Rostros que cuentan historias:
Julio Lammertyn y el arte del retrato
La obra de esta artista abarcó paisajes y naturalezas muertas, pero alcanzó su cima en sus retratos, testimonios vivos de su vínculo con el entorno santafesino. Un breve recorrido por su vida y obra revela la profundidad y sinceridad de sus trabajos.
“Autorretrato” de Julio Lammertyn. Foto: Archivo El Litoral
En la noche del 27 de junio de 1965, con la presencia de numeroso público, quedaron inauguradas en el Museo Municipal de Artes Visuales de la ciudad de Santa Fe, una muestra de pintura del artista santafesino Julio Lammertyn, y un conjunto de cerámicas de Elba Diez.
Arte de la Argentina
En la oportunidad, según consta en nuestro archivo, César Borda expresó que Lammertyn “era un artista santafesino que, a pesar de haberse radicado en la ciudad de Buenos Aires hacía ya varios años, seguía vinculado con nuestro medio. Agregó que su obra reflejaba ese vínculo y destacó la sinceridad con que estaba elaborada y la dedicación que significaba su continuidad y su permanencia”.
¿Quién era este artista y dónde radica la relevancia de esa exposición realizada en su madurez? Nació en Esperanza el 6 de noviembre de 1905. Estudió dibujo con el maestro Juan Cingolani y pintura con Miroslav Bardonek y José Domenichini. Tres europeos que, producto de distintas corrientes inmigratorias, se afincaron en Santa Fe, ciudad en la cual (salvo Cingolani, quien llegó con una trayectoria a cuestas edificada en su Italia natal) desarrollaron lo más trascendente de su obra pictórica.
Arte de la Argentina
Formación y mirada personal
Hacia finales de la década de 1930, el Gobierno de Santa Fe le otorgó a Lammertyn una beca que utilizó para completar sus estudios en la escuela de pintura Ernesto de la Cárcova. Este espacio, que había comenzado a funcionar en 1923, solían concurrir egresados de carreras de artes pero también becarios de países latinoamericanos interesados en perfeccionamientos en las diferentes disciplinas. Era el caso del pintor santafesino, que egresó en 1942 con el título de Profesor Superior de Pintura.
Archivo
Un artículo sobre esta escuela, titulado “La Cárcova después de la Cárcova”, firmado por Georgina G. Gluzman para la Universidad Nacional de las Artes, deja constancia del paso de Lammertyn por allí. “La cátedra de Estética fue un relevante espacio de reflexión para los estudiantes”, dice Gluzman. “El intenso trabajo de los estudiantes en este ámbito ha quedado registrado en los veinte tomos de monografías conservados en la actualidad. Un recorrido por el fragmentario registro, que cubre los años entre 1932 y 1938, permite justipreciar la diversidad de intereses desarrollados por los estudiantes a lo largo de las dieciséis monografías que debía escribir cada uno por año. Algunos de los trabajos respondían a consignas de la cátedra, en reflexiones que versaban sobre el origen de la estética o sobre Hans Holbein, por ejemplo. Sin embargo, muchos otros dan cuenta de los intereses individuales de cada estudiante y en algunos casos, como el de Julio Lammertyn, de experiencias intensamente personales”.
Facultad de Humanidades y Ciencias UNL
Un artista versátil
A lo largo de su vida, Lammertyn investigó las posibilidades estéticas de varios géneros. Demostró fluidez para la ejecución de paisajes, naturalezas muertas y composiciones florales. Pero el retrato fue su terreno fértil, en el cual demostró mayor soltura. Según el portal Arte de la Argentina, en la producción de Lammertyn “predominan los tipos y los paisajes de su provincia natal”, a la vez que sus trabajos se caracterizan por un estilo “post impresionista de tono verista”.
Un dato de color es que Lammertyn ejecutó un excelente retrato de Salvador Cabedo, artista valenciano que llegó a Santa Fe en 1911, con más de 40 años, para convertirse en docente en los Colegios Inmaculada Concepción, Nacional Simón de Iriondo y de la Academia Reinares de Santa Fe. El mismo pertenece al patrimonio del Museo Rosa Galisteo de Rodríguez. Además, Lammertyn cultivó amistad con otros pintores santafesinos, en particular con Francisco Puccinelli, con quien compartía el cariño por las bellezas naturales de la zona de San José del Rincón.
Retrato de Salvador Cabedo por Lammertyn. Foto: Museo Rosa Galisteo
Lammertyn concurrió al Salón Nacional en varias oportunidades, entre las décadas de 1940 y 1950 y obtuvo distinciones. En 1964, se realizó una muestra retrospectiva de su obra en el Museo Municipal de Artes Visuales de Santa Fe. Falleció en Buenos Aires en 1980 pero sus trabajos están resguardados en diferentes espacios públicos y privados.
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