De los pecados a los rituales: la trayectoria de Morgan Freeman en el thriller policial
La película “Muti: rituales mortales”, recientemente estrenada en Argentina, lo tiene entre sus filas. Su presencia, lejos de ser casual, se erige como un homenaje a sus años dorados en el género, que arranca en “Pecados capitales”, de 1995.
Freeman, de 86 años, en “Muti”, su última intervención en el género que lo hizo muy popular en los ‘90. Foto: Redbox Entertainment
El thriller policial "Muti: rituales mortales", que se estrenó en los cines argentinos, cuenta con la participación, en un papel secundario pero central para la trama, del veterano Morgan Freeman. La presencia de este actor en un trabajo de estas características, es decir un thriller con asesinos en serie, no es antojadiza: es un intento de emular sus tiempos de gloria. Es que entre mediados de los 90 y principios del siglo XXI, Freeman funcionó como una pieza clave para el adecuado funcionamiento de una serie de películas que, más allá de la repetición de ciertas fórmulas y la apelación a lugares comunes, consiguieron atraer al público hacia las salas.
“Muti: rituales mortales” (cuyo título original es The Ritual Killer) cuenta con la dirección de George Gallo y minutos describe cómo un detective a quien le cuesta procesar una tragedia personal y que está cerca de la jubilación se alía con un profesor de estudios africanos para poder localizar a un asesino en serie que utiliza la magia negra de Muti. Este experto en cultura africana es, justamente, Freeman.
"Pecados capitales". Foto: New Line Cinema, Kopelson Entertainment
Somerset, Cross y más
Entre las películas que marcaron la carrera de Freeman se encuentra “Pecados capitales” (1995), que fue una bisagra en su carrera. En este thriller, Morgan Freeman interpreta al veterano Somerset, quien junto al detective David Mills (Brad Pitt), se enfrenta a un psicópata que comete asesinatos basados en los siete pecados capitales. Mientras Mills representa el costado impulsivo, el personaje de Freeman actúa con sangre fría y trata de analizar los hechos con la mayor objetividad posible.
"Besos que matan". Foto: Paramount Pictures, Rysher Entertainment
Otro éxito en el que se destacó fue en "Besos que matan" (1997), donde encarna al Dr. Axel Cross, un detective y psicólogo forense. En esta trama (que buscó valerse del aura que emitió “Pecados capitales”) tiene que seguir la búsqueda de su sobrina desaparecida, en un caso que revela una serie de crímenes relacionados con un asesino conocido como “Casanova”. Cross tiene mucho de Somerset en la construcción interpretativa que propone el actor: lleva años de trabajo y su permanente contacto con mundos oscuros, ha terminado por desanirmalo.
"Telaraña". Foto: Paramount Pictures
En “Telaraña” (2001), Freeman volvió a interpretar a Alex Cross, esta vez para buscar a un psicópata que ha secuestrado a la hija de un senador de los Estados Unidos. La tensión y el suspenso crecen a medida que Cross y su equipo se adentran en la mente retorcida del secuestrador. “Telaraña”, en la línea de “Besos que matan” es un thriller de corte psicológico donde los giros inesperados tratan de manipular en todo momento al espectador para mantenerlo en vilo. En este caso, la crítica fustigó al film, pero destacó la actuación de Freeman. “El mejor consejo: simplemente siéntate y mira a Freeman. Este hombre es un tesoro cinematográfico”, escribió, por ejemplo, Chris Kaltenbach.
"High Crimes". Foto: 20th Century Fox
En “High Crimes” (2002) a Freeman le tocó asumir el papel de Charlie Grimes, un abogado defensor y ex militar. La película sigue las alternativas de una abogada (Ashley Judd), cuya vida se ve trastornada por un delito casual en su casa. En “La rosa venenosa” (2019), Freeman se adentra en el papel de Miles Mitchell, un médico forense retirado y mentor del personaje principal, a cargo de John Travolta. Se basa en un detective privado que investiga un caso en su ciudad natal, donde termina por descubrir una conspiración nacional.
"La rosa venenosa". Foto: Lionsgate
Guía en los abismos
Morgan Freeman se convirtió, desde 1995, en una referencia para el género del thriller. Desde su papel en “Pecados capitales” hasta su reciente aparición en “Muti: rituales mortales”, su trabajo sirvió para elevar el listón de historias por lo general oscuras y retorcidas. Su presencia, marcada por la calma y la profundidad, derivó en personajes bien logrados, con muchos matices. A través de cada una de las películas mencionadas, a veces más, otras veces menos, Freeman logró generar algo en el público, llevarlo hacia los abismos de la mente humana, hacia los miedos más profundos y fue el vehículo para problematizar las percepciones de la realidad. Su capacidad para encarnar la complejidad moral y psicológica de sus personajes es un testimonio de su habilidad como actor.
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