estacionamiento Social Asistido.
Con respecto al tema “trapitos”, es evidente que hay una conflictividad social altísima por la cual se ha generado una elevada crispación en distintos sectores involucrados. Que una sociedad llegue a este nivel de crispación es porque evidentemente hay otras cuestiones que se han roto.
Quiero decir que el problema es mucho más profundo, porque si nosotros tenemos una sociedad que entiende que la única forma de poder vivir con otros es excluyendo, va a llegar un día que nos van a excluir a nosotros mismos.
Vale inferir entonces que la respuesta que busca el Estado es una respuesta efectiva a corto plazo. “Te pongo un policía en la esquina y vos estás contento”, pero no se ponen en todos los barrios, porque además sería operativamente imposible.
Los especialistas mostraron en placas los datos duros del trabajo. Crédito: Gentileza Presidencia del Concejo
Está bien atender las demandas vecinales: la gente quiere policías, luminarias, etcétera. No decimos que no tenga que hacerse eso; pero solamente con eso, ya nos hemos dado cuenta de que no nos sirve como política pública de seguridad. Ninguna sociedad del mundo logra la seguridad sólo con la presencia de la Policía.
La seguridad es convivencia y la convivencia es el reconocimiento y la aceptación del que está al lado (el otro). “El que está en el otro barrio, también es mi vecino”. A veces caemos en esta idea simplificada y binaria. Es blanco o negro, delincuente-no delincuente, impunidad-cárcel o pobreza-delito, y en el resto de los barrios que no sean periféricos “no pasa nada”.
“Con una respuesta sólo de carácter policial, no habrá soluciones definitivas”, dijo Ojalvo. Crédito: Guillermo Di Salvatore
No hay que caer en la estigmatización. Si hoy tenemos un 60% de personas excluidas no podríamos vivir. Quiero decir que si toda esa gente pobre o indigente, ese 60%, fuera violenta, no habría policías que nos alcancen. Con todo, la situación de los cuidacoches está mostrando a una sociedad que requiere otras respuestas, que son más complejas y no simplificadoras.
Qué discusión queremos
La Lic. Florencia Zuzulich también quiso participar de la entrevista con El Litoral. Consideró que lo más importante, y lo más difícil , tiene relación “con poder generar consensos políticos y plantear con claridad a la ciudadanía qué es lo que se busca, lo que se proyecta a 4, 10, 12 ó 20 años”.
“Es decir, si queremos que en un barrio donde hay 35 familias, los chicos puedan ir a la escuela sin riesgos y para garantizar eso se va a poner un patrullero. Pero esta medida, ¿sirve realmente?”, se interrogó.
Zuzulich aseguró que hoy no se discute esto. “Lo que sí se discute es: ‘Ahí donde hay un delito, mandemos un patrullero’. Pero no se le dice a las personas qué es lo que se pretende lograr con eso. Por eso expreso esta idea que planteamos de poder integrar las estrategias policiales en otras estrategias sociales de intervención sobre los problemas”, enfatizo la especialista.
Si se dice que se intervendrá sobre las violencias y sobre la seguridad pública en un determinado sector de la ciudad, “habría que pensar también en cómo se hace para que la gente pueda reproducir su vida de la mejor manera, de la forma más ordenada; que puedan trabajar, que puedan estudiar, ir al centro de salud y que todo eso esté garantizado”, concluyó Zuzulich.