Cuini Amelio Ortíz (desde Berlín)
Cuini Amelio Ortíz (desde Berlín)
El trabajo australiano en la competición internacional del Festival de cine de Berlín ha sorprendido por su originalidad. “The Survival of Kindness” (La subsistencia de la amabilidad) del director australiano Rolf de Heer es una ciencia ficción en un futuro hipotético – que nadie quisiera experimentar ni en broma - donde nada es previsible ni lógico. Fuertes las imágenes e impecable el trabajo de su protagonista, la actriz Mwajemi Hussein, en el el hermético rol de “BlackWoman”.
Se presentó además el primero de los cuatro trabajos alemanes que fueron elegidos para competencia oficial: “Irgendwann werden wir uns alles erzählen” (Alguna vez nos contaremos todo) de la directora Emily Atef. Una historia de la Alemania en los 90, en plena época de unificación, que narra las peripecias de una familia del este campesino y su pariente en occidente. La historia de amor casi trágica sirve de vehículo para canalizar emociones, nostalgias y deseos aunque debo reconocer que las escenas de cuerpos desnudos son tan largas que terminan por ser anti- sexis.
La sección Berlinale Special mostró un documental que ahonda en una de las historias más sonadas de Alemania: “Boom!, Boom! The World vs. Boris Becker”, del director estadounidense Alex Gibney, donde narra la epopeya meteórica del tenista estrella Boris Becker, y su caída. Becker se presta a dar una entrevista al Gibney para que pueda realizar un film sobre su vida tres días antes de ser juzgado en Londres. Allí fue condenado a prisión y puesto en la cárcel en abril del 2022. (En diciembre fue dejado nuevamente en libertad y regresado a Múnich, donde vive actualmente) Para quién ama el tenis es algo así como un viaje al éxtasis, pero aún para los espectadores como yo, que no me intereso particularmente por dicho deporte, la narración es ágil, el montaje es dinámico y la cámara nos lleva a conocer los entretelones del mundo del tenis en las más altas esferas, lo cual atrapa ya que … ¿a quien no le gusta conocer los turbios entreverados detrás del glamour de Wimbledon?.