Jueves 27.5.2021
/Última actualización 20:52
El formato bimodal implementado en gran parte de las provincias argentinas para el ciclo lectivo 2021 en pandemia estuvo caracterizado por la combinación de actividades pedagógicas repartidas en semanas dentro de la escuela y semanas desde los hogares. Según los datos de una muestra representativa a nivel nacional, las clases a distancia se dictaron en gran medida por medio de Whatsapp (49%). Los días sin presencialidad, la mitad de las escuelas primarias estatales (48,8%) envió materiales -impresos (34,1%) y digitales (28,8%)- a sus alumnos, mientras que sólo un 19,6% utilizó videollamadas por medio de Zoom o Google Meet.
Los datos surgen del informe "Vínculo educativo y experiencia pedagógica en la reapertura escolar", con autoría de Víctor Volman y Federico Braga del Observatorio de Argentinos por la Educación y Melina Furman de la Universidad de San Andrés. El relevamiento fue realizado a familias de estudiantes de escuelas primarias estatales de educación común y de ámbito urbano con una muestra representativa de todo el país.
El informe es continuación de uno anterior que se centró en el formato de la vuelta a clases y la implementación de los protocolos en las escuelas. En este caso, el nuevo documento indaga en las características de la vuelta a clases en Argentina en 2021, con foco en el vínculo remoto con la escuela y la modalidad de las tareas educativas.
GentilezaMás brechas y desigualdades
Según el informe previo del Observatorio, el formato generalizado para la vuelta a clases en el país fue la bimodalidad: 3 de cada 4 (75,2%) escuelas primarias estatales urbanas combinaron lo presencial y lo remoto en el inicio del ciclo lectivo. El segundo estudio se enfocó en la capacidad de las familias para desarrollar las actividades a distancia. De acuerdo a los nuevos datos, el 73,4% afirmó que los estudiantes disponen de los medios adecuados en el hogar, mientras que el 26,6% manifestó no contar con los medios necesarios para la virtualidad, como lo son el buen acceso a internet y dispositivos apropiados para trabajar desde casa.
En esa línea, el 47,6% de las familias encuestadas señaló que los estudiantes destinan entre dos y cuatro horas diarias a actividades escolares. Sólo el 11,0% tuvo más de cuatro horas, el 39,0% destinó menos de dos horas y un 2,4% dijo no dedicar nada tiempo a tareas escolares en el hogar. Así, de acuerdo a estos datos -de carácter exploratorio- un gran número de estudiantes ocupa menos de su tiempo a estudios en la modalidad virtual que en la presencial.
Al respecto, Melina Furman, coautora del informe, señaló: "Sabemos que en 2020 las desigualdades educativas que ya teníamos se ampliaron mucho. Aún tenemos una brecha de acceso a la tecnología que debemos saldar. Este año las escuelas están trabajando en un formato híbrido; pero, como vemos en el informe, una de cada cuatro familias no tiene acceso a internet ni computadora para estudiar desde casa y la experiencia educativa los días de clases virtuales es de menor intensidad".
GentilezaPoco conformes con los aprendizajes
Por otra parte, el 85,5% de las familias relevadas indicaron que durante 2020 los estudiantes tuvieron educación remota, mientras que un 14,5% afirmó que no tuvo continuidad pedagógica.
Al indagar sobre la experiencia educativa del año pasado, el 52,7% de las familias respondientes dijo estar disconforme respecto del aprendizaje del alumno, ya que consideran que aprendió menos que en la modalidad presencial. Un 31,7% no se encuentra conforme ni disconforme, y sólo el 15,6% de las familias afirmaron que el alumno aprendió lo mismo que asistiendo a clases presenciales.
Consultada sobre el relevamiento, Irene Kit, pedagoga y presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos, opinó que "hay dos grandes desafíos a los que se enfrenta el sistema educativo" bajo esta nueva modalidad híbrida. "El primero es cómo lograr conectar con los intereses y motivaciones de los y las estudiantes para aprender. El segundo es cómo utilizar todos los recursos disponibles para ir dando devolución y retroalimentación a los y las estudiantes", apuntó.
"Cada recurso presenta sus propias ventajas y dificultades para esta retroalimentación. Sin este diálogo entre docentes, estudiantes y familias, la cosecha será muy magra. Hay mucha voluntad tanto en docentes como en familias, y se requiere un gran liderazgo técnico y político para proponer cursos de acción viables y potentes para el aprendizaje", concluyó la pedagoga.
GentilezaUna de las consultas planteadas a las familias indagó en los escenarios posibles para la educación una vez que pase la pandemia de Covid-19. Tres de cada cuatro (74,0%) indicaron que prefieren que la escolaridad vuelva a ser únicamente presencial. A una de cada cuatro familias (24,0%) le gustaría mantener un formato bimodal que alterne entre educación presencial y virtual. Mientras que resultó mínimo el porcentaje de familias que optaron por una educación plenamente virtual (2,0%).