Miércoles 21.10.2020
/Última actualización 18:40
La post pandemia ya está aquí. No es el futuro que se espera con ansiedad, es decir la inmunidad antiviral con una vacuna efectiva inyectada a todos los ciudadanos del planeta contra el Sars-Cov-2 (coronavirus): nadie sabe a ciencia cierta cuándo llegará ese momento. Lo cierto es que la post pandemia entendida como presente y no como futuro apunta a una conceptualización simple: aprender a coexistir, a transitar en el aquí-ahora con el virus y con la enfermedad que genera, el Covid-19.
Esa idea es el punto de partida para empezar a entender, desde lo que se sabe sobre el coronavirus, cómo actuar ante él; qué cosas deberán cambiar, cuáles son los escenarios posibles e ideales en lo inmediato. Y sobre esto disertó la Dra. Andrea Uboldi, ex Ministra de Salud e integrante del comité de expertos que asesora a la actual gestión provincial. Fue invitada por el Concejo local en un ciclo de conferencias que organizó en modo virtual. El título de la charla fue "Repensar la salud post pandemia".
"Es difícil predecir el futuro; ni siquiera se puede saber si éste (por los números de contagios actuales) es el momento del pico de Rosario, o cuándo será el pico en el Gran Santa Fe. Parece más acertado pensar en convivir o transcurrir con el virus y con la pandemia", aclaró desde un inicio la doctora. Más allá de las curvas de casos que se muestran en ascenso, hay otro factor a ver muy de cerca: "La capacidad del sistema sanitario en recurso humano, la disponibilidad de camas y de infraestructura para dar respuesta a la demanda".
Uboldi sostiene que las restricciones actuales y las medidas de distanciamiento social no funcionan solas, pues "deben ir acompañadas con una fuerte inversión en testeos para identificar adónde están los casos positivos de Covid-19, aislarlos a tiempo y rastrear sus contactos estrechos para separarlos del circuito laboral o social. No hay ninguna posibilidad de seguir instalando medidas de distanciamiento si no mejora la capacidad de respuesta con testeos y con rastreos", expresó durante la conferencia, que fue moderada por el presidente del Legislativo local, Leandro González, y la concejal Laura Mondino (ambos del interbloque del FPCyS).
Los testeos masivos parecen ser entonces la clave. Uboldi explica, que más allá del conocido hisopado PCR, ahora también está el tests de antigenemia, "que es una prueba que utiliza un 'hisopito' también en la nariz, que se lee como se leen los tests de embarazo: con una rayita es negativo, con dos es positivo. Se lee en 15 minutos, y esto sí es una novedad a futuro para poder implementar en centros de salud o en localidades pequeñas, en guardias sanitarias y hasta en empresas, bajo la supervisión de bioquímicos, para poder hacer rápidamente un diagnóstico oportuno. También sabemos que el test de anticuerpos (toma de muestra sanguínea) sirve pero luego de 15 ó 20 días, como una prueba a futuro".
Tipos de transmisión y "el ideal"
Archivo/ Flavio Raina Andrea Uboldi: Hay que aprender a convivir, a transitar con el virus .Andrea Uboldi: "Hay que aprender a convivir, a transitar con el virus". Foto: Archivo/ Flavio Raina
"Primero tuvimos el caso importado (con las personas que venían del exterior); luego, transmisión local; después, transmisión por conglomerados, y ahora estamos en el momento de la transmisión comunitaria, que ocurre cuando no se puede encontrar (el nexo epidemiológico) de quién se contagió de quién", recuerda Uboldi, tras hacer un extenso racconto de qué se sabe científicamente sobre el virus y qué pasó desde que se lo conoció. Pero, ¿cuál sería "el ideal" para empezar a salir de la transmisión comunitaria, fase en la que están varios departamentos (incluido La Capital) y ciudades de la provincia?
"Bueno, lograr volver de fase: esto es, pasar de la transmisión comunitaria a conglomerados, que sería el contagio en una fábrica, en una empresa o una escuela (cuando se abran nuevamente), y por lo tanto la transmisión estará identificada con el grupo de gente de allí. O bien, lograr una transmisión local corta". Salir de la transmisión comunitaria "también permitiría un control de la enfermedad", considera.
"Nuestro futuro está marcado por el uso de la mascarilla (tapabocas y máscaras de protección facial). Se debe explicar a la gente que hay que lavarse muy bien las manos antes de tocarla, que debe verificarse que no esté lesionada esa mascarilla; que la debemos colocar cubriendo siempre nariz y boca además de mentón, no dejar la nariz afuera (algo que se ve con frecuencia); que el retiro de ésta se hace de atrás para adelante; que se debe lavar y que posteriormente hay que lavarse otra vez las manos", recuerda Uboldi.
Pero también, la nueva normalidad está vinculada con algunos espacios que pueden ser de riesgo y otros que no: "Los espacios cerrados y con poca ventilación son de riesgo; estar en espacios concurridos con mucha gente es de riesgo, que estar en espacios muy cercanos unos a otros, también es de riesgo".
Cómo va a ser la organización de esta nueva normalidad en los lugares de la cotidianeidad fue otro de los planteos de Uboldi: "Mantener los espacios ventilados; guardar el distanciamiento entre personas de más de un metro y medio; limitar la cantidad de personas que hay en un espacio cerrado, y en este sentido habrá que pensar nuevas modalidades para el club, la colonia de vacaciones, para la escuela, el trabajo; también, tener estaciones sanitizantes donde uno se pueda higienizar las manos, con dispositivos de alcohol en gel o baños con agua y jabón", puntualiza.
