Es un imán de historias, anécdotas y recuerdos. La costanera de la ciudad de Santa Fe, la laguna Setúbal y sus puentes son vitales a la hora de contar los hechos más importantes que acontecieron en la capital de la provincia.
Formó parte del plan para prolongar la avenida en la década del 30. Se incluía una elevación para el paso del tren sobre la Setúbal.
Es un imán de historias, anécdotas y recuerdos. La costanera de la ciudad de Santa Fe, la laguna Setúbal y sus puentes son vitales a la hora de contar los hechos más importantes que acontecieron en la capital de la provincia.
Este breve introito sirve de excusa para traer del pasado un proyecto de infraestructura que hubiese cambiado para siempre el paseo ribereño. La idea se planteó en la década del ‘30 cuando la ciudad indefectiblemente comenzaba a crecer hacia el norte y la costanera también necesitaba expandirse.
Para aquel tiempo, la Avenida 7 Jefes, antes llamada Av. Argentina, llegaba con el parquizado y el pavimento hasta la altura de lo que hoy es la zona de calle Pedro Díaz Colodrero y la diagonal Matturo. El jueves 2 de agosto de 1934, El Litoral tituló: “Diversas obras de mejoramiento edilicio se estudian en la intendencia municipal”.
El artículo estaba acompañado por el croquis de un novedoso diseño que incluía la elevación de la línea del FF.CC Santa Fe (francés) para luego tomar el puente ferroviario instalado sobre los eternos pilotes. 65 años después, ese dibujo fue digitalizado y guardado en los archivos fotográficos de El Litoral.
El intendente Menchaca reconoció la intención de “levantar” las vías para evitar los inconvenientes en el tránsito. “Anunció que los estudios y planos respectivos se encontraban a consideración del Departamento de Obras Públicas. Recordó que en su reciente viaje a Buenos Aires ha obtenido ciertos croquis ilustrativos de las obras que se proyecta realizar en la prolongación de la Avenida Siete Jefes, bajo el puente sobre la Laguna Setúbal, propiedad de la empresa F.C Santa Fe y que sirve a la línea San José del Rincón”, se explicó en el citado artículo.
Además de las cuestiones inherentes al tránsito, la nota refirió: “Al mismo tiempo, se advierte fácilmente que esas obras embellecerán considerablemente un punto de la ciudad que, sin duda, es el preferido por nuestro público amante de los paseos al aire libre”.
Pasaron siete años para que se aprueben desde Nación los trabajos planificados en la ribera santafesina. “Será prolongada hasta Guadalupe la Avenida ‘Los Siete Jefes”, tituló El Litoral el viernes 28 de marzo de 1941.
El artículo focalizó en cómo serían los trabajos para continuar la costanera, cómo será la calzada, los mobiliarios y el nuevo balneario. Características que ya “consiguieron” su espacio en otra “Memoria de Santa Fe”.
“La Avenida tendrá un ancho de 60 metros, comprendido un veredón sobre el borde de la laguna. Jardines centrales de 25 metros de ancho y dos calzadas pavimentadas de 10 metros cada una y una vereda exterior de 5 metros. Como la Avenida Costanera se construirá en la parte alta de la barranca, lo bordeará un murete construido en piedra natural, similar a los construidos en la explanada de Mar del Plata”, detalló la publicación.
En otro tramo de la nota, se explicó cómo sería esa construcción para el tren. “El cruce de las vías del F.C.S.F. por su altura, obliga a dos soluciones: pasar por debajo de ellas o a nivel de la vía. Tanto por su faz económica como por su aspecto técnico y ornamental y de tráfico, se ha resuelto pasar por debajo de las vías del ferrocarril construyendo para ello tres arcos iguales o los dos existentes para pasar por las calzadas y por las veredas,” describió el diario.
Al mismo tiempo, la obra contemplaría: “En el centro se construirá una cámara de bombeo automática para desagotar las aguas de lluvias, desde que no será posible sacarla por propia gravitación, por cuanto el nivel de la calzada estará casi siempre más bajo que las aguas de la laguna”.
Pese a los enormes esfuerzos que demandó la construcción del puente, el poco uso de la línea al puerto de Colastiné (ya se había inaugurado el nuevo puerto de Santa Fe) y a Rincón, el puente fue desarmado para 1943.
Como se contó en notas anteriores, de esa conexión que cruzó la Setúbal sólo quedaron sus pilotes. Fue así que la llamativa edificación, con tres arcos, finalmente no se concretó.
Con el pasar del tiempo, el lugar fue refaccionado, refuncionalizado e incluso fue escenario de boliches bailables y hasta una aerosilla. La atracción funcionó desde el 15 de febrero de 1980, día en el que se inauguró con un mega evento en la ciudad, hasta el ‘82 cuando la crecida arremetió con todo a su paso en el margen Este de la laguna, y el año siguiente hizo lo propio con parte del Puente Colgante y la Costanera tradicional.
Nuevo proyecto
En 2022 en un acto oficial con el presidente Alberto Fernández, el intendente santafesino, Emilio Jatón, anunció la refacción y remodelación de la costanera contigua a la Este, conocida también como Paseo de la Laguna. En el marco de ese proyecto, también se anticipó que había una idea para reciclar los viejos pilotes para un nuevo cruce de la Setúbal. Hasta el momento, se conoció el presupuesto con el que contará el municipio para los trabajos en la flamante costanera. Particularmente, del puente sobre la laguna no hubo novedades ya que se encomendaron estudios sobre las viejas estructuras emplazadas en el espejo de agua.
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