Un acto de justicia poética con la obra de Miguel Abuelo
“El paladín de la libertad”, que se publicó por primera vez en 2005, se convirtió en un texto de culto. Allí, el periodista Juanjo Carmona se adentra en la vida del músico y poeta que integró la primera oleada del rock argentino. Ahora, en una edición actualizada y corregida, el autor suma datos y materiales fotográficos que refuerzan la noción de tributo.
Archivo Creo que todo tiene que ver con la luz de Miguel, no con mi talento , afirmó Juanjo Carmona. Lo cierto es que su libro tuvo amplia repercusión y ahora vuelve a dar que hablar a partir de una versión actualizada.
La vida de Miguel Ángel Peralta, para la posteridad Miguel Abuelo, es apasionante, compleja y plagada de matices. Nacido en 1946 y fallecido en 1988, integró la primera oleada de músicos del rock argentino y gestó una revolución en los ‘80 gracias a la reformulación de “Los Abuelos de la Nada”. Pero fue muchísimo más que eso, una leyenda de la cultura argentina, una figura multifacética con proyección internacional. En el laberinto de esa existencia decidió entrar el periodista Juanjo Carmona en los ‘90, cuando desarrolló “El paladín de la libertad”, un libro que vio la luz por primera vez en 2005 y pasó a ser un objeto de culto. Tan valorado que en octubre último, editorial Planeta decidió publicar una nueva edición, corregida y aumentada, del mítico texto.
El propio autor accedió a una entrevista con este medio para contar detalles de este flamante lanzamiento. En primer término, señaló que en relación a la primera edición, tiene una diferencia en el estilo. “Al entrar en una editorial como Planeta, hay más condicionamientos con el uso actualizado del lenguaje. El libro tenía una puntuación que hacía más referencia al periodismo de la década del ‘90, donde había más uso de puntos y comas”, explicó. De modo que los cambios, muy sutiles, tienen que ver con formas narrativas más nuevas que no conspiran ni mucho menos contra el sentido del libro. “Siempre fui un defensor de que las primeras ediciones se parecieran a las últimas”, apuntó.
Para Carmona, “El paladín de la libertad” fue, desde el primer momento, un libro pensado como un acto de justicia poética y de valoración de la obra de Miguel Abuelo. “Este libro trata de ser un homenaje, una puesta en valor de la obra de un artista que, cuando yo empecé a investigar, nadie estimaba en su justa medida y estaba bastante olvidada”. Al respecto, el autor consideró que sabía que era un libro que no iba a pasar inadvertido, pero nunca que iba a tener una vida tan larga. “Soñaba con hacer un ‘Cómo vino la mano’, el famoso libro de Miguel Grinberg. Intenté construirlo, tenía la certeza de que no me iba a salir, y el tiempo me demostró que cuando las cosas están bien hechas, cuando uno no las piensa desde lo económico o desde el ego personal sino que las hace por un latido profundo del alma, terminan llegando a buen puerto”, manifestó.
Gentileza Gus Correa Juanjo Carmona, autor del libro.
Juanjo Carmona, autor del libro.Foto: Gentileza Gus Correa
Separar leyenda y realidad
El grueso de la investigación que realizó Juanjo fue entre los años 1993 y 2003, época en la cual el mundo digital todavía era un atisbo. “Recién a partir de 1998 o 1999 me empieza a llegar la posibilidad de poder encontrarme con los personajes europeos de la historia a través de cruces de mails. Antes, era todo a través de fax, cartas, visitas a hemerotecas, archivos, al Parque Rivadavia y a coleccionistas privados de revistas. Pasé muchas horas revolviendo diarios para tratar de encontrar fragmentos de esa historia”, contó.
Una serie de dificultades que se vieron acentuadas por el sujeto de la investigación, un personaje saltimbanqui y vagabundo como Miguel Abuelo. “Él mismo se encargaba de cimentar su propia leyenda. Me acuerdo, en los primeros años de investigación, la desesperación que me agarraba cuando compraba revistas usadas y encontraba a Miguel diciendo ‘nací en Salta’, en otra ‘nací en Munro’ y en otra ‘nací en el Hospital Tornú’. Entonces tenía que ir al hospital para ver si había algún certificado. Todo había que chequearlo varias veces”, contó.
El esfuerzo, sin embargo, dio sus frutos. “Cuando edité el libro, la mayoría de la gente entrevistada me agradeció por echar luz en fragmentos de su vida de los cuales ni siquiera ellos tenían noción. Esto me lo ha dicho la mamá de Miguel, la mamá de Pipo Lernoud, que es como su otra mamá y Cachorro López. Todos tenían un pedacito de Miguel, la película que les tocó vivir en cada momento, pero nadie tenía la película completa. Para mí fue un desafío, algo motivador”, manifestó.
Planeta
Foto: Planeta
Valoración tardía
A diferencia de otras figuras del rock nacional, a Miguel Abuelo su prematuro fallecimiento no lo transformó en mito. “Miguel tuvo más valoración de mito en su exilio voluntario de la década del ‘70, incluso cuando forma los segundos Abuelos de la Nada, con Andrés Calamaro y Cachorro López. Tras su muerte no. De hecho, muere en 1988 y no hay homenajes hasta 1994. A Tanguito, cada dos o tres años le armaban uno. A Luca Prodan todo el tiempo, para Federico Moura también había homenajes más permanentes, pero para Miguel no”, describió Juanjo.
Archivo El Litoral
Foto: Archivo El Litoral / Carlos Giustino / Fotografías Aspix.
Encontrarse ante esa situación fue, en parte, lo que llevó a Carmona a maquinar el libro, que en última instancia es un homenaje y una puesta en valor de su obra. “En los ‘90, me parecía extrañísimo que no pasara nada con un tipo que no solo había revolucionado la década del ‘60 sino también la del ‘80. Entre 1988 y 1998, nadie hizo un cover de la obra de Miguel. Recién a fines de los ‘90 empezó a haber una suerte de revalorización. El único que interpretaba obras de Miguel era Palo Pandolfo, que siempre fue muy fanático suyo”, detalló.
En la actualidad, no obstante, Miguel Abuelo es un artista reconocido en el ambiente de la música. “No sé si en su justa medida porque no soy quien para decirlo, pero creo que hay una valoración mucho más fuerte. Hay un gran movimiento de su obra”, concluyó Carmona.