El debate sobre la viabilidad de implementar el horario corrido en los comercios de la ciudad de Santa Fe, debido al aumento del boleto de colectivos -que se incrementó un 84,4% y pasará a costar 700 pesos-, desembarcó en el Concejo de Santa Fe. Un edil del oficialismo ingresó un proyecto de decreto donde plantea crear una mesa de diálogo con todos los actores involucrados del rubro comercial.
En contexto, El Litoral reunió días atrás en un artículo las voces de todos los actores (empleados, empleadores, sindicatos) sobre la posibilidad de implementar el horario corrido comercial. Ocurre que gran parte de los empleados del comercio, de seguir el horario doble mañana-tarde, deberán pagar 2.800 pesos por día, en cuatro viajes en colectivo. Hay cierta reticencia de parte de los empresarios.
Así las cosas, y en un escenario macro de profunda crisis de un servicio público de movilidad esencial, Leandro González (Interbloque “Unidos...”) planteó que el Concejo convoque a una mesa de diálogo “a los fines de evaluar la viabilidad de la implementación del horario corrido para los comerciantes de la ciudad”.
En esta instancia participarían, además de integrantes del Cuerpo Legislativo local, “representantes del Ejecutivo Municipal, del gobierno provincial, de la entidad gremial Centro Comercial de Santa Fe, del Centro Unión Empleados de Comercio y de organizaciones de la sociedad civil vinculadas con la materia”, dice la letra de la iniciativa.
Fundamentos
En los fundamentos, González recordó que la mayoría de los comercios en la ciudad operan con un horario dividido en dos bloques, uno por la mañana y otro por la tarde, “lo que implica que los empleados deben desplazarse hasta en cuatro ocasiones diarias”.
“En el caso de utilizar el transporte público, esto se traduce en un gasto significativo, considerando el precio actual del boleto de $700. Por ende, los empleados podrían llegar a gastar hasta $2.800 diarios en transporte público”, agregó. Esto hace un promedio semanal de $ 16.800, que asciende de manera mensual a $ 67.200.
La discusión no sólo se fundamenta en el precio de la tarifa del sistema de colectivos, “sino que cobra relevancia en el contexto de la disminución del poder adquisitivo de los comerciantes, derivada de la persistente inflación y otros factores de la crisis macroeconómica que atraviesa nuestro país”, advirtió el edil.
Al no existir un consenso entre los diferentes actores del rubro comercial de aplicar el horario corrido, “se hace imperiosa la necesidad de implementar estas instancias de diálogo a los fines de llegar a una solución que pueda armonizar los intereses de todos los actores intervinientes”, fundamentó el concejal radical su iniciativa.
Es cuestión de dialogar
“En el marco de la crisis socioeconómica general en que se encuentra el país, y no cerrándonos sólo a lo que pasa con el transporte por colectivos, nos parece más que pertinente rediscutir la cuestión del horario corrido comercial frente a hábitos y dinámicas que ya están preestablecidas, porque, dicho entre comillas, ‘la ciudad es así’”, dijo González, en diálogo con El Litoral.
Cuatro viajes en colectivo, 2.800 pesos, todo por día. Los empleados que se movilizan por ese sistema de transporte aducen que el costo mensual es muy elevado. Crédito: Flavio Raina
El edil recordó como antecedente que durante la pandemia por coronavirus, se implementó el horario corrido comercial. “En ese entonces funcionó bien, al decir de los actores comerciales. Teniendo en cuenta además estamos saliendo de los meses más calurosos del año, y sumando la crisis del transporte y la caída de los ingresos, bueno: creo que tenemos los parámetros para sentar alrededor de una mesa a todos los actores involucrados, y analizar si la ciudad está en condiciones de pasar a un horario corrido”, amplió.
El concejal consideró que no puede ser una obligación un único horario ampliado (aquí hay leyes que regulan el trabajo del empleado de comercio). “Sí entendemos que debe haber una instancia de diálogo con los distintos sectores políticos, empresariales y sociales”.
