De Mercado Central a Plaza del Soldado: un lugar con historia y clave en la ciudad
En la actualidad luce deslucido, con problemas estructurales y tiene mal aspecto. Por allí convergen miles de personas a diario y conectan varias líneas de colectivos. El recuerdo del inmueble que casi cumplió 100 años. El municipio tiene planeado refuncionalizar el lugar.
¿Sabrán aquellos que van y vienen frenéticamente por el microcentro de la ciudad de Santa Fe la historia de los lugares que transitan? La hoy descuidada Plaza del Soldado Argentino es un punto neurálgico donde confluyen la mayoría de las líneas de colectivos y cuyo pasado esconde un sinfín de historias. El proyecto de remodelación que plantea la Municipalidad para el lugar es una buena excusa para sacar a relucir algunos hitos importantes de la zona.
El lugar a principios de siglo XX.
Un mercado para la pujante ciudad
En los inicios del Siglo XX, la capital de la provincia se encontraba en pleno crecimiento. De acuerdo a la publicación “Atlas histórico de la ciudad de Santa Fe (1887 – 1945)” , para 1905 la población llegaba a los 33 mil habitantes. Para ese entonces había unas 200 cuadras adoquinadas y el alumbrado público crecía.
En ese contexto, bajo la intendencia de Sixto Sandaza se amplió el Mercado Central, que había iniciado sus actividades en 1866 a través de un contrato entre el gobierno y un particular, según se explica en “Arquitectura de tradición funcional y ciudad”. El lugar elegido a fines del Siglo XIX fue lo que hoy son las calles San Jerónimo y Mendoza, un lugar clave para el comercio de mercaderías de aquellos tiempos. En 1892, el intendente Pinasco inició el proceso de compra por parte del municipio. En los años siguientes, se elaboraron una serie de proyectos para abrir más puestos de venta. Para febrero de 1900 se iniciaron las obras y un año más tarde el intendente Sandaza dejó abierto al público las flamantes instalaciones.
El frente del mercado para 1910.
“El mercado contó, desde su inauguración, con adecuadas instalaciones sanitarias y fue el primer edificio de la ciudad que estuvo provisto de un desagüe cloacal con una cañería que corría por San Jerónimo hasta calle San Juan (hoy Primera Junta) y por ésta hasta el río con una longitud de 400 mts; en su tendido se invirtió casi el 10% del presupuesto del edificio. Se le colocó también una instalación de aguas corrientes vinculando el mercado con cañerías directas a la Usina Municipal de electricidad, donde el líquido era impulsado mediante bombas desde los tanques decantadores”, describe la citada publicación.
Entre la década de 1920 y los años ‘30 se concretó una nueva obra en las instalaciones que ampliaron el mercado, abarcando todo el espacio. “Las ampliaciones y reformas del Mercado Central costaron a la comuna medio millón de pesos”, tituló El Litoral el 24 de julio de 1931. “El Mercado Central es ahora de buen aspecto, moderno, cómodo, de mayor capacidad, higiénico, etc. No es el viejo edificio sin estética, desascado, incómodo y en ruinas, que constituía un feo lunar en nuestra urbe, culta y progresista, donde todo venía renovándose y modernizándose en los últimos años. El centro de la ciudad cuenta ahora con un mercado donde la limpieza se conserva en las paredes, los pisos y todas las instalaciones, por la calidad de las mismas, y donde el aire y la luz también contribuyen a la conservación de los artículos de consumo”. aseguró el vespertino.
1955. Reinauguración de la farmacia Mercado Central (frente al edificio por calle San Jerónimo). En la foto Don Manuel Zentner, junto a su esposa Rebecca, su madre y su hermano menor Janino.
Con el remozado edificio, el mercado vivió su esplendor en las décadas siguientes hasta fines del ‘70 donde comenzaron las ideas de traslado y demolición. A modo de ejemplo, se puede mencionar un proyecto para volver a remodelar el edificio que surgió en 1978 y que no prosperó. El Litoral se hizo eco y lo tildó de “ambicioso”; se buscaba un inmueble con varios pisos y hasta subsuelo. La historia marca que las autoridades del momento se inclinaron por el derrumbe del lugar y la posterior construcción de una plaza.
En el '71 las autoridades locales encararon algunas refacciones. Así lo reflejó El Litoral en sus páginas.
Adiós al Mercado
En 1980, El Litoral publicó un par de artículos que ensalzaron la historia del edificio a modo de cierre de ciclo. En una nota titulada “El viejo Mercado Central se va, pero la ciudad no se quedará sin mercados”, se describió: “Una característica que no se ha perdido: la saturación comercial. Han cambiado los ramos, los dueños, pero la zona sigue siendo teatro de innúmeras transacciones. Sobre calle San Jerónimo abría sus puertas "La Buena Merced", de Francisco Masa; había en la zona una gran panadería; la tienda "Ciudad de Constantinopla", que más tarde cambiaría su nombre por el de tienda "San Juan", de Amado Tomás. La tienda "EI Ángel" de Haelle Obeid”.
