El último informe elaborado por la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señala que “la bajante del río Paraná tendrá efectos multidimensionales: por un lado, en lo económico; y por otro, tendrá un impacto en actividades de la región como la pesca, la potabilización de agua y en el ecosistema del río”.
Por cierto, “en el Gran Rosario, la bajante, que es la más severa de los últimos 50 años, representará un costo de US$ 244 millones para el complejo agroexportador argentino en el primer cuatrimestre de 2020, al resentir la navegación y carga máxima de los buques y barcazas en las terminales portuarias de la zona, que es epicentro de la agroindustria argentina”, señalan desde la BCR. Asimismo, el reporte agrega que “semana a semana, la bajante del Paraná continúa agravándose por el déficit de lluvias hacia el norte de Argentina y en Brasil y, para peor, se espera que la situación empeore en el corto plazo”.
Entre las principales problemáticas que la situación trae aparejada en relación a la logística de exportación, industrialización, operatividad y los costos asociados que reportan las mismas empresas del sector, el relevamiento señaló que “están las pérdidas estimadas por falso flete y mayores costos de transporte/logísticos por completamiento en otros puertos. Se trata de 510 buques que operarán en el Gran Rosario entre marzo y mayo del 2020 con números que ascienden a US$ 91,2 millones, sin perjuicio de incrementarse con otras erogaciones adicionales”.
Asimismo, el estudio prevé menores precios de exportación para el aceite de soja argentino por el problema del río Paraná y otros factores. “Existe un castigo en el precio del aceite de soja argentino que se traduce en una presión a la baja de las primas FOB argentina en relación a otros orígenes, como el brasilero”, destaca.
Otro punto adicional son los “mayores costos de transporte y logísticos en la mercadería que baja por Hidrovía Paraná- Paraguay desde países limítrofes a los puertos del Gran Rosario, ya sea como importación temporaria para su posterior procesamiento y exportación, o para trasbordo en los puertos del Gran Rosario”.
En cuanto al proceso de exportación, la BCR indicó que la bajante “obliga a mayor prudencia de los pilotos y prácticos en las maniobras con los buques, en particular en los canales de acceso y pasos críticos ya que existe una posibilidad creciente que se registren varaduras en el río, lo cual puede afectar la óptima navegación en el sistema”.
De esta manera, “por cada día de demora de un buque para cargar y despachar al exterior, el costo adicional asciende a US$ 45.000. Si suponemos un promedio de 3 días de demora y el 20% de los buques ingresan a cargar harina de soja al Gran Rosario (marzo-abril-mayo) las pérdidas ascenderían a U$ S 13,7 millones”, aseguran.
Paralelamente, se prevén demoras en la industrialización del complejo oleaginoso del Gran Rosario y posible ralentización del programa de embarques de maíz en abril y mayo, lo cual podría generar problemas de saturación en la capacidad de almacenaje del grano dentro de los puertos.
En síntesis, “se aguarda una demora en la industrialización del complejo industrial oleaginoso tanto por los retrasos en el ingreso de mercadería del exterior como por el cuello de botella que genera la ralentización del programa de embarques y otros factores. Se estima en US$ 3 por tonelada procesada. El sobrecosto estimado en la industrialización alcanza los US$ 27,5 millones“.
“Los efectos de la bajante del Río Paraná resultan multidimensionales. En el plano económico, por su impacto sobre el principal complejo exportador de la economía argentina, así como también en otras actividades fundamentales para la subsistencia de la región como la pesca, la potabilización de agua, pero también en lo ambiental al afectar el ecosistema del río. Centrándonos en lo que hace efectivamente al complejo agroindustrial exportador del Gran Rosario, los problemas logísticos, de transporte y de industrialización detallados en el cuadro adjunto implican una pérdida para la economía argentina de US$ 244 millones en el primer cuatrimestre de 2020, al resentir la navegación y carga máxima de los buques y barcazas en las terminales portuarias del Gran Rosario, epicentro de la agroindustria argentina”, concluyó.