Luego de los desajustes que generaron en el agro las dos versiones del "dólar soja", el gobierno decidió "compensar" a sectores damnificados por el encarecimiento del alimento animal. Primero le tocó a los tamberos y luego a las empresas avícolas y porcinas. Por lo que podría pensarse que los feedlots, el sistema que abastece en mayor medida el consumo interno de carne bovina, podría ser incluído en la lista. Un indicio de ello fue el anticipo que hizo el Ministro de Economía Sergio Massa, que desde Entre Ríos adelantó que en la semana entrante habría ayudas para la ganadería, que se anunciarán desde el norte santafesino.
"La realidad es que el engorde a corral está atravesando una de las crisis más importantes de los últimos 12 años", dijo Fernando Storni, Presidente de la Cámara Argentina de Feedlots.
Mirá tambiénPolémica por la pizarra: "Todos tenemos que bajar un cambio"Al analizar los anuncios de compensaciones que se hizo para productores de pollo, huevo y cerdos, anticipó: "en nuestro caso, un sistema como ese, por la manera en que se confeccionan las dietas de bovinos, no tendría efecto sobre la producción de carne intensiva". Por lo que sugirió que, de implementarse una ayuda para el engorde a corral, "debiera ser un monto fijo por cada cabeza por tres meses, que es el tiempo de impacto que tienen estas medidas", en referencia al encarecimiento del alimento que les generó el dólar soja.
Sobre el momento de quebranto del sector, argumentó que la pérdida real hoy es cercana a los $40.000 por animal terminado. "Considerando el costo financiero, teniendo en cuenta una inflación entre 5 y 7% mensual; es inevitable no valorar ese costo".
Mirá tambiénAlerta por estrés térmico para la producción bovinaA esta situación, dijo, se llega por "una conjunción de situaciones". Enumeró una mayor oferta de gordo de lo que la demanda requiere, "que atrasó mucho el valor" de venta; la sequía "extrema y sumamente prolongada", que "nos llevó a niveles de encierre mayores". Mientras del lado de la demanda, el consumo interno con un poder adquisitivo dañado, a lo que se sumó una caída de precios internacionales "que afectó la tracción de la industria exportadora".
A esto agregó "las restricciones que la industria exportadora tiene", como cortes prohibidos, cuotificaciones y diferencial de tipo de cambio, sin el cual el sector podría tener un poder de comprar mayor, "que la industria exportadora hoy no tiene".
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