Por Hagar Blau Makaroff
Un sondeo realizado a más de 400 docentes de 110 localidades de Santa Fe indagó sobre las transformaciones que supuso la pandemia en el ámbito educativo. Los resultados arrojaron una importante falta de recursos en docentes, estudiantes y las mismas escuelas.
Por Hagar Blau Makaroff
Una encuesta realizada a más de 400 docentes de 110 localidades de la provincia de Santa Fe indagó cuantitativamente algunas transformaciones ante la emergencia del tiempo extraordinario que supuso la pandemia e interrupción de la copresencialidad en sus prácticas educativas.
La producción colaborativa estuvo a cargo del Centro de Estudios en Políticas Sociales y Educativas “Escuela Abierta” CEPSYE, con autoría de Carmen Verón, Agustina Mosso y Diego Gurvich, donde se hizo foco en el ciclo 2021, con la experiencia de un ciclo lectivo anterior mayoritariamente virtual. Participaron docentes de todos los niveles y modalidades educativas.
Los educadores miembros de este centro de estudios vieron la necesidad de “repensar las instituciones educativas en su quehacer diario”, e indagaron en “las condiciones de posibilidad que este contexto extraordinario trajo”, con las dificultades y desafíos con estrategias en momentos de incertidumbre como fue “la emergencia sanitaria y la crisis generalizada” que obligó a reconfigurar las prácticas formativas. Así, buscaron que “variables de niveles y modalidades, pero además de acuerdo al género y la ubicación territorial revelen el panorama pedagógico de lo sucedido en las escuelas de la provincia de Santa Fe en 2020 y 2021”.
A su vez, el enfoque metodológico cuantitativo de análisis de datos de este documento que bautizaron ‘Lo que irrumpe. 2021/2022’ revela que “las nuevas formas adquiridas por la temporalidad-espacialidad, las dimensiones en el entramado de las sujeciones entre pares y entre estudiantes y docentes”.
Respondieron al convite 414 docentes, de los cuales 366 eran mujeres, 46 hombres, y dos personas no binarias, y de una distribución territorial muy importante en las decenas de ciudades, y con más peso relativo en Rosario (107 docentes), Santa Fe (53), Rafaela (16), Venado Tuerto (14) y Reconquista (13).
El acrecentamiento de las desigualdades en materia educativa puesta al descubierto a raíz de la pandemia de Covid-19 demanda disquisiciones en relación al acceso diferenciado a los bienes culturales en un territorio diverso y complejo.
Las dificultades desde el mes de marzo de 2020 plantea un antes y un después en el escenario educativo, con el concepto de “quedate en casa”, y desde allí estudiar y educar. Este análisis busca “invitar a una pausa que representa una reflexión sobre lo que fuimos e hicimos en estos años” los docentes de la bota provincial, bregando “en la lucha por garantizar el derecho a la educación, con el esfuerzo por reinventarnos en las escuelas, reflejo de la sociedad y en la búsqueda de certezas e igualdad en épocas de caos”.
Los resultados: una brecha tecnológica y falta de recursos
En marzo de 2020, nada menos que el 24,39% de los docentes no contaba con una computadora en su hogar, un número preocupante a la hora del encierro sin mayor forma de continuidad laboral en las aulas que a través de estos dispositivos tecnológicos, dejando en evidencia una brecha de recursos muy compleja. A esto se sumó que “el 9,42% no tenía acceso a internet y que el 47,58% no poseía impresora”.
Asimismo, cabe agregar que del total de encuestados, el 83,09% de los docentes no había recibido ningún dispositivo tecnológico de su institución de trabajo desde marzo de 2020 al momento a la fecha de toma de la encuesta, en noviembre de 2021.
Respecto al punto de partida de los estudiantes, los números son de mayor gravedad en la brecha de recursos, ya que –según dieron cuenta los docentes encuestados–, el 84,30% no contaba con una computadora en su hogar. Además, el 48,55% de los estudiantes no contaba con servicio de internet, solo 2,65% poseía impresora y el 36,71% contaba solamente con teléfono celular en su hogar.
Esta brecha se agudiza si se considera que, según lo consignado por los docentes, “el 85,26% de los estudiantes no había recibido ningún dispositivo tecnológico de su institución educativa”.
De esta forma desde el CEPSYE calificaron las condiciones de estudio como “sumamente precarias tanto para docentes como para estudiantes, no registrándose políticas de provisión de equipamiento, ni infraestructura, ni acceso a servicios de parte del Estado ni de las instituciones particulares”.
Cómo vieron los contenidos, planificación y soportes
Entre otras preguntas se consultó a los docentes qué tan diferente resultó la planificación de 2021 respecto de la realizada antes en 2019. Para el 67,39% de los docentes la relación entre las planificaciones fue “Muy diferente” o “Completamente diferente”. El tercio restante señaló que solo fue “Algo diferente”.
En torno a los contenidos curriculares abordados, un numero mayoritario del 54,83% indicó que se abordaron menos contenidos que en tiempos pre pandémicos, un 27,54% expresó que se abordaron “otros contenidos diferentes”, 11,35% señaló que no hubieron modificaciones y un 6,28% señaló que se abordaron “más contenidos” que en la presencialidad.
Sobre las formas y soportes más habituales de comunicación con sus estudiantes, el 44,20% de los docentes señalan al “WhatsApp” como vía exclusiva de comunicación. Otra de las formas de comunicación se sostuvo en la aplicación de “Google Classroom” utilizada prioritariamente por 22,22%, y el 8,45% de los docentes señalaron haber sostenido comunicación virtual principalmente por “Google Meet” y otro 8,45% de los docentes que utilizaron principalmente “Zoom”.