La santafesina Alejandra Rubino es profesora en artes visuales. Desde hace algunos años, se volcó a la realización de obras con mosaicos y allí concentra la mayor parte de sus actuales energías creativas.
Alejandra Rubino, docente y artista plástica de Santa Fe, halló en el mosaiquismo una forma de rendir homenaje a personajes reconocidos de su provincia natal. ¿A quienes retrató y quienes son los próximos en la lista?
La santafesina Alejandra Rubino es profesora en artes visuales. Desde hace algunos años, se volcó a la realización de obras con mosaicos y allí concentra la mayor parte de sus actuales energías creativas.
Realizó retratos de varios personajes famosos como el pintor Pablo Picasso, los Rolling Stones, los actores Charlize Theron, Johnny Depp, Jason Momoa en su caracterización de Aquaman, Sam Heughan y Caitriona Balfe, estos últimos conocidos por sus papeles en la serie “Outlander”. También generó una serie de retratos de distintas etnias. Al respecto, siente orgullo especial por los efectos logrados en un trabajo de pequeñas dimensiones sobre un anciano de Tíbet.
En la última etapa, comenzó una serie de personajes famosos de diferentes ámbitos nacidos en la provincia de Santa Fe. Ya realizó los de Mirtha Legrand, Lionel Messi, Gabriel Batistuta, Soledad Pastorutti. Tiene en marcha el de Leo Mattioli y en carpeta están los del basquetbolista Carlos Delfino, el automovilista y ex gobernador Carlos “Lole” Reutemann, el periodista y ex intendente santafesino Enrique Muttis y la cantante de tangos Rosana Falasca, oriunda de Humboldt.
¿Cómo es la historia que la llevó de las aulas a los retratos en mosaico? Todo arranca hace alrededor de un lustro, cuando tras más de dos décadas y media de labor docente, en escuelas primarias públicas y privadas (en los cuáles, dicho sea de paso, se enamoró de la enseñanza) comenzó a tener problemas con sus cuerdas vocales. Esto la obligó a tomar licencia y fue la situación que la decidió a retomar su vocación por crear, relegada durante muchos años. “Me dije a mí misma: es el momento de dedicarme al arte, la faceta que me faltaba. Hasta entonces, no había realizado obras artísticas”.
Apareció, entonces, la posibilidad de un seminario sobre mosaiquismo. “Siempre me gustaron mucho el retrato y el collage. Y me pareció que en el mosaico encontraba todo eso combinado”. Una vez que conoció más la técnica, se maravilló ante la chance de representar tanta belleza con el montaje de piezas tan chiquitas.
A lo largo de los distintos seminarios que realizó (y realiza) vinculados a la técnica, no solo tomó contacto con artistas de varias provincias de la Argentina, sino también de Chile y Costa Rica. “Fue una hermosa experiencia, un intercambio de conocimientos. Increíble poder estar hablando el mismo lenguaje con gente tan diversa”, expresó Alejandra.
Durante esas instancias, Rubino tomó contacto con colegas de Rosario que generaron una propuesta para hacer retratos rosa de personajes famosos de esa ciudad del sur provincia Entonces, Alejandra decidió seguir la misma línea, pero ampliando la zona geográfica. Inició, entonces, su serie de personajes reconocidos de distintas disciplinas nacidos en el territorio de la provincia de Santa Fe.
Un trabajo de “hormiga”
Se trata de un trabajo complejo: cada retrato le lleva, aproximadamente, un mes de trabajo. Es que cada fragmento de mosaico cumple una función específica y concreta en la definición de algún rasgo del rostro elegido para representar. El proceso arranca con la búsqueda de una fotografía. Luego, se establecen los materiales que van a ser necesarios, que pueden variar de un caso a otro. Pueden demandar venecitas, azulejos o incluso la incorporación de otros materiales que no son propios del universo del mosaico. Por ejemplo, el cabello del retrato de Mirtha Legrand está hecho con porcelana fría.
“Siempre se arranca por los ojos, es lo que te conecta con la persona a retratar. Se sigue con la nariz, la boca y después el resto”, explicó Rubino. Es un trabajo “de hormiga”, a veces un solo ojo demanda cuatro horas. Aunque la técnica que desarrolla admite diversos soportes, Alejandra trabaja sobre todo con madera, donde pega los recortes de mosaico con cola de carpintero.
La mayoría de sus obras son de 30 centímetros por 40, aunque hizo algunas más grandes (50 por 70) y otras más pequeñas, como la del tibetano, que fue un gran desafío por el nivel de detalle requerido, dado que se trata de un anciano.
En este momento, Alejandra trabaja fuertemente en el desarrollo de su serie de personajes santafesinos. Tiene dos sueños. El primero, poder armar una muestra con esos retratos, el segundo, poder entregarlos en mano a los propios homenajeados que aún están entre nosotros.
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