Unicef hace pie en Santa Fe para abordar la vulneración de los derechos de las infancias
El Fondo de las Naciones Unidas trabaja junto al municipio santafesino en la protección de niños, niñas y adolescentes. La primera instancia será trabajar sobre entornos libres de violencia. El diagnóstico: en esta capital, la crisis socioeconómica impacta de lleno en el desarrollo vital de los menores.
En plena pandemia, un niño vendía bolsitas para subsistir en la peatonal. La vulneración de derechos de la minoridad colisiona con un contexto social dramático, a juzgar por los últimos índices de pobreza e indigencia. Créditos: Guillermo Di Salvatore
En un país donde el 54,2% de los menores de 0 a 14 años son pobres, y en una ciudad capital donde en cada esquina se multiplican los menores vendiendo bolsitas o mendigando para poder comer -además de los casos de maltrato infantil-, tiene que haber una reacción, un "chasquido en la oreja" que active el abordaje de una problemática que casi siempre queda debajo de la alfombra, "tapada" por el imperio de las coyunturas periodísticas.
Días atrás, el Fondo de las Naciones Unidas para las Infancias (Unicef Argentina) formalizó con el municipio de Santa Fe la implementación de un programa denominado MUNA (Municipios Unidos por la Niñez y la Adolescencia). Expertos se reunieron con funcionarios para coordinar los aspectos técnicos de un plan de acción, con el eje puesto en el abordaje de la vulneración de derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (NNyA).
Cabe aclarar que Unicef Argentina ya viene trabajando con el Gobierno local, desde la pandemia. Hace dos años, las reuniones de coordinación eran virtuales. Ahora, el encuentro fue presencial, y sirvió principalmente para hacer una puesta en común de cómo se viene trabajando en las problemáticas de las infancias y adolescencias en la ciudad, y aceitar en términos técnicos este plan de acción que se irá desplegando en la ciudad.
La capital provincial está entre los siete municipios de la provincia que se sumaron a esta propuesta que impulsa Unicef en todo el país (son en total 80 municipios los que participan de MUNA). Y el primer eje de abordaje que se acordó fue el de trabajar en territorio para lograr entornos libres de violencia.
En el Gran Santa Fe hay un 39,5% personas por debajo de la línea de pobreza: eso representa 214.760 personas pobres. Los números duelen. Créditos: Mauricio Garin
Plan de acción
"Desde 2021, Unicef viene desarrollando junto al municipio santafesino este trabajo de abordaje a las problemáticas de NNyA. Veníamos haciendo capacitaciones virtuales (debido a la pandemia), y ahora pasamos a la etapa de implementar un plan de acción que definimos, siempre con el asesoramiento de los especialistas de la entidad", puso en contexto en diálogo con El Litoral Soledad Artigas, secretaria de Políticas de Cuidado y Acción Social municipal.
Ese plan tiene -como se dijo- un eje inicial: proteger a las infancias y lograr entornos libres de violencia. Pero esto implica la vulneración de derechos de las infancias en términos generales: "Hoy vemos que lamentablemente hay situaciones de maltrato hacia los niños, incluso de abuso. Pero también, sabemos que hay chicos y chicas que no tienen acceso a una buena alimentación, al cuidado de su salud, o la no incorporación al sistema educativo", explicó la funcionaria.
Soledad Artigas, secretaria de Políticas de Cuidado y Acción Social municipal. Créditos: Flavio Raina
Las entrevistas
El eslabón clave de este proceso de acompañamiento son las entrevistas. Los equipos técnicos de la secretaría de Cuidados realizan entrevistas en los hogares, ante una derivación de un eventual caso de vulneración de los derechos de la minoridad. Y es interesante marcar de dónde puede venir el "aviso de alerta".
Un vecino, un Centro de Acción Familiar (CAF), una escuela, un centro de salud, un club o una organización social: estos actores sociales, si tiene sospechas de que un niño o niña esté siendo víctima de una vulneración de sus derechos, puede notificar a la secretaría de Cuidados como primer nivel, y los profesionales se acercan para entrevistar a los adultos a cargo y a los niños. De una intervención surgen muchas otras entrevistas, porque se consulta a integrantes del entorno de la niña o el niño involucrado.
"Luego de esa primera instancia de entrevistas, se toman las medidas que amerite el caso. Siempre depende de la situación abordada: a veces se requiere generar medidas de protección integrales (aquí se articula con la propia familia y las redes barriales); y otras veces, por la complejidad del caso, pedimos la intervención de otros niveles del Estado, como la secretaría de la Niñez o la Justicia, por caso", explicó Artigas.
Asesoramientos
Dos datos: de enero a marzo de este año, se realizaron 314 encuestas en hogares de la ciudad con intervenciones de la secretaría de Políticas de Cuidados. No todas esas situaciones son eventuales episodios de maltratos o violencia: "Atendemos desde gente que viene a pedir pañales, hasta oficios por el desalojo de una familia, y ahí activamos el monitoreo de si hubo o no vulneraciones de derechos infantiles. Se prevé además, al efectivizarse el desalojo, si los menores van a quedar en situación de calle y qué medidas tomar para evitar esto", enumeró Artigas.
Y fueron 227 los asesoramientos sobre parentalidad y seguimientos de casos puntuales que ya venían de años anteriores. "Por ejemplo, hace un tiempo una escuela nos derivó una situación particular sobre un alumno o alumna respecto de la vulneración de alguno de sus derechos básicos. Cada tanto debemos entregar un informe a la institución escolar dando cuenta del avance de ese chico o chica. También, realizamos el seguimiento de casos de separaciones de padres, porque si hay menores deben quedar bajo la guarda de alguien", amplió.
Con todo, sólo en lo que va de 2023, fueron 541 las intervenciones que realizó el municipio local para atender algún tipo de demanda donde estaban involucradas las infancias vulnerables en la ciudad de Santa Fe.
También se están abordando los consumos problemáticos de adolescentes. "Es otro tema muy preocupante; hablamos de chicos más grandes (15, 16, 17 años). Sus propias familias nos consultan. Hablamos de adolescentes que terminan siendo víctimas del consumo de algún estupefaciente, y no pueden salir del entorno tóxico en el que están", advirtió la secretaria.
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