Cambio de rutinas
En el medio de todo esto, González planteó la necesidad de pensar en “la calidad de vida del empleado de comercio”. En este punto, se interrogó, “¿Puede o no mejorar esa calidad de vida con un horario corrido? Pensamos en asegurar también que ese empleado pueda llevar a su hijo a la escuela, o que después de las seis tarde pueda dedicarse a su propia vida y bienestar. Todas estas cuestiones tiene que ser analizadas”, expresó.
También debería analizarse, en función de la movilidad en la ciudad, “que no quede todo concentrado en un solo horario. A primera hora de la mañana, 7 ú 9 de la mañana, sabemos los congestionamientos vehiculares en la ruta 168, o en el Puente Carretero. A todas estas cuestiones queremos poner en esa mesa de diálogo”, dijo González.
Hay cuestiones relacionadas con los hábitos y costumbres propias de una comunidad: “El santafesino promedio es ‘defensor’ de la siesta, por ejemplo. Esto marca un ritmo en una ciudad mediana-grande. En población, somos la séptima u octava más grande del país. También debemos ver qué hacen ciudades como Santa Fe, o quizás un poco más grandes. Eso es parte del análisis necesario en esta discusión que queremos dar”, completó.
El atolladero de la crisis
-Sin el Fondo Compensador del transporte para el interior, con un nuevo aumento del boleto, sin la posibilidad de que un Estado local pueda subsidiar la demanda a través de las atribuciones sociales a usuarios, ¿qué salidas quedan a este atolladero en que se encuentra el sistema de colectivos?, consultó El Litoral a González.
-A ver, por algo el otro día votamos en el Concejo la emergencia para el todo el sistema de movilidad, particularmente del transporte por colectivo. ¿Salidas de manual? Está claro que no las hay, porque la economía inflacionaria incide en esta crisis. Un fondo que se inyecta hoy para la sostenibilidad del transporte quizás es un paliativo hoy, pero no para mañana, justamente por la inflación.
Sí me parece que con el corrimiento del Estado nacional (eliminando los subsidios), ojalá que pueda rediscutirse esto (el Fondo para el transporte, e incluso el Fonid) en la reunión entre los gobernadores y el presidente Javier Milei.
Y si Nación se mantiene en su postura de no envío del Fondo Compensador, quizás los dos Estados -provincial y municipal-, deberán tener un más injerencia en todo el sistema. Aquí habrá que ver la cuestión normativa y económica. Pero además, la tarifa va a tener nuevas actualizaciones, como ya lo estamos viendo en todo el interior del país, así como suben todos los precios en todos los rubros.
Retrato. El concejal Leandro González (interbloque Unidos para Cambiar Santa Fe). Crédito: Archivo El Litoral / Luis Cetraro
La cuestión es que si la Provincia hace un esfuerzo, y el municipio también (ya lo está haciendo de forma mensual o bimestral), que esto también impacte en un buen servicio. Porque en definitiva, si se destinan más recursos, pero después las frecuencia de los recorridos no se cumplen o se cumplen mal en el marco de la emergencia, el perjudicado es el usuario.
En este sentido, creo que debemos seguir protegiendo el sostenimiento del servicio de colectivos, y dar más certezas a la gente. Están empezando las clases, hay toda una dinámica atrás del arranque del ciclo lectivo. Entonces, la falta de certezas empieza a traer dificultades en la vida cotidiana de cada vez más gente.
Seguir reclamando
“Pero en el mientras tanto, hay que tratar de que la Nación vuelva a ser parte del sistema. Por la inequidad a favor del AMBA en comparación con el interior del país, y ahora por la inequidad del Impuesto al Combustible, impuesto que pagamos los santafesinos y que se queda ‘allá arriba’ porque no baja nada al interior”, enfatizó el concejal.
Entonces, “creo que ese primer planteo de reclamo ante Nación tiene que estar siempre, y después analizar distintas herramientas en el marco de la emergencia en movilidad, para dar certezas a los usuarios que tienen como casi como único medio de movilidad al colectivo”, concluyó.
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