Redacción El Litoral
Los accidentes se producen durante todo el año, pero se intensifican en los meses de verano. Los mayores factores de riesgo se dan en niños de hasta 5 años. Los cercos disminuyen riesgos en un 90 por ciento.
Redacción El Litoral
Durante el verano se realizan más actividades de ocio y se practican con más frecuencia deportes en el agua, además del baño refrescante, como respuesta natural a las altas temperaturas. Para evitar accidentes con los niños, es necesario que los adultos tengan en cuenta algunas recomendaciones.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la edad constituye uno de los mayores factores de riesgo de ahogamiento: a escala mundial, los índices más elevados de muerte por esta causa corresponden a la franja etaria de 1-4 años, seguida por la de 5-9 años (goo.gl/cvxwR9).
Desde el Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia, apuntan que la mayoría de los casos de ahogamientos en niños tienen como escenario piscinas domésticas; a diferencia de los ahogamientos de adultos, que en su mayoría se producen en playas, ríos y otros entornos naturales. Por ello, se aconseja extremar las medidas para evitar los accidentes en tales espacios.
La Dra. Mariela Allassia, directora asociada del Hospital de Niños, indicó que los ahogamientos infantiles son la segunda causa de muerte en la infancia. Siendo el grupo de mayor riesgo, los menores de 5 años.
Prevención en el hogar
“La colocación de cercos perimetrales es una de las medidas de seguridad más conocidas en la prevención de ahogamientos de niños. Sin embargo, es voluntaria: hasta el momento, nuestro país no ha regulado las medidas de seguridad a implementar en la instalación de piscinas públicas ni privadas, abiertas o cerradas”, explicó la directora del nosocomio y siguió: “Los cercos habilitados correctamente disminuyen un 90% de padecer una situación riesgosa”.
En 2001 la Sociedad Argentina de Pediatría indicó en qué modo se deben construir cercos perimetrales en las piscinas. También agregó que se debe tener cerca de las piletas elementos de auxilio como botiquín y salvavidas, y que la persona a cargo del cuidado de los niños debe estar capacitada en reanimación cardio-pulmonar básica.
En cuanto a las características que tienen que tener estos dispositivos de protección son: ser paneles enteros o barrotes de un 1,30 m de altura aproximadamente. Se los debe disponer con una distancia máxima de 10 cm y tiene que tener una puerta para el ingreso a la pileta. En su alrededor no hay que dejar nada al alcance que le permita al niño saltar o trepar. Cabe destacar que un cobertor de piscina no reemplaza a un cerco.
Indicaciones para la playa
Los balnearios de la ciudad se habilitan a partir de las 10 de la mañana y cierran a las 20. Siguiendo las recomendaciones de los guardavidas respecto a la zona de boyado y respetando los carteles indicadores, se reduce un 90% las probabilidades de accidentes.
Las medidas de prevención son una herramienta indispensable para quienes cuidan a bañistas, ya que les permite evitar circunstancias riesgosas en la costa. “Accidentes mayores, tenemos uno o dos casos por temporada. Aunque accidentes menores suelen ocurrir a diario: cortaduras y lastimaduras. Todo esto se debe a la gran prevención que hacemos durante el horario de habilitación del balneario”, explica el guardavidas, Claudio Klepcykc. Ante una situación de atención inmediata, los guardavidas tienen comunicación directa con la policía y con los servicios de emergencia.
En cuanto al consumo de alcohol, tiene que ser en mayores de edad. “Si bien nosotros no tenemos control de policía, sugerimos que la ingesta sea en mayores de edad. Que no ingresen con botellas al agua, y en el caso de hacerlo en la arena que trate de evitar su ruptura”, explicó el socorrista y siguió: “En el caso de haber una persona alcoholizada, que genere disturbios, nosotros llamamos a seguridad y se actúa en consecuencia”.
Con respecto al vallado perimetral el guardavidas dio detalles sobre cuáles son las características que se tienen en cuenta para su armado. “Antes de la colocación, hacemos un relevamiento en cada playa, donde tratamos de verificar la profundidad del agua, si hay algún elemento cortopunzantes; y en el caso de que haya, lo demarcamos por si no lo podemos sacar para tenerlo como referencia. Determinamos la condiciones hidrográficas y topográficas del lugar y tratamos de respetar una profundidad acorde para cada circunstancia de cada playa”, concluyó Klepcykc.
Tips anti-accidentes
— Vigilancia continua: nunca dar la espalda a los niños ni distraerse cuando ellos están en el agua. “Sólo se precisan 27 segundos para que un menor que no sabe nadar comience a ahogarse y de 3 a 5 minutos para que quede con graves secuelas o fallezca como consecuencia de un ahogamiento”. Además, los bebés y niños pequeños se pueden ahogar con un nivel de apenas 6 centímetros de agua.
— Evitar las distracciones: pequeñas distracciones o descuidos, como ir a atender el teléfono o abrir la puerta, pueden ser causa de ahogamiento de bebés. Si hay más de un adulto, se pueden establecer turnos para que la principal responsabilidad de vigilancia recaiga sobre distintas personas, pero todos deben procurar estar atentos siempre. Y también evaluar las posibilidades de que el niño pueda llegar a la piscina solo en un descuido, y en tal caso tomar medidas para impedir que eso ocurra.
— Dispositivos de protección: el mejor dispositivo de protección para una piscina es el vallado perimetral, que impide que el niño pueda llegar solo hasta el agua. No existe legislación vigente al respecto, pero se recomienda que el vallado sea lo bastante alto para que el niño no lo pueda saltar (1,20 metros como mínimo), que carezca de puntos de apoyo por los que el niño pudiera trepar, y con un espacio menor a 10 centímetros entre el borde inferior y el suelo, para que el niño no pueda colarse por debajo. No debe impedir la visión de la piscina. La puerta se debe cerrar de manera automática y el pestillo debe quedar fuera del alcance de los niños.
— Educación: se recomienda enseñar a los niños a nadar a partir de los 4 años de edad, aunque aclara que se trata de una decisión de los padres y que “existen estudios que afirman que iniciar las clases entre los 1 y 4 años disminuye el número de ahogamientos”.
— Dispositivos de rescate: junto a toda piscina debe haber dispositivos para eventuales rescates, como salvavidas y un teléfono para llamar a emergencias si fuera necesario. Hay que tener en cuenta que los flotadores, manguitos, tablas y otros elementos flotantes son de ayuda para los niños, pero pueden dar una falsa sensación de seguridad. Es importante no rebajar la atención más allá de la utilización de esos complementos.
— Entorno seguro: cuando ya no se usan, hay que retirar de la piscina y sus inmediaciones todos los juguetes y otros objetos que los niños usan mientras se bañan. De este modo se evita que, en un descuido de los adultos, los pequeños intenten sacar algo de la piscina y caigan al agua por accidente, o que puedan tropezar cerca del borde y caer al agua.
— Si hay un accidente, actuar de inmediato. Si a pesar de todas las precauciones hay un accidente, es fundamental actuar de inmediato según las llamadas maniobras PAS: proteger, avisar, socorrer. Lo primero, desde luego, es sacar al niño del agua. Si respira se le debe acostar de lado; si no, hay que iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) lo antes posible, incluso antes de llamar a los números de emergencia: 911, 107 ó 103.