Miércoles 17.7.2019
/Última actualización 10:09
River Plate venció a Gimnasia y Esgrima, de Mendoza, por 5-4 en definición por penales luego de empatar 1-1 en los 90 minutos regulares con un gol convertido por una "carambola" que descolocó al arquero de los cuyanos, Tomás Marchiori, la fortuna que lo acompañó después desde los 12 pasos y ese aura ganadora que le permitió finalmente clasificarse a los octavos de final de la Copa Argentina.
La fiesta en el coqueto estadio "La Pedrera", de la ciudad sanluiseña de Villa Mercedes, con capacidad para 28.000 espectadores de los cuales 23.000 eran riverplatenses, parecía estar preparada para el equipo "millonario" por el embelesamiento que los aficionados manifestaron desde anoche, cuando la delegación llegó a la ciudad, por las huestes de Marcelo Gallardo.
Sin embargo el envoltorio brillante no se condijo con el contenido, porque River pareció más afectado por la pretemporada que su rival de la Primera Nacional, con jugadores faltos de tiempo y distancia, como por ejemplo el capitán Leonardo Ponzio, que apenas estuvo un cuarto de hora en la cancha y debió retirarse por una contractura en el muslo derecho, y el mendocino Enzo Pérez.
De hecho, antes de retirarse Ponzio "se durmió" en la puerta de su área, el debutante Lucas Carrizo, recién llegado a Mendoza desde San Telmo, le quitó el balón y tras un amague que descolocó a Lucas Martínez Quarta, intentó definir abajo pero el arquero Germán Lux logró rechazar con los pies.
Después, como durante casi todo el resto de lo que quedaba del primer tiempo, River se ocupó de manejar la pelota, pero sin lastimar a los conducidos por el debutante Diego Pozo, el mendocino que fuera tercer arquero del seleccionado argentino en el Mundial de Sudáfrica 2010 dirigido por Diego Maradona.
Es que en esos primeros 45 minutos River apenas llegó una vez con relativo riesgo merced a un cabezazo forzado del colombiano Rafael Santos Borré que por la misma vía despejó sobre la línea de sentencia Diego Mondino.
La segunda etapa tampoco trajo cambios sustanciales en cuanto al desarrollo, ya que River siguió manejando la pelota siempre sin profundidad y el "Lobo" mendocino, cada vez que tuvo un resquicio, no resignó la oportunidad de convertir.
Y pudo lograrlo sobre los 12 minutos cuando Fabricio Angileri, ex Godoy Cruz, se dejó ganar la espalda por Nicolás Romano y debió cometerle falta penal cuando el juvenil de 19 años se dirigía a un mano a mano con Lux.
La falta la tomó el delantero Ignacio Morales con un remate bajo al centro del arco que rebotó nuevamente en los pies de un Lux vencido, se elevó el balón y dio en el travesaño, sin que el ejecutante pudiera alcanzar el rebote.
Pero la injusticia iba a agrandarse sobre los 20 minutos cuando el recién ingresado Benjamín Rollheiser, una de las apuestas de Gallardo para esta temporada, remató al arco defendido por Tomás Marchiori y el balón se desvió en la cabeza de Exequiel Palacios descolocando al guardavallas y transformándose en la apertura del marcador.
En la jugada previa el hermano del arquero mendocino, Tadeo Marchiori, que debutó con 19 años en primera división, tuvo un mano a mano con Lux pero su defectuoso zurdazo final se fue lejos del arco.
Sin embargo Gimnasia no se resignó ante la adversidad del destino y se fue en pos de una igualdad que era lo menos que merecía, y apenas cinco minutos después la logró con un cabezazo del experimentado Renzo Vera, también debutante, que le ganó en el salto a Javier Pinola y encontró una débil resistencia de Lux.
De allí hasta el final los dos arqueros "descansaron" porque el desarrollo se mantuvo siempre lejos de las áreas, como si ambos equipos intuyeran que el desenlace iba a darse inexorablemente por la vía de los penales.
Y así fue no más, cuando el disparo en el travesaño de Brian Andrada, que había ingresado faltando poco más de cinco minutos justamente para los tiros penales, terminó condenando injustamente a Gimnasia, cuyos cinco pateadores fueron zurdos, pero el destino le dio la derecha a River.