Este miércoles se cumplen 20 años de la jornada que dejó atrás los imposibles en el deporte argentino y dejó una vara alta para el básquet a nivel mundial: el oro de la Generación Dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
La Generación Dorada completaba hace dos décadas un increíble torneo en Grecia que incluyó el agónico triunfo ante Serbia y el golpe a Estados Unidos.
Este miércoles se cumplen 20 años de la jornada que dejó atrás los imposibles en el deporte argentino y dejó una vara alta para el básquet a nivel mundial: el oro de la Generación Dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
El 28 de agosto de 2004, la Selección Argentina de básquet masculino completó un espectacular torneo en Grecia al vencer en la final a Italia con solidez por 84 a 69.
Aquella jornada, Luis Scola se puso el equipo al hombro y sostuvo la ausencia de Fabricio Oberto por lesión aportando 25 puntos y 11 rebotes.
La victoria ubicaba a Argentina como los únicos en obtener el oro en esta disciplina desde la llegada de los jugadores NBA a los JJOO en Barcelona 1992. Como si fuera poco, eran el cuarto país detrás de Yugoslavia y la URSS en lograrlo, siendo al día de hoy el único país existente además de Estados Unidos en tener esta presea.
La final con los italianos queda “opacada” en las retinas ante dos eventos fantásticos que acontecieron previamente.
El primer partido ya iba a brindar los tintes de epicidad al torneo. Argentina se cruzaba con Serbia y Montenegro, verdugo en la final del mundo en Indianápolis 2002, y el triunfo podía tener un sabor extra.
Vaya que lo tuvo con la mítica anotación de Emanuel “Manu” Ginóbili, que ya pisaba fuerte a nivel FIBA y que selló el 83 a 82 desde el aire y ganándole a la chicharra tras una brillante transición de Alejandro Montecchia. “La Palomita” llegaría luego por medio de una publicidad y se convertiría en un ícono de la época.
A pesar de los triunfos en fase de grupos ante China (82 a 57) y Nueva Zelanda (98 a 94), Argentina tendría dos tropezones duros. El primero ante España por 87 a 76 y el segundo justamente ante Italia en el cierre de la primera fase por 76 a 75.
Los cuartos ante Grecia sacarían a relucir el juego en equipo de los dirigidos por Rubén Magnano con goleo repartido y un segundo tiempo de gran defensa.
El plato fuerte fueron las semis. Estados Unidos llegaba de perder el invicto NBA ante Argentina con la derrota en el Mundial de 2002. En Atenas, los golpes los recibió ante Puerto Rico y Lituania en fase de grupos. Sin embargo, hasta el momento no había fallado en el oro olímpico.
Aquel 27 de agosto, los argentinos marcaron historia al darle la estocada final a un cambiado Dream Team sellando el 89 a 81 que los eliminaba de la final por primera vez desde Seúl 88, siendo tan sólo la tercera en la historia.
El partido dejó jugadas icónicas como la faja de Hugo Sconochini, los triples de Emanuel Ginóbili, el rebote ofensivo de Walter Hermann o la volcada final de Luis Scola.
Nueve jugadores anotaron en la semifinal, pero la magia la aportó Manu con 29 unidades, siendo el goleador del partido.
Para tomar dimensión, la plantilla estadounidense contaba con figuras del momento como Tim Duncan, Allen Iverson y Stephon Marbury, escoltados por los jóvenes LeBron James, Dwyane Wade y Carmelo Anthony.
El 28 de agosto de 2004 fue un antes y después para el básquet nacional, concretando al máximo el gran sueño de León Najnudel y sembrando una semilla que luego se vería reflejada durante 15 años.
En 2024, la realidad se ubica lejos de la de 2004. Harán falta paciencia, proyectos, trabajos y la suerte de unir tantos fenómenos en un sólo equipo. El subcampeonato del Mundial 2019 demostró que sigue siendo una realidad la alta competencia y que Argentina puede volver a la escena principal.
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