El artista bielorruso-francés Marc Chagall, nacido el 6 de julio de 1887, está ampliamente considerado como uno de los grandes maestros del color y la imaginación del siglo XX.
En "Sobrevolando la ciudad", el pintor plasmó su mundo interior y un sentimiento que desafía la gravedad.
El artista bielorruso-francés Marc Chagall, nacido el 6 de julio de 1887, está ampliamente considerado como uno de los grandes maestros del color y la imaginación del siglo XX.
Mezcló el folclore judío, la fantasía y el surrealismo. Sus pinturas reflejan un mundo onírico donde hay amor, nostalgia y espiritualidad.
A 40 años de su fallecimiento, recordamos su obra "Sobrevolando la ciudad", un cuadro de 1918, reflejo de su estilo y el vínculo con su tierra natal.
Fue creado en un período tumultuoso de la vida de Chagall. En medio de los cambios revolucionarios en Rusia, se atrevió a mostrar su mundo interior.
La pintura muestra a Chagall y su esposa Bella flotando sobre Vitebsk, su ciudad natal. El vuelo, que desafía leyes físicas, es una metáfora del amor que supera lo terrenal y lo cotidiano.
La obra tiene algo de cubista, en sintonía con un simbolismo personal. Los colores y las formas son característicos del estilo de Chagall, quien nunca se encasilló.
En palabras del propio artista: "Para mí, una pintura es una superficie cubierta con representaciones de cosas donde la lógica no tiene importancia".
"Loco de amor, el artista se pinta a menudo volando, como aquí, donde lleva de tour a su Bella sobrevolando la ciudad de Vitebsk formada por esas sencillas casas", señala Emilia Bolaño.
"El cielo pertenece a los enamorados, que flotan juntos escapando de los convencionalismos y la presión social. Una metáfora de lo más poética", añade.
En "Sobrevolando la ciudad", los amantes flotan abrazados sobre un paisaje rural que representa nostalgia como pertenencia.
Bella está delineada con líneas suaves y detalles precisos, como los volantes de su vestido, mientras que Chagall se retrata a sí mismo con formas angulosas.
Según Rosa Villalejos, "el artista logra transmitir una sensación de romance y aventura, invitando al espectador a imaginar las historias y emociones detrás de esta enigmática escena".
"La ciudad se despliega ante nuestros ojos como un tapiz de bloques de color, cuidadosamente montados por la mano del maestro Chagall", añade.
"La bonita empalizada de madera, con sus tonos cálidos, revela el profundo interés del artista por los cuentos populares y la fantasía", indica luego.
Chagall fue un narrador visual que hizo de sus vivencias poesía pictórica. El judaísmo, el exilio y el amor por Bella están en cada pincelada.
Obras como "Sobrevolando la ciudad" todavía están vigentes un siglo después debido a su posibilidad de llamar a la meditación respecto a las raíces y las emociones del que mira.
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