Boca llegará a Santa Fe envuelto en un mar de dudas e incertidumbres. El partido por la Supercopa Argentina ante Arsenal era, según Falcioni, “importante”, aunque no creía que el resultado definiera su futuro. El presidente Daniel Angelici, confiado en la previa, hablaba de enfrentar a Real Madrid y explicaba que: “Si nos ponemos de acuerdo seguirá, si no, se llamará a otro DT”. Boca volvió de Catamarca con las manos vacías, jugando a nada y con dos años de desgaste del entrenador. En los últimos seis partidos en el Torneo Inicial, Boca sumó sólo seis puntos y en las próximas fechas se enfrentará con Newell’s, Vélez y Racing, donde se definirá su suerte en este certamen. A cinco puntos del líder, con 18 en juego, las posibilidades son reales aunque la carencia de juego complica sus chances.
Los conflictos internos
Consumada la salida de Riquelme del plantel en julio de 2012, estalló una guerra interna entre algunos jugadores y el entrenador. Los amigos del enganche y algunos referentes mostraron su descontento con algunas decisiones y el técnico respondió.
Ayer, tras la derrota con Arsenal, Rolando Schiavi, capitán del equipo, repitió críticas: “No jugamos a nada”. El defensor ya había mostrado su descontento con el rendimiento y también con el técnico.
Otro que se peleó con Falcioni fue Clemente Rodríguez, quien lo acusó de no avisarle que iba a ser reemplazado en el entretiempo del Superclásico, pero tras sus declaraciones, el entrenador estalló y mandó un mensaje a todo el grupo: “Acá el que manda soy yo”.
Antes, Pablo Ledesma fue separado del plantel durante algunas fechas luego de hacer pública su opinión sobre Falcioni. El técnico, a pesar de su decisión inicial, lo indultó y el volante volvió a jugar hasta que se lesionó.
Las peleas se suceden semana a semana y más allá de algunas muestras de apoyo de sus leales, la relación con el grueso del grupo parece irreversible y el ciclo, ¿estará terminado?
La sucesión
A partir de hoy, Martín Palermo, Rodolfo Arruabarrena, Diego Cagna y Guillermo Barros Schelotto ven con más firmeza que nunca la posibilidad de calzarse el buzo aunque en el medio vuelve a sonar el nombre que echa por tierra cualquier otra candidatura: el de Carlos Bianchi.