El mundo oscuro de David Fincher: "El asesino" llega a Netflix
Tras el estreno limitado en cines, el director desembarca en la plataforma de streaming con un thriller de alto calibre, con ambientes opresivos y personajes complejos que desafían las normas morales y éticas.
En las tramas de Fincher a menudo aparece el tema de las obsesiones. Aquí, un fotograma de “El asesino”. Foto: Netflix
Tras el estreno limitado en cines, a partir del próximo 10 de noviembre estará disponible en Netflix la película “El asesino” (The Killer). El film implica la posibilidad para los espectadores de reencontrarse con David Fincher, uno de los directores (para ser más exactos, le cabe el estatus de autor) más interesantes del último cuarto de siglo, luego de “Mank” (2020). En este caso, el estímulo es mayor dado que “El asesino” fue realizada por Fincher en colaboración con el guionista Andrew Kevin Walker, el que le brindó en 1995 la materia prima para “Pecados capitales”, tal vez el thriller más logrado de los 90.
En este nuevo film, que tiene como protagonista a Michael Fassbender, un asesino tiene que enfrentar a sus jefes y a sus propios demonios personales en una persecución internacional. Aunque las críticas fueron algo dispares, el consenso generalizado es que Fincher vuelve a transitar los terrenos en los cuales se siente más cómodo. Guillermo Courau escribió, en Diario La Nación, que “El asesino” muestra a David Fincher “de regreso en la cumbre con un film ascético, infalible y deslumbrante”.
"Pecados capitales". Foto: New Line Cinema, Kopelson Entertainment
Lo cierto es que a través de esta película el estadounidense de 61 años retoma el estilo visual que distinguió (con algunas excepciones) a sus trabajos. La utilización de una gama de colores más bien fríos y sombríos, con un trabajo de iluminación que, en general, se orienta a la creación de ambientes opresivos. Un ejemplo de esto es “Pecados capitales”, que se desarrolla en general en espacios cerrados y sórdidos. A esto, Fincher le añade tomas creativas y ángulos poco usuales, que por lo general acentúan la incomodidad.
"El club de la pelea" (1999). Foto: Fox 2000 Pictures
El montaje de las películas fincherianas (en este punto la influencia de creadores previos como Alfred Hitchcock está clara) apunta a generar suspenso y tensión, a lo cual se suma una banda sonora impactante. Este estilo particular de Fincher es ostensible en la mayor parte de los filmes realizados desde “Pecados capitales” en adelante, aunque el germen puede estar antes, en la notable “Alien 3”, en la cual Fincher toma la responsabilidad de dar continuidad a la saga.
"Zodiac". Foto: Warner Bros., Paramount Pictures, Phoenix Pictures
Complejas criaturas
El asesino que interpreta Fassbender en este nuevo film, se incorpora a una lista de personajes complejos, laberínticos, construidos con diversas capas, que para colmo se ven obligados a tomar decisiones drásticas en términos morales y éticos. En relación a esto, muchos de ellos son solitarios o tienen severas dificultades para construir lazos con sus pares, producto de una sociedad alienante. “El club de la pelea” es especialmente representativa de este aspecto (la pretensión destructiva de los expulsados del sistema) pero inclusive en el resto de la filmografía se advierten rasgos en tal sentido.
"The Social Network". Foto: Columbia Pictures
En las tramas de Fincher a menudo aparece el tema de las obsesiones, que van desde resolver un misterio (“Zodíaco”), alcanzar el éxito (“Red social”) o vengarse de alguien (“Pecados capitales”). Estas obsesiones conllevan conductas extremas y autodestructivas. Que llevan a una ambigüedad moral que pone todo el tiempo en jaque al espectador. Cómo buen intérprete de las oscuridades del alma humana, Fincher coloca la mirada sobre los aspectos más oscuros y perturbadores. Movimiento que le sirve, a la vez, para abordar una crítica social y cultural que abarca la corrupción, el abuso de poder y las desigualdades.
"Perdida". Foto: 20th Century Fox
La influencia de los maestros
El visionado de las obras de Fincher permite descubrir a los cineastas que lo marcaron. Hitchcock, por ejemplo, está presente en la construcción de las intrigas. Stanley Kubrick, en el estilo visual perfeccionista que propone Fincher, con especial atención en los detalles y la simetría. En la capacidad para extraer registros difíciles por parte de sus actores, se observan rasgos de Martin Scorsese. Y en la construcción de ambientes asfixiantes, se puede ver en el director de “Pecados capitales” al Ridley Scott de “Alien” y “Blade Runner”.
"El asesino". Foto: Netflix
A su vez, Fincher tiene seguidores, en términos estéticos, como Darren Aronofsky (“Requiem for a Dream” y “Black Swan”) que suele abordar personajes complejos y temas oscuros y Denis Villeneuve (“Prisoners” y “Sicario”) gran generador de suspenso y misterio. Lo cierto es que “El asesino” implica la posibilidad de reencontrarse con uno de los directores contemporáneos más interesantes, el responsable de algunos de los mejores momentos de cine de las últimas décadas. Las escenas finales de “Pecados capitales” y “El club de la pelea” están ahí para ratificar estas palabras.
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