Mamás que buscan: "El día que encuentre a mi hijo, se va a completar mi vida", dice Silvia
Desde el Gobierno nacional ayudan a madres que se separaron de sus bebés al momento del nacimiento -y que no están vinculados a los crímenes de lesa humanidad-, a encontrar a sus hijos. Ofrecen búsqueda de documentación, ADN gratuito, asesoramiento, entrevistas. Silvia contó acerca de su búsqueda.
Mamás que buscan: "El día que encuentre a mi hijo, se va a completar mi vida", dice Silvia
Silvia Ball no se olvidará jamás de la calle Charcas. Con apenas 16 años, entregó a su bebé recién nacido, a las pocas horas de haber dado a luz en el Hospital Fernández, de Buenos Aires. El nombre de la calle es el recorte que le aparece primero en la retina, está como grabada a fuego, no se desvanece. El dolor de la entrega de su hijo por mandato materno, no lo quiere revivir más. Prefiere no traer de regreso detalles y sentimientos de ese momento crudo y frío, "porque me hace mal", advierte.
"Para mi madre era un tema tabú mi embarazo, una vergüenza; ella se preocupaba por lo que iba a pensar la familia, por el qué dirán. Como nosotros vivíamos solos allá en Buenos Aires con mi mamá, decidió dar a mi bebé en adopción. Veníamos de la época de los militares, por el '83, y a través del médico que me atendió, llegamos a ese pseudo centro de adopción. Sin documentación, sin papeles ni abogados, no hubo nada legal de por medio. Y dejé a mi hijo allí con esas personas", cuenta Silvia desde Rosario, donde reside actualmente.
Cuando cumplió los 18 años, la mujer empezó la búsqueda de ese hijo. Lo intentó antes, pero al ser menor de edad, no le daban información. El derrotero se mantuvo por muchos años en secreto. "No quería causarle un disgusto a mi mamá; eso pensé por tanto tiempo. Hice pruebas de ADN en centros privados, dejé sueldos enteros, para después enterarme que eran truchos los resultados que me daban, una estafa", relata. La calle Charcas fue el primer lugar al que se acercó a buscar información pero el centro ya no existía más.
Silvia Ball hoy, a sus 56 años, continúa buscando a su hijo, nacido en 1983. Tuvo otra pérdida en el camino, así que el vacío que siente es doble.
Fabián Daniel Ball nació el 26 de abril de 1983; hoy tendría 40 años y seguramente está inscripto con otro nombre. Lo único que quiere Silvia es encontrarlo para explicarle que no fue su voluntad entregarlo, que su madre pensaba que era lo mejor en ese momento. "De alguna manera sé que si la vida quiere, me lo va a poner de nuevo en el camino. Yo no busco cambiarle la vida a nadie, no quiero que sufra ni él ni la familia que lo crió. Simplemente necesito que él sepa que no lo abandoné, que lo busqué toda la vida", sostiene. Después, si él quiere iniciar una relación conmigo y con su hermana -que espera ansiosa conocerlo algún día-, será otra historia.
Con el tiempo, Silvia formó pareja y tuvo otros dos hijos, y el varón falleció cuando tenía 6 años. "Mi vacío es doble, por ambos hijos perdidos", asegura. Actualmente vive con la madre que la instigó a entregarlo, "porque creyó que era lo mejor para mí, aunque en realidad me causó un gran dolor", dice la mujer.
-Si llegás a encontrarlo ¿Cómo te vas a sentir?
-El día que encuentre a mi hijo, se va a completar mi vida.
Acompañamiento de un programa nacional
La historia de Silvia es similar a la de muchas mujeres que, por múltiples razones, se separaron de sus bebés y los están buscando. Para ellas, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación relanzó en junio de este año, la campaña de difusión "Mamás que buscan", con el objetivo de convocar a las madres que buscan a sus hijas o hijos nacidos en Argentina, y de quienes se vieron separadas en el momento de su nacimiento, para que se acerquen a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi).
La propuesta se desarrolla en el marco del Programa Nacional sobre el Derecho a la Identidad Biológica, que funciona en el ámbito de la Conadi y tiene como misión atender la problemática de la vulneración del derecho a la identidad para estos casos, que no están vinculados a los crímenes de lesa humanidad.
"La Conadi surgió con la misión de encontrar a los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo. Y en esa difusión y acciones a lo largo del tiempo, miles de personas se acercaron en la búsqueda de conocer sus orígenes biológicos. En muchos casos se concluía en que no eran hijos de desaparecidos en la dictadura, les decimos 'negativos', pero son personas que siguen sin conocer su origen biológico. En ese marco, nos encontramos con la gran problemática que es el tráfico de menores, porque antes los niños eran vistos como objetos, no existía el derecho a la identidad ni el ADN; entonces era muy factible sacar un niño de una casa y ponerlo en otra familia, con otro nombre", explicó a El Litoral, la coordinadora del programa, María Gracia Iglesias.
