Tres en uno. El edificio donde funciona la vecinal, el centro de salud del barrio y una radio comunitaria está emplazado en calle Mariano Cabal 3951.
Creado con la finalidad de mejorar las condiciones de vida de los vecinos, y reforzado en su tarea luego de la inundación de 2003, este espacio se destaca por brindar atención y contención a los sectores más vulnerables del barrio.
Tres en uno. El edificio donde funciona la vecinal, el centro de salud del barrio y una radio comunitaria está emplazado en calle Mariano Cabal 3951.
La vecinal de Barrio Chalet es una organización destacada por los vecinos como un centro fundamental dentro del barrio. Fue creada el 20 de junio de 1986, con la finalidad de generar una herramienta para lograr mejoras en la infraestructura barrial y enfrentar en conjunto los problemas sociales de los sectores más necesitados. En dicho espacio, se organizó un sistema de apoyo escolar para niños, una escuela deportiva y un servicio de merienda. En el año 2000 se accedió al Programa Proame, a través del cual se fortalecieron actividades dirigidas a niños, adolescentes y grupos familiares vulnerables. Dentro del edificio de la vecinal funciona el centro de salud Vecinal Chalet, donde trabajan en la actualidad 13 personas: tres enfermeras durante la mañana y dos durante la tarde, dos psicólogas, dos médicos generalistas, una obstetra, un agente comunitario y personal de servicio y administrativa. “La demanda es muchísima, ya que cerca de 150 personas pasan por el dispensario cada día. En realidad, no sólo atendemos a vecinos de Chalet, sino que también a gente de barrios cercanos” comenta Cristina Moreira, una de las enfermeras del centro. Algunos de los servicios más requeridos están relacionados con los PAP, los controles de niño sano, curaciones e inyectables. También se atienden numerosos casos por gastroenteritis, alergias y parasitosis, todos ellos como consecuencia, según Moreira, de las inundaciones de 2003 y de 2007. Justamente el equipo de psicólogos se incorporó al centro de salud durante 2003, debido a la gran demanda de la gente que quedó muy afectada en el barrio, luego de perder mucho más que todos sus bienes materiales. “Hasta el día de hoy, seguimos atendiendo a la gente que quedó en estado depresivo o angustiada luego de la inundación. Gente que se asusta mucho cada vez que llueve, por eso nuestras psicólogas continúan haciendo el seguimiento de cada grupo familiar”, comenta Moreira. Con respecto a las necesidades dentro del centro de salud, Cristina cuenta: “Estamos precisando anticonceptivos inyectables. Desde enero nos ayudan desde otros centros de salud, pero las autoridades continúan sin enviarnos la cantidad que se nos demanda desde el barrio y se hace muy difícil”. Otro de los inconvenientes tiene que ver con el aspecto edilicio. “La sala de enfermería es muy chica, no podemos entrar dos enfermeras al mismo tiempo o atender a dos pacientes con distintas patologías. Y estamos luchando en pos de que se solucione este problema para mejorar la atención de la gente”, concluye Moreira.