1980. El Mercado comenzaba a despedirse del centro de la ciudad santafesina.
La misma publicación remarcaba: “Sobre la cortada Bustamante abundaban los restaurantes y existía una acopiadora de frutos”. También hacía referencia a los comerciantes de ascendencia árabe.
En otra nota titulada “Un pedazo de historia santafesina desaparece con el Mercado Central” se remarcó que “hasta el último minuto de vida” (del inmueble) aprovecharon los puesteros que por aquel entonces (1980) quedaban en pie.
El Litoral daba cuenta de la finalización de las operaciones comerciales en el Mercado Central.
La crónica marcaba la convivencia entre los últimos comerciantes y las máquinas que ya demolían el viejo edificio. “ En tanto el público hacía sus compras en los locales que aún durante la mañana extendían sus mercancías paralelamente otros ya desocupados padecían el rigor de la picota demoledora”, contaba este diario hace 42 años.
Uno de los puestos en el interior del desparecido Mercado Central
Mientras tomaba fuerza el proyecto de “plaza seca”, había quienes pensaban que el destino del lugar iba a ser el olvido. “Inevitablemente, el comentario general se refirió a lo que ocurrirá, en realidad, con el viejo mercado. Muchos opinaban que su futuro será similar al del ex Progreso, es decir, depósito proliferador de roedores, entre otras cosas, y corralón de automotores retirados por la implacable grúa”, comentaba el vespertino.
Plaza, un homenaje a los soldados
El sábado 15 de marzo de 1980 comenzaron las tareas para tumbar el viejo mercado. Seis meses más tarde, el municipio dejó inaugurada el 9 de diciembre la nueva Plaza del Soldado Argentino. Con presencia de autoridades militares, el nuevo espacio público quedó habilitado para la ciudadanía.
Artículo de El Litoral que daba cuenta de los trabajos de demolición.
Cinco años más tarde, emplazaron el monumento homenajeando a los argentinos que dieron su vida en el Atlántico Sur. Fue el 15 de noviembre de 1985 y se realizó un emotivo acto con la presencia de las 74 banderas de las unidades del Ejército, Armada, Fuerza Aérea, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina que participaron de la gesta de las Malvinas.
Desde lo alto. Tramo final de los trabajos de remoción de escombros.
Aquella jornada, y con presencia de autoridades, familiares y público en general se inauguró la escultura, obra de Raúl Zurita y que fuera la primera en todo el país en rendir homenaje a quienes dieron su vida en la guerra de 1982.
El 15 de noviembre de 1980, las autoridades del momento dejaron habilitada la nueva plaza.
Con el correr de los años, la plaza cayó en los “olvidos” de las distintas autoridades municipales. Fue reparada y puesta en valor en algunas ocasiones pero no fueron más que “parches” momentáneos.
En 1985 se inauguró el Monumento a los Héroes del Atlántico Sur.
Por ejemplo, una de las cuestiones que se intentó cambiar fue la instalación de puestos de vendedores ambulantes, tan arraigados en la década del ‘90 y en la primera parte del Siglo XXI. Otro cambio notable a la vista del ciudadano fue el reparo en las paradas de las líneas de colectivo; fue en 2013, bajo la intendencia de José Corral se instaló cartelería led, con los horarios de las frecuencias. Sobre el monumento cabe consignar que en 2017 se restauró un sector que había sido vandalizado a partir de los trabajos de la Asociación Civil “Plaza del Soldado Argentino”.
Paradas inteligentes, una de las últimas novedades de la plaza (2013).
En ese artículo, se describió que el espacio conmemorativo del Soldado Argentino ubicado en el centro de la plaza será renovado y puesto en valor, se preservará el conjunto del mural, plaquetario y mástil existentes.
El proyecto de renovación que impulsa el actual gobierno local.
Y agregó que la obra incluirá la renovación total del solado de la plaza, a partir de la unificación de materiales y niveles de piso. Se utilizarán losetas graníticas antideslizantes y de alta resistencia. Además se proyecta la renovación del mobiliario urbano de bancos y juegos infantiles, la incorporación de columnas con tecnología LED, y la construcción de dos nuevos paradores de colectivos, sobre calles Mendoza y San Jerónimo.
La forestación existente será mejorada mediante podas correctivas y levantamiento de copa. Además se incorporarán nuevos ejemplares de jacarandas y lapachos, en los cuadrantes verdes del centro de la plaza.
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