De ahí que la Conadi pensó volcar sus conocimientos y trayectoria para ayudar a esas personas que buscan conocer su origen y a todas las madres, para que puedan registrar su caso y aportar información que permita el entrecruzamiento de datos para ampliar la búsqueda. "Independientemente del motivo, ya sea porque fueron obligadas a entregar su bebé, porque fueron víctimas de una red de tráfico y se lo robaron o por las causas que sean, acompañamos a esas mamás a tratar de encontrar a sus hijos, sin límites de fechas", dijo Iglesias, quien distinguió entre la adopción legal de lo que es la apropiación (que no incluye dinero pero están anotados como hijos propios) y las redes de tráfico de bebés (que implica venta).
Complejidad en la búsqueda
La coordinadora del programa nacional aportó que, en su mayoría, estos casos no cuentan con documentos ni datos precisos para preguntar en un Juzgado o acceder a la información biológica. "La búsqueda es 100% mediante la palabra hablada, a través de entrevistas. Y esto tiene sus complejidades: muchos fueron anotados como hijos propios de la familia de crianza; además, la mayoría de los hijos no se acercan a buscar su identidad hasta que se mueren sus padres y ahí se pierden testimonios clave", explicó la coordinadora. Y agregó que "hace años comprendimos que la mejor forma de llegar a generar encuentros, es que las madres busquen a sus hijos, porque son las que saben dónde y cuándo dieron a luz y, a partir de ahí, se puede comenzar a armar el entramado".
A Silvia la instigó su propia madre a entregar a su hijo cuando era adolescente. Quizá él pueda reconocerse en su imagen de joven.
Asimismo, la campaña pretende llegar a otros familiares que buscan y puedan brindar información de utilidad, incluso personas anónimas. "A veces es una necesidad de toda la familia conocer a ese integrante perdido. Toda la sociedad tiene que ayudarnos, decirnos lo que saben, que todos empecemos a hablar. Antes no se les decía a los chicos que eran adoptados, y ahí está la raíz del pacto de silencio. A veces se enteran a los 30, 40 ó 50 años y se les desmorona el mundo, pero también hay un dejo de alivio porque aunque nadie se lo diga o le mientan, siempre sienten que no pertenecen ahí", añadió.
Herramientas utilizadas
Hoy existen 18.000 presentaciones en la Conadi: 14.000 de ellos son de gente nacida entre el '75 y el '83 y unas 4.000 más por fuera de esa fecha. De ese número, hay cerca de 600 madres que tuvieron a sus bebés y que no fueron separadas de ellos por los militares sino por otros motivos. Del cruce entre ambos tipos de registros, ya se produjeron 18 encuentros por ADN genético, pero muchos más se resolvieron con otras estrategias.
Para la búsqueda se usan las herramientas documentales que tiene el Estado en su haber, como el acceso al Registro Civil o a los libros de partos. "Cuando no se encuentra nada, el compromiso como política de Estado es salir a buscar a las madres, y ahí se hace la escucha activa y la entrevista en profundidad. Si logramos saber dónde nació el hijo, podemos hacer búsquedas dirigidas. También ofrecemos pruebas de ADN gratuitas, asesoramiento legal y acompañamiento psicológico", amplió Iglesias, quien destacó que este programa va a permitir contar con una base única a nivel nacional de gente que es buscada o bien que pretende conocer sus orígenes.
Tomar coraje
Silvia se acercó a la Conadi en Rosario, luego de que una conocida que sabía de su búsqueda, le mandó la foto de un joven con ojos claros, parecidos a los de ella. Se contactaron por Instagram pero el hombre estaba seguro de su fecha de nacimiento y no coincidía con la del bebé Fabián. Luego la mujer dejó su sangre en la Conadi para que fuera cotejada en el Banco Nacional de Datos Genéticos, pero no se encontró compatibilidad hasta ahora.
"A diferencia de lo que viví en las clínicas truchas, este ADN no sólo fue real y gratuito, sino que estoy en el programa 'Mamá que buscan', y me mantienen informada, no se olvidan. Aconsejo a quienes pasan por lo mismo, que se animen, tomen coraje y se acerquen a Conadi", recomienda la mamá.
Hay que desterrar la idea de la "madre abandónica"
Un concepto erróneo que hay que desterrar es el de la "madre abandónica" que está muy impregnado en la sociedad, quizá instaurado por tantas décadas de operación de redes de tráfico de bebés. "Las parteras les decían a las madres que sus hijos habían fallecido y, por otro lado, los vendían a precios de casas o autos, literalmente. Y a las familias que los recibían les decían que sus madres los habían abandonado. Pero cuando uno escucha a esas madres, no hemos encontrado casos de abandono literal en esa separación. Y cuando se animan a buscarlos, van a los juzgados y les dicen que el delito prescribió; van a una institución, y les dicen por qué se acuerdan ahora, si ellas los abandonaron. El concepto de 'abandono' también influye en cómo estamos tratando a las mamás que buscan a sus hijos", explicó María Gracia Iglesias.
Por contacto
Quienes puedan aportar información, deben comunicarse con la Conadi llamando al 0800-222-266234 o enviando un mail a conadi@jus.gob.ar.