Viernes 21.5.2021
/Última actualización 11:17
“Raigal” es el título que eligieron Victoria de la Puente y Nehuen Rapoport, integrantes de Arroyito dúo, para su flamante tercer disco. Compuesto entre ambos músicos desde su lugar de residencia en Bariloche, reúne en su repertorio canciones, zambas y chacareras cuyo “corazón” se nutre de la identidad patagónica.
En el entramado del nuevo disco hay una combinación interesante entre lo ancestral, los paisajes y las búsquedas internas con temáticas de gran actualidad. Este proceso se dio, según los músicos, como resultado de un largo recorrido. “Siempre nos interesamos mucho por lo que sucede a nuestro alrededor, buscando adentro y afuera. Hemos hecho varios viajes para conocer y empezar a desentrañar cuestiones de nuestra cultura, nuestros saberes, costumbres y hábitos. Recorrimos gran parte de Latinoamérica a pie, de Argentina a México, y fuimos conectando con otras formas de vivir y pensar”, contaron en una entrevista.
Esa experiencia movilizó a Victoria y a Nehuen, y todavía los moviliza. “Por eso ahora, viviendo acá en el sur, si bien es el lugar en el mapa que elegimos para vivir, somos conscientes que es una tierra con una historia dura. En este mismo sentido, agradecemos su maravilloso entorno natural, y también asumimos la responsabilidad de cuidarlo. Hay muchos intereses en juego y un solo planeta; hay una sola cultura hegemónica pero muchas voces disidentes”, aseguraron.
Gentileza producciónFoto: Gentileza producción
“Raigal” está conformado por siete obras, todas creadas en conjunto por de la Puente y Rapoport. “Pararse en la mitad”, “Yo tuve un acierto”, “Soy del sur”, “Dame el agua”, “El desorden del viento”, “Serena” y “Dactilar”. Todos fueron grabados y arreglados a través de un trabajo realizado a la distancia, con artistas y técnicos que cumplieron su respectivos roles desde diferentes puntos de la geografía argentina. Lo cual de alguna manera, es un sello de estos tiempos de restricciones ante la situación sanitaria.
Esa dinámica de trabajo, sin dudas, superó las expectativas de Arroyito dúo. “Si bien sabíamos que, en este contexto, era imposible grabar un disco en su forma tradicional, pudimos realizarlo grabando y trabajando a distancia. Con Mario Galván, nuestro productor musical, tuvimos un aprendizaje inmenso. Fueron y vinieron muchos archivos en el armado de las maquetas, y luego ya con los arreglos listos, se los enviamos a los músicos para que pudieran replicarlo en el estudio. En la última etapa de las tomas, enviamos el material a César Silva, quien se ocupó de la mezcla y masterización en Buenos Aires. Siempre con la misma lógica de trabajo, ida y vuelta de indicaciones y pensamientos con respecto a lo que estaba sonando”, puntualizaron los músicos.
Gentileza producciónFoto: Gentileza producción
Nehuén Rapoport es hijo de Diego Rapoport, pianista de sólida trayectoria fallecido diez años atrás. A Diego se lo recuerda particularmente por su participación en discos como “A 18 minutos del sol” y “Kamikaze” de Luis Alberto Spinetta, “Alma de diamante” y “Los niños que escriben en el cielo” de Spinetta Jade y “Nayla” y “El tiempo es veloz” de David Lebón. Su legado gravita siempre en el quehacer de Arroyito dúo. “Influye en la forma que pensamos la música, la manera de vivirla y trabajarla, con un gran respeto y cuidado por cada nota, cada arpegio, cada silencio”, indicaron.
A su vez, valoraron la contribución que hicieron a “Raigal” músicos como Mario Galván y el Negro Aguirre. “Mario aportó madurez y excelencia en la elección de los arreglos para lograr crear en cada canción un universo propio. El Negro le dio frescura y un sabor litoraleño hermoso, para nosotros es nuestro mayor referente musical”, señalaron Nehuen y Victoria.
Una parte medular de los objetivos del dúo pasan por “difundir la música argentina en distintos lugares del mundo”. En este punto, los viajes realizados por sus integrantes les otorgó una perspectiva interesante respecto a cómo se ve a la música argentina en el exterior. “Se la escucha con mucho respeto y admiración. En Europa en particular son muy estudiosos de la cultura latinoamericana. En cada viaje se aprende y uno se da cuenta de lo que quiere reflejar como artista. Al final de cada concierto siempre quedan, el ‘gracias’, y el sabor inconfundible de que la música no tiene fronteras”, resaltaron.
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