El "alta epidemiológica" a una persona que cursó la enfermedad Covid-19 quiere decir que ya no contagia. Pero esta alta epidemiológica no es igual al "alta clínica", porque esta última significa que esa persona está totalmente recuperada y puede volver a trabajar. "Esta situación clínica es clave en esta nueva normalidad: es importante saber cómo seguir aquellas personas que se infectaron, cuáles todavía no están recuperadas, qué estudios hay que hacerles, dónde citarlas, cómo atenderlas", añade.
Pero también, será fundamental -siguiendo los argumentos de Uboldi- tener un plan siempre: "Es decir, una planificación en los casos en que si alguien se siente mal en un lugar de trabajo, en un club, en una escuela, etcétera, pueda tener a mano un sistema de contacto inmediato con el sistema de salud". Otros dos puntos centrales: "La educación y el trabajo tendrán que pensarse como un rol muy potente en la conectividad, con grupos reducidos de personas, con protocolos, con 'burbujas' (con únicos compañeros que comparten un mismo espacio y lugar). El autocuidado es fundamental, y los vínculos (el beso, el abrazo) por el momento serán virtuales".
Y no debe obviarse a quienes, por fuera de todo el personal de salud -hoy extremadamente expuesto y agotado-, también padecen el coletazo de la pandemia: "Deberemos hacernos un tiempo para realmente escuchar a niños y adolescentes para saber qué les pasó en este encierro, cómo recomponer los vínculos, los juegos, cómo vincularlos con los adultos mayores. Y cómo proteger a éstos sin dejarlos en soledad; lo mismo para las personas con discapacidad. Habrá que repensar cómo habitamos las ciudades y los espacios públicos recreativos, pensando quizás en espacios más amplios y con normas de seguridad", dice Uboldi.
Una pandemia de estas magnitudes va dejando enseñanzas y aprendizajes. El error sería no observarlos. ¿Qué se fue aprendiendo con el coronavirus? "Primero, la importancia para cualquier sociedad de tener investigadores formados, infraestructura para la ciencia y recursos, porque gracias a la ciencia se puede hacer la búsqueda de una estrategia preventiva con tratamientos seguros, como el plasma o el ibuprofeno inhalado, entre otros. Esto es vital", concluye la especialista.
¿Es posible volver a infectarse de coronavirus? Hay muy pocos datos publicados y sólo seis casos en el mundo fueron de personas que volvieron a tener la infección. Sobre casi unos 40 millones de infectados en el mundo, "esto es un hecho por ahora bastante anecdótico, sin demasiada información científica", considera Uboldi.
¿Cuáles de las vacunas en prueba hoy se muestran como efectivas? "Todavía no se sabe, pero lo que sí se sabe es que no se podrá vacunar en el primer año a toda la población, y que probablemente se vayan seleccionando grupos de riesgo: es altamente probable que sea el personal de salud", consideró la doctora.
"En marzo se hablaba de que los asintomáticos no eran importantes y que los presintomáticos (aquellas personas que no tenían síntomas hoy pero que luego los desarrollaban) tampoco", recuerda Uboldi. Bueno, eso no es así.
Y da un ejemplo gráfico: "Una persona positiva de Covid se acerca a otra y esta segunda persona adquiere el virus. Pero durante unos tres o cuatro días, esta segunda persona estará en período de incubación: el virus todavía no se manifiesta, no se replica tan potentemente. De modo que aquí no hay contagio (confirmado), no hay síntomas, y si esa persona se hiciera un test de PCR o de antigenemia, le daría negativo. Pero sería un 'falso negativo temprano', porque esa persona está en un momento en el cual la concentración del virus no es aún importante. Pasados cuatro días en adelante, aquí sí pueden comenzar los síntomas asociados a Covid-19".
Entonces, recién ahí y hasta 14 días pueden aparecer el dolor de cabeza y garganta, tos, agitación y falta de aire, náuseas, vómitos y diarreas, cansancio y fatiga (fiebre y escalofríos), pérdida del gusto y del olfato. A cada persona se le va a manifestar de un modo diferente la enfermedad.
"Si una persona asintomática respeta la distancia de dos metros, y todos utilizamos tapabocas o máscaras de protección facial, disminuye drásticamente la posibilidad de contagio. Todos podemos contagiarnos: sin embargo, el riesgo de cada uno dependerá del uso o no de la mascarilla. Comprender esta nueva normalidad, este transcurrir con el virus no va a poder ser de otro modo si no es con la máscara de protección facial. Incluso, ahora en Italia, se está planteando la recomendación de su uso dentro de los domicilios", subraya este punto.
Los asintomáticos pueden tener concentración del virus en secreciones, pero también "ahora está demostrado por estudios que la máscara de protección reduce la dosis del virus que emiten los portadores y protege a aquel que también tiene colocada la mascarilla. "De modo que un asintomático con barbijo y con máscara, y una persona sana con máscara, tienen un riesgo muy disminuido. 'Mi máscara te protege, tu máscara mi protege', dice un slogan. Creo que debemos insistir en este punto", resalta Uboldi.