A 40 años de Argentina campeón del mundo juvenil en Japón
Esos chicos geniales que nos obligaban a madrugar
Fue un 7 de setiembre de 1979 cuando le ganó la final a la Unión Soviética. Es un equipo que descubrió Duchini y que pergeñó el Flaco Menotti, que brillaba por su desparpajo y su brillantez. Hoy todavía se lo recuerda y se lo recita de memoria.
Esos chicos geniales que nos obligaban a madrugar
Sábado 7.9.2019
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Última actualización 17:50
Hace cuatro décadas, bajo la conducción técnica de César Luis Menotti y con Diego Armando Maradona y Ramón Angel Díaz como sus principales figuras, en el que también se destacara el santafesino Rubén Rossi, la selección nacional obtenía el Campeonato Mundial Juvenil, en Japón, tras derrotar a la Unión Soviética, por 3 a 1.
En la calles de todo el país se festejó como se había hecho un año atrás con el Mundial de mayores. Los madrugones grupales para seguir los partidos por TV fueron moneda corriente en esos días.
Los argentinos volvimos a ser felices por “culpa” de la redonda. El oprobioso régimen militar y el apoyo de diversos periodistas cómplices se aprovecharon de aquella magia que desplegaron los “carasucias” del “Flaco” Menotti para ocultar sus crímenes y apuntalar sus cimientos de corrupción.
Otra ironía del destino, como en el ’78. Un técnico con ideales progresista y que defendía al pueblo, resultó útil para esconder bajo la alfombra los horrores de la dictadura. Aunque a los amantes del fútbol nos quedará para siempre guardado el recuerdo de un equipo que representaba nuestra esencia y respetaba el potrero más puro.
Diego y Ramón
El equipo nacional venía de lograr el título del mundo en mayores en 1978, celebrado en la Argentina. César Luis Menotti confirmó la presencia del astro de Argentinos Juniors, Diego Maradona, el de los “Cebolitas” surgido en los torneos de Parque y éste asistía a Ramón Díaz para la concreción de goles, rodeándolo además con jugadores cumplidores elegidos por el “Maestro” Ernesto Duchini (incluyendo los pibes elegidos en en el interior del país y especialmente en la provincia de Santa Fe por el “Gitano” Miguel Antonio Juárez y el profesor Carlos Hurtado).
La campaña
En el debut el seleccionado blanquiceleste inició el camino hacia la consagración para adjudicarse la segunda edición de la Copa Mundial de Fútbol Sub-20, venciendo a Indonesia 5-0 (tres goles de R. Díaz y dos de Maradona); luego derrotó a Yugoslavia, por 1 a 0, el rival más duro de toda la competencia, con la conquista del extremo derecho Osvaldo Escudero.
En el tercer juego, Argentina aplastó a Polonia 4 a 1 (anotaron Maradona, Juan Simón y dos de Gabriel Calderón), a Argelia lo superó ampliamente, 5 a 0 (tres del riojano R. Díaz, Maradona y Calderón) y en la semifinal sometió en el clásico sudamericano a Uruguay, 2 a 0 (R. Díaz y el “Pelusa” Maradona).
En el encuentro decisivo, celebrado el 7 de septiembre de 1979, el conjunto europeo se puso en ventaja a los 56’ por intermedio de Igor Ponomarev. A partir de entonces los dirigidos por Menotti con un juego vistoso, penetrante pudieron dar vuelta el partido, igualando a los 72’ con un penal efectuado por Alves, tres minutos después Ramón Díaz adelantó al equipo rioplatense y cuando restaban 10’ para la expiración de la final, Maradona aseguró la conquista del equipo de nuestro país para otorgarle el título de mejor del mundo en la categoría menores de 20 años.
Menotti
El adiestrador argentino, antes de salir a la cancha en la final, habló con el plantel: “Señores, ustedes ya son campeones; no me importa el resultado de este partido, han demostrado que son los mejores del mundo. Nada de patadas o locuras; vayan, jueguen y me divierten a los 35.000 japoneses que están en las tribunas”.
Al término de la consagración de la Argentina, la prensa del universo rodeó al adiestrador de la selección blanquiceleste: “Qué quieren que les diga, ustedes fueron testigos de que salió campeón del mundo el mejor fútbol del torneo. Esto quieren los millones de habitantes de mi país”.
El equipo comenzó a armarse cuando la dupla Menotti-Juárez fueron a ver a Rolando Barrera que jugaba en la primera local de Newell‘s. Sikn embargo, en la cuarta especial rojinegra observaron a un pichón de crack, Juan Ernesto Simón, que los cautivó con su juego elegante y de jerarquía.
Osvaldo Rinaldi quedó como volante de contención, debido a que en la gira previa por Oriente se lesionó Daniel Sperandío (Rosario Central). El arquero Seria, de Central Córdoba, Rubén Rossi, de Colón y el tucumano Juan José Meza, que tenía el temperamento, la fuerza y el corazón del “Pitón” Ardiles.
Distinciones
Los nipones que hasta 20 días antes de ese certamen, sabían poco y nada de fútbol, al concluir la justa deportiva, asociaban esa palabra a un apellido: Maradona y los ojos parecían abrírseles de la emoción. El pibe que brillaba desde los 16 años en La Paternal, con Argentinos Juniors, ganó el “Balón de Oro” al mejor jugador del torneo, el de Plata fue para el paraguayo Julio Cesar Romero “Romerito” y el “Botín de Plata” también para el as blanquiceleste por ser segundo en la lista de goleadores (6 anotaciones).
Además del Gran Diego, recibieron otras distinciones el riojano Ramón Angel Díaz (8 tantos) el máximo artillero y el “Balón de Plata” al tercer mejor jugador del certamen.
El “Botín de Bronce” favoreció al polaco Andrze Palasz, cinco conquistas. El uruguayo Rubén Paz, capitán del campeón sudamericano, anotó cuatro goles, su país subió al podio al clasificarse tercero.
>>> El plantel
Arqueros: Sergio García (Flandria) y Rafael Seria (Central Córdoba de Rosario).
Defensores: Abelardo Carabelli (Argentinos Juniors), Juan Simón (Newell’s Old Boys), Rubén Rossi (Colón), Hugo Alves (Boca Juniors), Marcdlo Bachino (Boca Jrs.) y Jorge Piaggio (Atlanta).
Mediocampistas: Juan Barbas (Racing Club), Juan José Meza (Central Norte de Tucumán), Osvaldo Rinaldi (San Lorenzo de Almagro) y Diego Armando Maradona (Argentinos Juniors).
Delanteros: Osvaldo Escudero (Chacarita Juniors), Alfredo Torres (Atlanta), Ramón Angel Díaz, Gabriel Calderón (Racing Club) y José Luis Lanao (Vélez Sarsfield).
Entrenador: César Luis Menotti.
El Litoral | Tomás Rodríguez (Especial para El Litoral)