"La historia nos marca que en los años impares los precios de la carne vacuna suben hasta abril o mayo; luego, hasta octubre, retroceden o quedan planchados, obviamente regulado por el gobierno, y después en noviembre y diciembre recupera todo el terreno perdido"
Así de estudiada está la dinámica de precios en la cadena de ganados y carnes de Argentina y el dato ya es una variable más para anticipar el comportamiento del mercado de hacienda cuando hay elecciones por delante, según explicó Diego Ponti, analista de la consultora AZ-Group.
Los valores del ganado bovino muestran "un atraso muy importante" en los últimos 8 meses, por lo que se espera un reacomodamiento en el primer trimestre. En eso coinciden todos los integrantes del negocio. "Veremos la magnitud, pero el salto va a estar", dijo Ponti.
Mirá tambiénSequía: el tiempo se ocupa en decidir si se siembra o no"Tiene que ver mucho con la sequía, que adelantó faena; por lo que habrá menos hacienda de lo esperable en febrero-marzo", explicó.
Pero en el análisis también se incluye que la carne "es considerada como un bien electoral" o determinante entre los ciudadanos a la hora de decidir su voto. "Al menos es lo que piensan los políticos; entonces actúan en función de eso, especialmente en los años impares, que son los de elecciones". Esto, afirmó, "se ha cumplido en los últimos 10 años impares". Por lo tanto, "ese componente lo tenemos que incluir para intentar saber qué puede suceder con los precios".
Ponti sostuvo que si la ganadería fuese una actividad sencilla, se recomendaría vender entre marzo y mayo o entre noviembre y diciembre. "Sabemos que la realidad no es así, porque son ciclos productivos largos y cuando está la hacienda terminada hay que venderla", aclaró.
Según el analista, para "ponernos al día" se precisaría un aumento del 50% en el precio de la hacienda, aunque dudó que fuera posible. Y si se diera, tampoco alcanzaría. "Estamos hablando de un 50% para empatar el partido", mientras que mes a mes la inflación igual seguirá escalando en un 6% promedio.
Una conclusión que adelantó es que "seguramente vamos hacia otro año con precios para la ganadería por detrás de la inflación y del tipo de cambio".
En el mercado, comentó que la constante de 2022 el mensaje de la imposibilidad de trasladar subas de hacienda al mostrador. Los compradores explicaban "que después del 15 de cada mes se plancha el mercado", porque se reduce el poder adquisitivo de la población. "Tuvimos fines de semana largos; día de la madre; algún paro o lluvias, que recortaron la oferta, y sin embargo los precios no levantaron", resumió.
Así, observó un horizonte complicado para los feedloteros. "Tendrán un año muy complicado, por suba de costos y con maíz escaso; eso le va a poner un límite al crecimiento del precio de los terneros, porque no pueden convalidarlo". Además se suman las elecciones, "que te juega en contra".
Al respecto comentó que "en octubre hablábamos de un ternero para marzo de $500/550, pero para estar a tono se necesita que llueva y que mejore el gordo, porque si no un feedlotero no puede pagar más".
Por este motivo estimó para los criadores una zafra con resultado económico "muy por debajo" de los últimos tres años, que fueron muy buenos.
En cambio las recrías a pasto "pintan con buenos resultados, pero condicionados por lo climático; en la medida que llueva y se puedan sembrar verdeos y pasturas; porque sin pasto no se puede salir a comprar terneros".