Habitantes de la Vecinal 30 de Noviembre (barrios Jorge Newbery y Nueva Detroit) confeccionaron un mapa del delito con los hechos ocurridos en las últimas semanas. Los casos se concentran en un sector que forma esta figura geométrica, de la que nada vuelve. De los 36 episodios relevados, 30 fueron denunciados. "La Policía no tiene excusas para no actuar", aseguraron los vecinos.
El Litoral Mapa del delito elaborado por el arquitecto José Luis Galdón, en colaboración con otros vecinos.
Hartos de la ola cíclica de robos que se padece en Sauce Viejo, los habitantes de la Vecinal 30 de Noviembre decidieron poner manos a la obra y no dejar su angustia sólo en reclamos e insultos al aire. Desde hace años, los cientos de vecinos de la jurisdicción integrada por los barrios Jorge Newbery y Nueva Detroit conviven con la inseguridad de una manera muy peculiar, la que El Litoral ha reflejado en reiteradas oportunidades. Sufren una andanada delictiva que se extiende por varias semanas hasta que después todo se calma. Pero luego, con el correr del tiempo, los hechos vuelven a contabilizarse y nuevamente los dueños de lo ajeno entran en acción. Por tal motivo, el arquitecto José Luis Galdón, en colaboración con otros ciudadanos del lugar, confeccionó un mapa del delito en el que se puntualizan y describen los casos ocurridos en los últimos tiempos.
Entre las conclusiones emanadas, son dos las que más llaman la atención. De los 36 episodios relevados, 30 fueron denunciados, lo que termina desmitificando ese frágil argumento que habitualmente da la Policía: "no tenemos robos en el lugar porque la gente no denuncia, por eso no actuamos". Lo otro que alarma es que una importante porción de los robos (mayormente intrusiones a domicilios particulares) se dan en un determinado triángulo geográfico que -al igual que el de las Bermudas- "es un agujero que se traga todo", como dicen con un triste humor los propios vecinos. Este sector castigado es el comprendido por las calles Aromos o Colectora Sur, en el límite con el Parque Industrial (norte de la jurisdicción vecinal); al oeste Irupé; al sur Estrella Federal y cierra la figura Avenida Almirante Brown, extendiéndose hacia el este hasta la costa sauceña. En esa zona caliente es donde acontecen hechos de todo tipo: desde vandalismo simple como ruptura de focos o pintadas de frentes, hasta arrebatos callejeros, robo en vehículos estacionados y entraderas a viviendas vacías o con moradores. Estos últimos los más comunes en estas épocas.
El mapa del delito elaborado por el arquitecto Galdón releva casi 40 casos ocurridos en las últimas semanas. Todos refieren a ingresos de malvivientes a las casas de la vecinal y la sustracción de diversos elementos de valor. Algunos son hechos menores pero que no dejan de molestar al damnificado, como el ocurrido en Jazmines entre Estrella Federal y Avenida Las Banderas, donde se robaron una cortadora a explosión. O el de Camelias y Ceibos, donde le sacaron las dos ruedas traseras a un auto. Pero hay otros en los que los delincuentes depredaron el lugar, con claros signos de ensañamiento. En Pasaje Cabral entre Petunias y Estrella Federal, una vivienda es "visitada" cada tres meses. Antes del 2020 los ladrones se metían cada cinco o seis meses, según contabilizó la familia propietaria. A pesar de tener alarma monitoreada, los tenebroso se las ingeniaron para entrar y llevarse elementos como garrafas de 45 kilos, y bomba y filtro de pileta, entre otras cosas. En otra quinta de Fresnos y Violetas, el 11 de febrero robaron un filtro de pileta y un motor de bombeador. En otra ocasión no muy lejana, se esfumaron otras dos bombas.
En Rosas al 4100, desconocidos atacaron otro auto en horas de la siesta y sustrajeron dos ruedas de un auto Clío que estaba dentro de una casa de fin de semana. En tanto, a una vivienda ubicada sobre Petunias, a media cuadra de Aromos, la vaciaron. Del inmueble desaparecieron filtros de pileta, dos motores, pava eléctrica, cafetera, televisor, equipo de música, utensilios de cocina, ropa, garrafas, todo. En Glicinas, entre Aromos y Sargento Cabral sucedieron varios hechos seguidos. Los dueños de una casa ubicada sobre Estrella Federal entre Sauces y Almirante Brown llevan denunciados 4 robos. Otra casa de ese sector viene sufriendo episodios desde 2018. En el últimos tiempo padeció cinco y en algunos de ellos, la lista de cosas robadas ocupaba media hoja A4. Otra vivienda de Azaleas entre Fresnos y Estrella Federal, dos robos. Azaleas entre Banderas y Fresnos, tres. Una familia de Glicinas y Algarrobo contabiliza siete. Otra de Aromos, esquina Glicinas, sufrió 14 robos hasta 2019 y dos en 2020, algunos de ellos estando sus integrantes dentro de la casa. Una vinoteca de la vecinal también fue violentada y padeció el robo de elementos y destrozos varios. A la Gomería del barrio la agarraron de punto, con dos episodios en muy pocos días de diferencia.
El Litoral Bienvenida delincuencia. Los ladrones no dudan en destruir aberturas para ingresar a robar a los domicilios de los barrios Jorge Newbery y Nueva Detroit de Sauce Viejo.
Bienvenida delincuencia. Los ladrones no dudan en destruir aberturas para ingresar a robar a los domicilios de los barrios Jorge Newbery y Nueva Detroit de Sauce Viejo. Foto: El Litoral
Propuestas
Esta semana se realizó una reunión en la sede de la Asociación Vecinal 30 de Noviembre, en la que alrededor de 100 vecinos se convocaron para hablar con autoridades del Ministerio de Seguridad y la Policía presentes en el lugar. Allí se aprovechó el momento para presentar y entregar copia del mapa del delito descripto. Además se efectuaron algunas sugerencias preventivas para evitar la escalada de inseguridad que se da en los barrios. "Propusimos que un patrullero haga rondas en la zona de costas, principalmente sobre Estrella Federal. También sugerimos que coloquen cámaras de videovigilancia en Estrella Federal y Las Banderas, otra en Aromos y Estrella Federal, una a mitad de camino, otra en Chañares y Estrella, y algunas más sobre Ruta Nacional 11. Con poca inversión se puede dar una buena solución a los problemas", aseguró José Luis Galdón, quien vive en la jurisdicción hace unos 25 años.
"Se supone que el delito proviene de los asentamientos ilegales cercanos a la arenera, desde donde entran al barrio, actúan y luego rápidamente huyen y se esconden. Desde allí pueden salir hacia el río y desaparece todo, ya que hacia Ruta 11 no van porque pasa la Policía", dedujo el arquitecto. "Las soluciones están, sólo faltan ganas de trabajar y decisión política", completó.