Mary Beale nació el 26 de marzo de 1633 en Barrow, Suffolk. Su vida transcurrió en un periodo en el que la pintura profesional era un oficio totalmente dominado por varones.
En una época dominada por hombres, Mary Beale se abrió camino en el competitivo mundo del arte británico. El repaso por su obra permite verificar una mirada singular.
Mary Beale nació el 26 de marzo de 1633 en Barrow, Suffolk. Su vida transcurrió en un periodo en el que la pintura profesional era un oficio totalmente dominado por varones.
La inclinación por el arte que mostró a una corta edad, pudo ser alentada por un entorno culto que le dio acceso a opciones muy poco comunes para una mujer de su tiempo.
Su padre, rector puritano y aficionado al dibujo, le proporcionó las primeras herramientas para desarrollar su talento.
Más adelante, su matrimonio con Charles Beale, funcionario de correos y también pintor aficionado, le dio estabilidad para ejercer su pasión.
De hecho, Charles Beale documentó la vida profesional de su esposa. Llevó registros detallados sobre su método de trabajo, los pigmentos que usaba y las estrategias para sus retratos.
Estos documentos, que llegaro a la actualidad, ofrecen una visión privilegiada sobre su técnica y el contexto en el que desarrolló su obra.
El trabajo de Mary Beale se inscribe en la tradición del retrato barroco británico. Su estilo exhibe una especial sensibilidad en la representación de los rostros y la atención a los detalles.
Fue una de las pocas artistas de su tiempo que logró una clientela estable, integrada por miembros de la aristocracia, eclesiásticos e intelectuales.
La influencia de Peter Lely, pintor de la corte de Carlos II, es evidente en la composición de sus retratos. Sin embargo, Beale desarrolló una mirada propia, menos artificiosa y más contenido en la idealización de sus modelos.
El color desempeña un papel central en su obra. Su dominio de las texturas es notable en la representación de tejidos y cabellos, donde logra efectos que brindan una sensación táctil.
Gloria Martínez Leiva señala que "las pinturas de Mary Beale son vigorosas, muestran un color natural y fresco y denotan en su estilo de aire italiano la copia de obras maestras de los grandes genios".
El mercado del arte en la Inglaterra del siglo XVII era competitivo. Los retratistas más exitosos gozaban de la protección de la nobleza y la corte.
Mary Beale, sin embargo, no contaba con un patrocinador de la realeza, por lo que su estrategia para mantenerse activa en el circuito artístico fue singular.
Su hogar funcionaba como un estudio y centro de producción, donde su esposo se encargaba de preparar los lienzos y realizar copias de sus obras más solicitadas.
Su hijo también participó en el taller. Esta organización le permitió trabajar con eficiencia y sostener una práctica profesional a largo plazo.
Uno de sus recursos más efectivos fue la elaboración de bocetos en tiza o carboncillo. Esto le permitía presentar opciones a sus clientes antes de trasladarlas al óleo.
Según datos que constan en la página del Museo Nacional Británico de Arte Moderno, además de pintora, Beale fue escritora.
"Su ensayo en prosa ‘Discourse on Friendship’ ofrece una perspectiva erudita y singularmente femenina sobre la amistad", señala esta fuente.
"Su manuscrito ‘Observations’, sobre los materiales y técnicas empleadas en su pintura de albaricoques, aunque no llegó a imprimirse, es el texto instructivo más antiguo conocido en inglés escrito por una pintora", añade.
A pesar de su éxito en vida, tras su muerte en 1699 su figura fue olvidada. Su obra fue eclipsada por la de artistas masculinos de su tiempo y recién en siglos posteriores comenzó a revalorizarse su labor.
Hay que señalar que el resurgimiento del interés por las mujeres artistas en la historiografía del arte fue lo que permitió que su trabajo fuera colocado en el lugar que merece.
Hoy, sus pinturas se encuentran en importantes colecciones británicas, incluyendo la National Portrait Gallery de Londres y el Tate Britain.
El estudio de su carrera aporta una visión completa del arte barroco inglés y un ejemplo de las estrategias que una mujer debió emplear para desarrollarse en un contexto adverso.
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