Era hincha y dirigente de Colón; se convirtió en el mejor presidente de la historia de Morón
Es una historia muy particular la del doctor Virgilio Machado Ramos. Santafesino, amigo de Italo Giménez, era el representante de Colón en Afa. El trabajo lo llevó a vivir en el oeste de Buenos Aires y se convirtió en la gran referencia del Gallo, próximo rival sabalero.
La tribuna principal de la cancha de Morón lleva el nombre de Machado Ramos
Corría el mes de julio de 1970. El sábado 25, había jurado el General de División Guillermo Rubén Sánchez Almeyra como gobernador de la provincia y en Colón se hablaba de la renuncia de Italo Giménez y la asunción, como presidente por un corto período (hasta las elecciones que consagraron al contador Carlos Salerno como máximo dirigente), de José Relañez Pasini. Virgilio Machado Ramos, un santafesino, hincha de Colón y uno de los mejores presidentes de la historia de Deportivo Morón, declaraba a El Litoral que "he recibido llamados de Santa Fe, desde distintos sectores, pidiéndome que asuma la presidente de Colón", cosa que finalmente no se concretó. Y en lo deportivo, un año duro, en el que hubo que jugar el Reclasificatorio —se recuerda especialmente aquella victoria ante Unión en el 15 de Abril con el gol de Motura— para mantener la categoría con una victoria tan famosa como decisiva ante Almirante Brown, que venía de la B, por goleada en cancha de Atlanta.
El hombre iba de gala a ver al Deportivo Morón. Virgilio Filadelfo Machado Ramos llamaba la atención junto al alambrado con ese pelo renegrido, los anteojos gruesos, la camisa multicolor y los zapatos relucientes. Pese a que su simpatía original era por Colón, se encariñó con el Gallito. Tres veces fue presidente del club y en el primero de sus mandatos se dio el gusto de llevarlo, hasta ahora por única vez, a la máxima categoría.
Machado Ramos, de origen santafesino, se vinculó con el Oeste bonaerense por motivos laborales. Doctor en Ciencias Económicas, fue contratado por un frigorífico de la zona. Tenía antecedentes en el fútbol: había sido dirigente de Colón y representante de la institución en la AFA. Muy amigo por aquellos tiempos de Italo Giménez, el reconocido presidente de Colón que trajo al Santos de Pelé, lo ascendió de la C a la B y luego lo llevó a Primera en 1965.
Virgilio Machado Ramos, era hincha y dirigente de Colón
Virgilio Machado Ramos hizo vínculos con las autoridades del Deportivo Morón. Una noche lo invitaron a una cena, con show y baile. También había rifas: compró 50 números y alguno de los comensales, lúcido en una mesa poblada de batallas vacías, dijo: "Este es el hombre que necesitamos". Ambicioso en todos sus emprendimientos, admirador del boquense Alberto J. Armando, se propuso el ascenso, casi una utopía para una institución con apenas dos décadas de vida. En 1968, después de un Reclasificatorio, el Gallito consiguió una plaza en Primera División.
Ya se había transformado en un personaje público. Propietario de La Casa de Carlos Gardel, en la zona del Abasto, se volvió una referencia para los tangueros y cultores de la noche porteña. Estableció una relación de amistad con Silvio Soldán, por entonces conductor estrella de la televisión abierta.
Machado Ramos fue tres veces presidente de Deportivo Morón y su nombre quedó grabado a fuego en la historia de la institución, con un reconocimiento que permanece. La reestructuración del fútbol argentino en 1986 dejó al Deportivo Morón en Primera B, la tercera categoría. ¿Cómo hacer para pegar el salto a la B Nacional? Machado Ramos conservaba la fórmula. Lo volvieron a buscar. Y el hombre cumplió: en 1990, el Gallito, con Alberto Pascutti como ídolo máximo, se reinstaló en el segundo escalón.
En el Oeste del GBA, por entonces y así lo señala el sitio Zonales, ya se hablaba de Alberto Samid, el Rey de la Carne, baluarte de Carlos Menem en territorio bonaerense. Don Virgilio lo conocía por su actividad comercial. Y no le gustaba. Por eso insistía ante sus cercanos para que impidieran su desembarco en el Gallito.
Machado Ramos falleció en 1993. Tenía 68 años y su último deseo fue una directiva: "Cuiden el club". El popular matarife terminaría llegando al Deportivo Morón en 2000, pero su accidentada gestión duró poco más de un año.
El tránsito de Machado Ramos por la entidad no pasó inadvertida, igual que su vestimenta, sus declaraciones y, por supuesto, los títulos. "Soy el presidente de los campeonatos", solía repetir con legítimo orgullo.
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