Por Leonardo Senatore (*)
Paso tiempo suficiente para dar vuelta la página, Los Pumas deben enfocarse en Samoa, próximo rival en el Mundial. No hay margen para el error.
Por Leonardo Senatore (*)
Ya pasaron siete días de la dura derrota en el debut del Mundial de Francia en Marsella, nada más y nada menos que frente a Inglaterra, pese a que son los creadores de este deporte y quizás siempre llevan las de ganar, pero esta vez fue distinto. El conjunto de la Rosa venía en baja y Los Pumas con algunas chispas de buen rugby en el Cuatro Naciones nos esperanzaban. No fue así, y todos ya conocen cómo fue la historia.
Hoy la amargura ya se digirió, quizás todavía no encontramos la razón para los que estamos observando como espectadores, y también como hinchas. Sin embargo en los entrenamientos de estos días se pudo ver a los jugadores argentinos con otras caras, de a poco se empiezan a ver sonrisas y se me viene a la memoria nuestro debut en el 2015, mundial en el que perdimos una semifinal increíble con Australia. En ese momento el rival del debut fueron los All Blacks, que se coronarían campeones, siendo considerados como el mejor equipo de la historia de los Mundiales.
Los “Hombre de Negro” eran netamente favoritos y nos ganaron, pese a que dominamos casi todo el partido, en el mítico estadio de Wembley en Londres. La impotencia de haber perdido, aunque jugar un gran partido, estaba latente.
El segundo encuentro venía en poco tiempo, tan sólo cinco días después, y no nos podíamos quedar en la tristeza o en la frustración del debut mundialista. Lo que hicimos en ese momento fue entender que, a partir de ahí, todos los partidos eran finales. Nos enfocamos en preparar el próximo encuentro con todo lo que teníamos, haciendo lo que estuviera bajo nuestro control y a la perfección, pero sobre todas las cosas manteniéndonos juntos: muchas horas de trabajo y en los tiempos libres, mucho mate e interminables charlas en fisio o en las habitaciones.
No podían faltar los videos graciosos en YouTube proyectados en pantalla gigante en la sala común donde siempre nos juntábamos. No sé si mantendrán las costumbres, pero lo que no tengo dudas es que nuestros jugadores están contando los minutos para jugar esta primera final en Francia 2023 ante Samoa, un rival durísimo pero teniendo en cuenta que el más duro contendiente que tienen nuestros Pumas, son ellos mismos porque tienen un equipo para derrotar a cualquier seleccionado. Algo ya demostrado al derrotar a los All Blacks, Springboks, Inglaterra y Wallabies. Pero en una mala tarde, podemos perder ante cualquiera también. Por ese motivo hay que prepararse de la mejor manera y enfocarse en dar todo el próximo viernes ante los isleños.
Estoy convencido que ahora aparecerá ese toque especial que tiene el jugador argentino, ese amor por la camiseta y por representar de la mejor manera a nuestro país. Para poder sobreponerse y dejar atrás este difícil momento, ya que hoy el equipo no puede dar ni un paso en falso porque te sería la automática eliminación, quedan días importantes para Los Pumas, para preparar el próximo partido y así poder demostrar para qué estamos en Francia 2023 y confirmar que somos un seleccionado que puede ser protagonista de una Copa del Mundo.
(*) Puma 693 (2008-2018)
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