2.500 hectáreas de girasol; 8.100 de maíz; 43.500 de soja temprana y 40.600 de soja tardía. Total: 94.700 has que la sequía deja afuera de un partido que se va a jugar "a cara de perro".
Esa es la cifra que arroja el último Informe del Sistema de Estimaciones Agrícolas, respecto de la cantidad de hectáreas de girasol, soja, maíz y girasol que quedaron sin sembrar.
2.500 hectáreas de girasol; 8.100 de maíz; 43.500 de soja temprana y 40.600 de soja tardía. Total: 94.700 has que la sequía deja afuera de un partido que se va a jugar "a cara de perro".
Cada uno se encuentra en sus particulares etapas fenológicas, ubicados en los departamentos del norte, centro y sur del área del SEA, y reflejaron las distintas realidades de sus estados y las reacciones parciales que tuvieron ante las lluvia dispares de la segunda quincena del mes de enero y la primera semana de febrero del 2023, las que se caracterizaron siempre por su heterogeneidad e irregularidad, al igual que los totales de los montos acumulados.
El intervalo comprendido entre el 1 y el 7 del corriente mes, comenzó soleado, con una temperatura diaria en ascenso, nubosidad en aumento, y cambió a inicios del jueves 2 a inestabilidad climática, precipitaciones de variadas intensidades con montos relativamente bajos, especialmente en los departamentos del sur y centro del área de estudio.
Esta condición se desvaneció a inicios o mediados del viernes 3, cuando pasó a días soleados, estables, buen tiempo y con temperaturas diarias en ascenso, situación que se extendió hasta el final del período. Los valores pluviométricos oscilaron desde mínimos de 01 a 05 y máximos de 15 a 18/20 mm. Las temperaturas fluctuaron entre mínimas de 15 a 25 ºC y máximas de 28 a 42 ºC.
Por las precipitaciones semanales el sector productivo activó el movimiento de equipos o sembradoras un par de días, aprovechó así, el agua útil disponible en la cama de siembra, que con el aumento de las temperaturas y el ambiente muy seco, disminuyó.
Con dicho paisaje, finalizó la siembra de la campaña 2022/2023. Para la soja tardía concluyó la implantación y no se alcanzaron las 580.000 ha que se habían estimado inicialmente.
La superficie lograda en dos etapas muy marcadas, la primera en diciembre de 2022 que llegó al 70 %, unas 406000 ha y la otra entre mediados y fines de enero 2023, el 30 %, o sea 133.400 ha, que totalizaron 539.400 ha, con un 7 % menos, a lo proyectado al principio del ciclo.
El informe destaca que durante la última semana, se llevaron a cabo las siguientes labores culturales: monitoreo de los cultivares de girasol, algodón, sorgo granífero, soja temprana, soja tardía y maíz temprano. Aplicación de herbicidas, insecticidas, y fertilizantes. Siembra de sorgo granífero, de maíz tardío y de soja tardía, y cosecha de girasol.
Para el intervalo comprendido entre el 8 y el 14 de febrero de 2023, los pronósticos prevén desde su comienzo, días soleados, temperaturas diarias en ascenso, nubosidad en aumento, estabilidad climática, buen tiempo cambiando a mediados y fines del domingo 12 a inestabilidad climática, con altas probabilidades de precipitaciones de variadas intensidades y montos, principalmente el lunes 13. Situación que se extendería en toda el área de estudio hasta el final del período. Las temperaturas fluctuarían entre mínimas de 20 a 27 ºC y máximas de 29 a 40 ºC.
La inestabilidad y las lluvias locales, de bajos registros pluviométricos, no condicionaron el normal avance de la cosecha del girasol, por lo que: en los departamentos del norte santafesino se alcanzó el 100 % del área sembrada, en la región centro el 75 % y en la sur, un 45 %.
No se registraron variaciones de importancia en los rendimientos promedios que continuaron siendo irregulares a bajos, dadas las características ambientales de estrés hídrico o térmico que atravesaron el ciclo. Los mismos oscilaron entre mínimos de 4 - 6 a 8 qq/ha y máximos de 18 a 20 qq/ha.
Los primeros se obtuvieron en los cultivares de ciclo corto, que fueron muy impactados por el clima reinante durante su etapa vegetativa. Los girasoles mostraron menor desarrollo en las estructuras de las plantas y en el tamaño de los capítulos, lo que afectó directamente el componente rendimiento.
En toda el área de estudio se observó la presencia de aves principalmente palomas y cotorras, que los dañaron aún más. En general, el estado de la oleaginosa prosiguió siendo malo a regular, bueno a muy bueno, dependiendo de las precipitaciones ocurridas en cada zona y la etapa fenológica en que se encontraba cada parcela.
Las diversas realidades climáticas que atravesaron el desarrollo del maíz, llevaron a los productores a la toma de diversas decisiones, por lo que el cereal se picó/embolsó, enrolló en planta o ensiló y hasta se lo pastoreó. El porcentaje de los maizales que quedaron en pie irían a producción de grano comercial, que tras un primer relevamiento se estimó una disminución del 35 10 al 37 % en el rendimiento promedio al obtenido la campaña pasada que llegó a los 67,5 qq/ha.
Sin embargo, en algunos lotes puntuales continuó el proceso de cosecha, con rendimientos muy bajos, por lo que se lo destinaría al consumo local. Se observaron los siguientes estados fenológicos: R "estados reproductivos", R2 (cuaje – ampolla), R3 (grano lechoso), R4 (grano pastoso), R5 (grano dentado) y los más avanzados, en inicio de R6 (madurez fisiológica).
Los cultivares de algodón se presentaron en variadas condiciones según la zona y la fecha de siembra. En general, el estado se observó bueno, con algunos lotes muy buenos y otros, de regulares a malos. El estrés hídrico reguló el crecimiento y la evolución de los algodonales, que fueron afectados, tanto en las estructuras de las plantas como en el cumplimiento normal de cada etapa fenológica.
También se observó la presencia de trips, lo que complicó más aún el panorama. Se realizaron varias aplicaciones que incrementaron los costos, y lo mismo sucedió con el control de las malezas, las que avanzaron ante la falta de aplicaciones oportunas. Se constataron los siguientes estados fenológicos: V "estados vegetativos", V5 (quinta hoja verdadera despegada), R "estados reproductivos", R1 (aparición del primer pimpollo) y R2 (1º flor blanca-plena floración).
Los cultivares de soja temprana que reaccionaron favorablemente a las lluvias, aumentaron el volumen de la masa foliar, mejoraron la estructura de las plantaciones y paulatinamente, iniciaron la etapa reproductiva. Tal situación se caracterizó por su heterogeneidad e irregularidad, dependiendo de la localización geográfica de cada lote. Situación que se seguiría monitoreando y evaluando, ante los futuros escenarios ambientales. Se observaron los siguientes estados fenológicos: V "estados vegetativos", V6 (6º nudo), V7 (7º nudo), V8 (8º nudo), R "estados reproductivos", R1 (inicio de floración), R2 (floración con uno de los nudos superiores con hojas desarrolladas) y los más avanzados, en R3 (vaina de 5 mm de longitud en nudo).
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